Sí, el cinema novo brasileño resurge de sus cenizas con Cuatro días de septiembre (1997), transvase a los fotogramas de una novela de Fernando Gabeira, que narra el secuestro del embajador estadunidense ocurrido en Brasil, en 1969. El estremecedor traslado a las imágenes de aquel suceso estuvo a cargo de Bruno Barreto, hijo prodigio de Carlos (productor y fotógrafo) y Lucy Barreto (directora de Bye, Bye, Bye Brasil) que a los 11 años de edad realizó el cortometraje Tres amigos no se separan (1966), tiempo después Doña Flor y sus amigos (1976-77), y en nuestros días Venganza escrita.
Acerquémonos al colapso del cinema novo debido a la persecución desatada por la tiranía brasileña contra sus directores, técnicos y colaboradores en abril de 1970. ``Así -escribió el crítico mexicano Tomás Perez Turrent- los métodos violentos empleados por los militares torturadores dan razón a los presupuestos del nuevo cine brasileño, a tiempo que viene a demostrar que ese cine fue parte de la guerra del pueblo''. Preguntémonos, ¿cómo realizaron su inaplazable tarea de recrear la miseria, el hambre y la violencia que flagelaba al pueblo?
Ubiquemos a los directores. Glauber Rocha (1938-1981), Joaquín Pedro de Andrade (1932-1988) Luis Nelson Pereira Dos Santos (1928), Ruy Guerra (Mozambique, 1931; estudió cine en el IDHEC de París); León Hirzman (1938). ¿Cómo trabajaron esos personajes sobresalientes de aquel movimiento cinemático y los otros miembros menores del mismo (Carlos Diegues, Paulo César Saraceni, Lima Jr., Neves Santos)?
Los autores del cinema novo, al contrario de los independientes mexicanos, no lucharon contra productores establecidos y productos clasificados, pero tampoco pudieron contar con el apoyo de una tradición ni una infraestructura técnica (estudios, laboratorios, compañías distribuidoras y exhibidoras). Así pues, tuvieron que crear sus propios métodos de producción y distribución (Difilm) que se encargó de circular el nuevo y explosivo material, emparentado con el neorrealismo italiano y con el free cinema inglés y el new american cinema.
¿Cuáles fueron las películas? Río 40 grados, de Pereira Dos Santos, fue el precursor y luego el documental Arraial do Cabo de Saraceni. En 1963, Dos Santos realizó Vidas secas, historia de una familia campesina que recorre los interminables caminos del sertao. Al año siguiente Rocha, quien en 1961 realizó Barravento, documental sobre los pescadores de Bahía, creó Dios y el diablo en la tierra del sol que reveló la originalidad del cinema novo al mundo. (``Nuestra originalidad -declaró Glauber- es nuestra hambre, nuestra miseria, sentida pero no compartida''). También de 1964 es el extraordinario filme de Ruy Guerra, OZ fuzis. 1965 es el tiempo de los documentales (Subterráneos del futbol, de Mauricio Capovilla) y de algunas películas significativas (A falecida: la muerte, de Hirzman, O padre é a moca, de Pedro de Andrade). 1966 ve correr sobre las pantallas A grande cidade, de Diegues, filme que pertenece a la segunda fase del cinema novo, cuyas preocupaciones era ir en busca de la desesperación del subdesarrollo a la favela. 1967 es el año de Terra en transe, de Rocha, premiada en Cannes por su ilustración durante 115 minutos de la ``estética de la violencia''.
Durante 1968 sólo ocurren dos estrenos significativos: Garota de Ipanema, de Hirzman, y O bandido da luz vermelha, de Rogerio Sganzeria; en cambio, 1969 es un año trascendente pues se exhiben Antonio Das Mortes, dirección y guión de Glauber Rocha, y Macumaina, de J.P. de Andrade.
Hoy, aquella memorable escuela cinematográfica liquidada por la dictadura militar, resucita de entre sus cenizas mediante la heroica actuación política y amorosa de ocho guerrilleros encargados del secuestro del embajador estadunidense durante Cuatro días de septiembre, del 4 al 7 de aquel noveno mes de 1969. Ante este inesperado resurgimiento, será necesario impulsar a los jóvenes directores brasileños a visualizar nuevos espacios, más allá del sertao y la favela para recrear en ellos la problemática ideológica y sentimental de nuestro tiempo, semejante al que transcurrió hace casi 30 años.