La Jornada 22 de octubre de 1998

No pasó el proyecto de Sierra Blanca

El rechazo a la construcción del confinamiento de Sierra Blanca, por parte de la Comisión de Recursos Naturales de Texas, fue un triunfo ``de la sociedad civil y del Congreso, mientras el Poder Ejecutivo estuvo ausente'', sostuvo el presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República, Luis H. Alvarez. En tanto, en la Cámara de Diputados, la perredista Laura Itzel Castillo manifestó que ``se ha ganado una batalla, no la guerra''.

Por la mañana, en ambas cámaras se aprobaron sendos puntos de acuerdo para condenar la posible aprobación del basurero tóxico, proyecto que fue calificado como violatorio de las disposiciones internacionales y de los acuerdos que México tiene firmados con Estados Unidos. En el Congreso se anunciaba ya la disposición a acudir a tribunales internacionales para echar atrás el proyecto, además de dar seguimiento a las protestas ciudadanas.

Críticas a Luis Téllez

En rueda de prensa vespertina, el panista Luis H. Alvarez consideró que el rechazo a la construcción del basurero no representa una concesión, sino el triunfo de la movilización social y de los argumentos técnicos y jurídicos presentados. Los estudios, precisó, ``lamentablemente no fueron llevados a cabo por técnicos mexicanos, sino por estadunidenses que se oponían al confinamiento''.

Enfatizó que a lo largo de todo el proceso de rechazo al basurero no se involucró el Ejecutivo mexicano, por lo que con esta determinación ``nuestro gobierno y concretamente la Secretaría de Energía debiera tomar debida nota de lo que ha ocurrido. Como bien saben ustedes, hasta hace apenas 48 horas el secretario de Energía, Luis Téllez, señalaba que no había razones fundadas para expresar la oposición de México a este multicitado proyecto''.

Consenso entre partidos

La diputada Laua Itzel Castillo consideró que lo dictaminado por la Comisión de Recursos Naturales causa beneplácito porque la construcción del basurero ``era el detonante para un megaproyecto de confinamiento a lo largo de la frontera''.

Al ofrecer una conferencia de prensa vespertina, dijo que cuando los partidos políticos mexicanos trabajan de manera unificada pueden lograr mucho a favor de todo el país y planteó que una de las características de la lucha contra el cementerio nuclear fue la participación de distintos sectores de la sociedad, de organizaciones no gubernamentales, así como de partidos políticos y autoridades federales que rechazaron la instalación de dicho centro.

``Queremos decir que hemos ganado una batalla y no la guerra'', señaló la diputada Castillo, quien reconoció que en esta lucha participaron las secretarías de Medio Ambiente, Energía y Relaciones Exteriores.

Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional destacó que las movilizaciones sociales posibilitaron el rechazo de un plan que lesionaba diversos acuerdos bilaterales.

Sin embargo, advirtió que si en las instancias de apelación se persiste en la tentativa de construir el basurero, el tricolor mantendrá su postura de apoyo a las diversas movilizaciones.

Oposición de senadores y diputados

Antes de que se diera a conocer la resolución de la Comisión de Recursos Naturales del estado de Texas, tanto el pleno del Senado como el de la Cámara Diputados ratificaron su oposición unánime.

En el Senado se rechazó el proyecto porque no ha sido ``objeto de consulta recíproca entre los dos países, al mismo tiempo que ofende a la sensibilidad de las comunidades mexicanas de la frontera y daña las relaciones de buena vecindad''.

Asimismo los senadores acordaron solicitare al gobierno mexicano acudir a los recursos e instancias bilaterales y multilaterales para cancelar la construcción del centro. ``El Senado se mantendrá muy atento a las diversas expresiones de rechazo de nuestra sociedad, a fin de tomar en cuenta y apoyar las diversas propuestas que haga la ciudadanía''.

En tanto, en la Cámara dee Diputados, las cinco fracciones parlamentarias aprobaron un punto de acuerdo en el que ratificaron su rechazo a la construcción y operación del confinamiento y señalaron que la erección de dicho cementerio viola los acuerdos en materia de cooperación ambiental entre México y Estados Unidos signados en 1983 y conocidos como el Convenio de La Paz, en el que se define una zona fronteriza de 100 kilómetros a ambos lados de la frontera, donde no serían ubicados basureros de esta naturaleza.

La perredista Laura Itzel Castillo manifestó durante la sesión de la Cámara de Diputados que la pretensión de ubicar el depósito de residuos peligrosos en una zona donde predomina población hispana es un ejemplo de la política racista aplicada por el gobierno estadunidense.

En tanto, el priísta Ignacio Arrieta Aragón, quien coincidió en que la construcción del confinamiento violenta acuerdos binacionales en la materia, dijo que la instalación de dicho centro entrañaría graves riesgos en la calidad de vida de los habitantes de la zona e hizo un llamado para dejar de lado los intereses de partido, a fin de presentar una defensa conjunta con apego a derecho.

La petista Mercedes Maciel Ortiz exigió el respeto a los acuerdos binacionales en materia ambiental y consideró al proyecto de Sierra Blanca como una potencial fuente de contaminación a la que estarían expuestos 10 millones de habitantes en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. La verde-ecologista Verónica Velasco indicó que se debe acudir a organismos internacionales para pedir la reubicación del confinamiento.

(Andrea Becerril, Mireya Cuéllar, Alonso Urrutia y Víctor Ballinas)