Descubren una importante ofrenda en Teotihuacán
Mónica Mateos y Alejandra Gudiño Ramírez, corresponsal Ť Una importante ofrenda de la cultura teotihuacana fue hallada el pasado sábado al poniente de la escalera de la pirámide de la Luna, en la zona arqueológica de Teotihuacán.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dará a conocer los detalles de dicho hallazgo este martes, pero trascendió que el descubrimiento (que incluye figurillas de jade) pudiera ser el primero de una cadena de varios que, por su riqueza, serán piedra angular para el estudio del pueblo mesoamericano que alcanzó su esplendor como centro religioso entre los siglos II y IV de nuestra era.
El actual proyecto de exploración, a cargo del arqueólogo japonés Saburo Fujiyama, es consecuencia del hallazgo, efectuado en los años ochenta, de una serie de entierros en el Templo de Quetzalcóatl. Con base en los datos que entonces se recabaron, se supuso que también la pirámide de la Luna resguardaba algunos vestigios rituales.
El coordinador administrativo de la zona arqueológica, José de Jesús Torres Murillo, explicó que en el área a su cargo se encuentran trabajando investigadores tanto del INAH como ``de una universidad estadunidense''. Agregó que debido a un proyecto de financiamiento interinstitucional es que ha sido posible el mencionado hallazgo.
Recordó que en el corto plazo serán abiertos al público otros lugares circundantes, fuera del núcleo ceremonial, como La Ventilla, Atetelco y Zocuala, donde se podrán admirar estructuras arqueológicas, pintura mural, así como glifos en pisos.
Existen conductos subterráneos dentro de la zona; presumiblemente en uno de ellos, localizado junto a la Pirámide de la Luna, es donde los arqueólogos, encabezados por Rubén Cabrera, realizaron el hallazgo.
El trazado urbano de la zona de Teotihuacán, de notable perfección, respondía a las exigencias religiosas de la época. La Calzada de los Muertos está salpicada por templos y palacios, que a su vez se encontraban rodeados por las residencias de los sacerdotes.
Desde que se inició el estudio de la zona, a principios de siglo, el arte prehispánico de México se ha enriquecido con decoración escultórica, mucha de ella dedicada al dios Tláloc, máscaras funerarias y frescos de calidad de los encontrados en Tepantitlán y Tetitla.