La Jornada 18 de octubre de 1998

Llama Iberoamérica a conjurar una recesión global

Rosa Elvira Vargas, enviada, y agencias, Oporto, 18 de octubre Ť Con un llamado para solucionar la crisis financiera mundial y evitar la recesión; la condena de las leyes extraterritoriales, y la creación de un Fondo de Contingencia, finalizó hoy en esta ciudad la VIII cumbre Iberoamericana en la que participaron jefes de Estado y de gobierno de América Latina, España y Portugal.

En la declaración final, denominada Los desafíos de la globalización y la integración regional, que incluye cuatro anexos, las naciones de Iberoamérica lanzaron un urgente llamado a Japón, Estados Unidos y la Unión Europea a asumir el liderazgo ante la convulsa situación financiera internacional y poner en marcha de inmediato aquellas medidas que eviten una recesión mundial, porque ``el origen de la crisis financiera es ajeno a los países iberoamericanos''.

En el documento, las naciones iberoamericanas se comprometieron a fortalecer las instituciones democráticas, el pluralismo político, el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Además, señalaron que los gobiernos deben enfocarse a lograr la justicia social, el aumento de los índices de bienestar social, la promoción de políticas favorables a los sectores vulnerables e incrementar el apoyo de la comunidad internacional a los países menos desarrollados.

Reiteraron también el respeto a la no intervención en asuntos internos y propusieron la creación de una Secretaría de Cooperación, cuyo funcionamiento se decidirá durante la próxima Cumbre Iberoamericana, a realizarse el próximo año en La Habana.

Asimismo, los gobernantes expresaron su enérgico rechazo a ``la aplicación extraterritorial de leyes nacionales'', y pidieron al gobierno estadunidense poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton que endurece el embargo contra Cuba.

Los gobernantes pidieron que las economías más desarrolladas se sumen a la creación de un fondo de contingencia destinado a disminuir los riesgos de contagio indiscriminado en aquellos países que han realizado reformas estructurales y cuentan con sólidos fundamentos económicos, e insistieron en pedir la reducción de las tasas de interés.

El jefe de gobierno español, José María Aznar, anunció que su país aportará cinco mil millones de dólares para esa remesa de emergencia, de los cuales tres mil millones serán destinados a América Latina, y declaró que pedirá ayuda urgente a sus socios europeos para evitar que esa región caiga en una crisis financiera, lo cual ``sería profundamente injusto''.

El presidente argentino, Carlos Saúl Menem, indicó por su parte que su aportación al fondo de contingencia será de mil millones de dólares, mientras que el mandatario brasileño, Fernando Henrique Cardoso, estimó que el fondo podría reunir unos 90 mil millones de dólares para su funcionamiento.

Después de la ceremonia de inauguración de la VIII Cumbre Iberoamericana, México, Brasil Portugal y España integraron la comisión encargada de redactar una declaración anexa a los resolutivos de Oporto, dedicada exclusivamente a la problemática financiera internacional.

El resultado es un documento que recoge las principales convicciones y preocupaciones de las naciones iberoamericanas en el sentido de que de no proceder de inmediato ante el panorama financiero se alcanzarían proporciones descomunales.

Su diagnóstico es también puntual y subraya que el origen de la crisis es ajeno a los países de Iberoamérica, que el panorama requiere soluciones globales y la participación de todos los actores públicos y privados, y que cualquier paso que se dé exige la especial participación de las economías más avanzadas y de la acción oportuna de los organismos financieros internacionales.

Para las naciones de la región también fue fundamental alertar sobre el resurgimiento de políticas proteccionistas ante la persistencia de la inestabilidad financiera.

Ante ello, los gobiernos iberoamericanos demandaron a las naciones en problemas económicos continuar la aplicación de políticas financieras sanas, basadas en la disciplina fiscal, la liberalización y el cambio estructural.

Así las cosas, pidieron de forma específica al gobierno japonés, ``de la misma manera en que nosotros nos hemos comprometido'', concluir el saneamiento de su sistema económico para rescatar en un primer lugar a las naciones asiáticas y contribuir al desarrollo de la economía mundial.

Los 21 jefes de Estado y de gobierno reunidos en esta ciudad pidieron además a los países más desarrollados propiciar las condiciones que favorezcan el acceso de todos los países iberoamericanos a los mercados financieros internacionales, aumentando de manera sustancial la liquidez internacional.

La Cumbre de Oporto planteó la importancia de otorgar particular atención y apoyo a los países más pequeños y de menor desarrollo, de forma tal que sus procesos productivos continúen el ritmo ascendente que han mantenido hasta el momento actual, en medio de la crisis financiera mundial.

Para dar cauce a dicho interés es fundamental ``estimular la inversión productiva en dichas naciones y asegurarles el financiamiento en condiciones favorables''.

En el listado de apremios sobre la situación financiera mundial, el único tema que fue atendido en las deliberaciones a puerta cerrada de los mandatarios, se incluye también la necesidad de alentar a los países ``que aún no lo han hecho'' a adoptar de inmediato políticas económicas y financieras que corrijan sus desequilibrios internos, así como estimular el flujo de capital y las inversiones de mediano y largo plazo que aumenten la capacidad productiva de las economías iberoamericanas para contribuir a su desarrollo.

El documento plantea también la necesidad de establecer mecanismos adecuados y transparentes de regulación y supervisión de los sistemas bancarios y contribuir a la adopción y aplicación efectiva de criterios internacionales para asegurar buenas prácticas bancarias, tanto públicas como privadas.

Lejos de sugerir reformas inmediatas a los organismos multilaterales, la Cumbre de Oporto propone que tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo promuevan la adopción de políticas fiscales, monetarias y bancarias adecuadas; poner en marcha mecanismos que permitan detectar tempranamente situaciones de riesgo, y ``contribuir a solucionar situaciones financieras similares a las actuales, mediante el establecimiento de medidas como garantías parciales o la asignación de derechos especiales de giro.

Para esto los jefes de Estado y de gobierno se dieron cita en esta ciudad portuguesa de 1.2 millones de habitantes, donde dieron su particular diagnóstico del momento actual de la economía mundial y se declararon convencidos de que el avance de la justicia social no se puede alcanzar sin crecimiento económico, pero tampoco crecerán las economías sin el importante promotor que es el flujo de capitales.

Reprueban el aventurerismo financiero

Durante la inauguración oficial de la cumbre, el presidente venezolano, Rafael Caldera, condenó ``el aventurerismo financiero'' y afirmó que ``el mercado y el capital actúan como señores de la totalidad de la tierra'', mientras que el mandatario portugués, Jorge Sampaio, se pronunció en favor del establecimiento de ``reglas mínimas de conducta'' para los grandes flujos financieros mundiales ya que, afirmó, para que el comercio mundial sea libre ``debe ser justo''.

Sampaio agregó que los flujos financieros deben asentarse en bases sólidas para ``desalentar la especulación aventurera que pone en peligro a todas las economías''. La ``mundialización de los desafíos y los problemas'' debe corresponder a la mundialización de ``las oportunidades y soluciones'', subrayó.

Los asistentes coincidieron en que ante la globalización del mundo es necesario fortalecer la regionalización ya que, de acuerdo con el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, los esquemas de integración regional ``proporcionan mejores condiciones para afrontar'' los movimientos económicos.

Los anexos de la reunión de la paz

Los cuatro anexos de la declaración de Oporto se refieren a la paz entre Ecuador y perú, al proceso de pacificación en Colombia, a la situación financiera internacional y al impulso de las relaciones entre América Latina y la Unión Europea con miras a la cumbre que realizarán en Río de Janeiro en 1999.

Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela firmaron el denominado compromiso de la comunidad andina por la democracia, que prevé severas sanciones al país donde se produzca ``una ruptura del proceso democrático''.