La Jornada 15 de octubre de 1998

Reconoce Pastrana estatuto jurídico a las FARC y declara abierto el diálogo

Ap, Dpa, Afp y Reuters, Santafé de Bogotá, 14 de octubre Ť El presidente colombiano Andrés Pastrana ordenó esta noche desmilitarizar una extensa zona selvática del sudoeste del país para iniciar conversaciones de paz con la guerrilla; el mandatario precisó que la medida regirá desde el 7 de noviembre del presente año hasta el 7 de febrero de 1999.

Posteriormente, el gobierno colombiano reconoció estatuto político a las guerrilleras Fuerzas ARmadas Revolucionarias de Colombia (FARC) las más importantes del país, y declaró formalmente abierto el diálogo con dicha agrupación.

La declaración del mandatario se produjo horas después de que una multitudinaria marcha de trabajadores estatales --denominada Toma de Bogotá-- constituyó la respuesta de los huelguistas a un discurso de Pastrana calificado por los líderes sindicales de ``arrogante'' y ``violento''.

La marcha, que transcurrió pacíficamente y se extendió a otras ciudades del país, con algunos incidentes esporádicos, marcó el fin de la ``luna de miel'' entre el gobierno del conservador Pastrana y los trabajadores públicos, quienes hoy cumplieron ocho días de su huelga por tiempo indefinido.

Pastrana, quien hasta el momento se había mostrado conciliador, pronunció sin embargo un duro discurso contra los sindicatos estatales, al señalar que ``no es posible sentarse a negociar con un grupo minoritario la reforma de todo el Estado'', y aseveró que no cederá ni negociará bajo presiones.

Acusó a los sindicatos de realizar un ``paro político'', al sostener que no hay de por medio reivindicaciones sociales de fondo, salvo aumentos salariales que consideró ya satisfechos en su mayor parte.

Tras asegurar que 70 por ciento de la burocracia recibirá aumentos de entre 17 y 18 por ciento, lanzó críticas sesgadas al anterior gobierno, de Ernesto Samper, a quien sin mencionarlo por su nombre, acusó de haber ejercido un ``desgobierno'' por sus concesiones exageradas para mantenerse en el poder.

Los sindicatos respondieron rompiendo las negociaciones que sostenían con las autoridades. ``Si el hecho de decir que la crisis económica no tiene por qué pagarla el pueblo colombiano es un paro político, entonces sí es un paro político, y así lo revindicamos'', declaró el líder de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado, Wilson Borja, y acotó que frente a la actitud autocrática del gobierno, el pueblo sabrá ``cobrar''.

La marcha denominada Toma de Bogotá, efectuada en medio de un severo dispositivo de seguridad, se concentró en la céntrica Plaza Bolívar, a unos metros del palacio presidencial, con la advertencia de los sindicalistas de que ``no se van a echar para atrás'' y de que el gobierno los está obligando a radicalizarse.

La situación tendía a complicarse, pues al mismo tiempo unos 17 mil campesinos desplazados provocaron disturbios en Cúcuta, en la frontera con Venezuela, lo que obligó a las autoridades a decretar allí el toque de queda.

Asimismo, se reportó un paro cívico en Pasto y se preparaba una marcha de músicos en Bucaramanga.