La Jornada 15 de octubre de 1998

BUCKINGHAM

Rosa Elvira Vargas, enviada, Londres, Inglaterra, 14 de octubre Ť Democracia y continuo e intenso escrutinio y debate sobre las acciones del gobierno llevan siempre, en el corto y largo plazo, a tomar mejores decisiones económicas, aseguró el presidente Ernesto Zedillo a los representantes de la poderosa industria británica. Y de paso comentó que hoy, en México, la competencia es algo que los políticos ``sufrimos y disfrutamos a diario''.

En el segundo día de su estancia en Londres, el mandatario mexicano fue enfático al insistir en la urgencia que existe hoy de adoptar medidas que eviten una recesión económica mundial mediante el ajuste del sistema financiero. Para ello propuso regular y supervisar apropiadamente los sistemas bancarios y rediseñar aquellos instrumentos derivados de los acuerdos de Bretton Woods, como el Banco Mundial y el FMI. De lo contrario, alertó, no podrá extirparse el virus que ha producido la epidemia que afecta hoy a casi todas las economías del orbe.

Pidió un mayor recorte en las tasas de interés de los países desarrollados para aligerar la crisis económica mundial y señaló que sería útil que más países europeos siguieran el ejemplo de Estados Unidos en ese sentido.

Hablar de economía -tema insoslayable en prácticamente todas sus entrevistas- fue, sin embargo, uno de los tres puntos sobresalientes sobre los que interrogaron a Zedillo los editores del Financial Times, con quienes se reunió esta mañana. Los otros, según trascendió -porque el contenido del diálogo se publicará hasta mañana- fueron la sucesión presidencial y la corrupción. De ésta y su combate, al parecer el Presidente ilustró con lo modesto que, aseguró, es su patrimonio personal.

Ningún encuentro con Salinas

Y aunque ni a Andrew Gowers, Will Dawkins, Quentin Peel, Richard Lapper y Martin Wolf -los editores del centenario periódico- les interesó conocer el parecer presidencial sobre el conflicto en Chiapas o Carlos Salinas de Gortari -residente en la cercana Irlanda-, un influyente miembro de la comitiva mexicana negó, rotunda, categóricamente, la eventualidad de un encuentro entre el ex presidente y Ernesto Zedillo. Y es que eso no sonaría descabellado, no sólo porque razones sobrarían, sino sobre todo porque para mañana, jueves, las actividades públicas del mandatario concluyen a las siete de la noche.

Nada de eso. Pero sí una reunión que se prevé interesante con el primer ministro, Tony Blair, la primera que tendrá Ernesto Zedillo con el laborista, tras su triunfo en las elecciones el año pasado. Ciertamente ambos se habían entrevistado en 1996, cuando el habitante del 10 de Downing Street era líder de la oposición inglesa y el mandatario mexicano estuvo aquí en visita de Estado, pero que después de la llegada al poder de aquél no había podido concretarse por problemas en la agenda de ambos.

La afinidad de planteamientos económicos entre los dos políticos surgió desde entonces, pero hoy toma especial relevancia ante la advertencia de que Blair podría convertirse en el líder de las reformas al sistema financiero internacional, dados los problemas que enfrenta el estadunidense Bill Clinton.

Los laboristas, que terminaron con más de una década de gobierno conservador en Inglaterra, consideran que tras un año de ascensión al poder aún mantienen su ``luna de miel'' con el electorado inglés, no obstante que algo falla en sus cálculos, pues han tenido que revisar a la baja (de 3.5 a 1.7 por ciento) sus expectativas de crecimiento.

Con los integrantes de la Confederación de Industrias Británicas (BCI), a los que expuso, una vez más, las acciones mexicanas para sortear la crisis económica de 1995 y sus predicciones entre ``lo malo y lo peor'' que pudiera sobrevenir a escala mundial si no se actúa de inmediato, Zedillo planteó categórico que las economías fuertes deben hacer ``lo más posible'' para evitar las condiciones que llevarían a una recesión y a una contracción de la actividad económica.

Reiteró además su percepción de que por las condiciones básicas de la economía en los países desarrollados, éstos enfrentan un relajamiento en su política monetaria, lo que puede afectar la inflación. Dijo entonces que no obstante las reacciones que han tenido recientemente algunos países como Estados Unidos, Japón y Brasil para poner orden en sus economías y afrontar la coyuntura financiera, ``es necesario tomar cualquier acción para que este efecto contagioso que hemos visto durante los meses recientes no se extienda a otras áreas del mundo''.

Zedillo convino enseguida en que no piensa que el nuevo sistema financiero será radicalmente diferente al que ha existido en años recientes, porque además éste ha evolucionado bien en los últimos años. En todo caso, indicó, debe ponerse más atención a las funciones de las piezas individuales de ese esquema.

Esto reza también, afirmó, para los sistemas bancarios de los países desarrollados, ``porque me temo que a medida que esta crisis financiera internacional avance, tendremos algunas sorpresas''.

Comparó entonces al sistema financiero internacional con un edificio en el que si existen piezas fuertes, pero otras muestran debilidad, la estructura toda sufrirá daños severos en el momento de enfrentar una crisis como la actual.

De México, centro del discurso, el mandatario planteó que su gobierno está listo para hacer todo aquello que se requiera para aguantar las condiciones que plantea el entorno internacional mediante una actitud cuidadosa, responsable y disciplinada.

Luego subrayó que el país mantendrá su política de apertura comercial y de promoción del ahorro interno, porque ``no queremos depender de los capitales extranjeros al extremo''. Invitó a los empresarios ingleses a invertir en México, tras asegurarles que su administración actúa hoy para crear condiciones que asegurarán la transición gubernamental en el año 2000 sin incertidumbre, inestabilidad y las situaciones críticas que han sido recurrentes en las últimas dos décadas.

Y es que los nexos comerciales y de inversión entre México e Inglaterra datan del siglo pasado y este país es el segundo socio europeo, luego de Alemania. ``México se ha convertido en atractivo para la inversión extranjera por su política de libre comercio'', afirmó.

David John, presidente de la Oxygen Corp, y Derek Fetchet, ministro de Asuntos Exteriores, hablaron en la CBI y encomiaron a México como un país que está en pie y más fuerte; ponderaron el crecimiento del intercambio comercial y dijeron que no existe razón real para que un acuerdo comercial con la Unión Europea ``no pueda llevarse a cabo''.

En el palacio de Buckingham

A la una en punto de la tarde, el presidente Zedillo llegó al palacio de Buckingham para atender la invitación a almorzar de la reina Isabel II y de Felipe, duque de Edimburgo. La monarca, que a fines de este mes hará una de las dos disertaciones públicas que ofrece anualmente, recibió al matrimonio Zedillo al pie de la escalinata de la Grand Entrance. Enseguida, el presidente mexicano y el esposo de la reina pasaron revista al primer batallón de la Guardia Galesa, mientras la soberana aguardaba en compañía de la señora Nilda Patricia.

Buckingham, que nunca dejará de sorprender por la fastuosidad de una monarquía que da más nota a los diarios sensacionalistas que a aquellos que tendrían que ocuparse de las tareas que cumple Isabel II como jefa de Estado y de la Marina, Armada y Fuerza Aérea de Gran Bretaña, no resultó en esa ocasión nada hospitalario para una veintena de reporteros que cubren la gira del presidente Zedillo.

El leve desconcierto de un vigilante de la entrada principal permitió a los periodistas tener acceso a un pequeño salón en tanto, explicó, se tramitaba que atestiguaran la recepción al presidente Zedillo. Sin embargo, minutos después, una burócrata del gobierno inglés -responsable de ``atender'' a la prensa- cortó la pretendida osadía de los mexicanos y, de plano, los corrió del palacio.

Del privadísimo almuerzo, pues, se tuvo noticia por un boletín de la Dirección de Comunicación de la Presidencia, en el que se indica que se sirvió ``faisán cazado apenas la semana pasada por el propio duque de Edimburgo y, como ensalada, aguacates mexicanos''. Con ello, el Palacio de Buckingham quiso significar su posición respecto a una de las causas de más larga controversia entre México y Estados Unidos.

Reuniones donde prevaleció la química

Por la tarde, Zedillo recibió en el hotel Claridge's -donde se hospeda- al secretario del Tesoro, Gordon Brown, y al líder opositor William Hague. Quienes tuvieron acceso a estos encuentros comentaron que la ``química'' imperó sobre todo en los diálogos por separado con Antonhy Giddens, director de la London School of Economics, y con Jack Straw, ministro del Interior.

Con el primero existe, además del legítimo interés temático por la economía, una afinidad en planteamientos. En ese encuentro ambos habrían comentado sobre un libro que toca el asunto de la llamada ``tercera vía'', que apenas publicó Giddens y que leyó con interés el presidente Zedillo. Asimismo, con Straw el mandatario abordó sobre todo cuestiones de orden político, pues el ministro inglés se mantiene al tanto de la evolución mexicana en aspectos como el recientemente anunciado programa sobre seguridad.

Zedillo cenó con los integrantes del organismo promotor de exportaciones, The British Invisibles, y este jueves desayunará con los administradores de fondos de inversión del grupo financiero Morgan Stanley; estará con Tony Blair; concederá una entrevista a la CNN y en el Museo de Historia Natural asistirá a la presentación de la muestra Flora Mesoamericana.