La Jornada 13 de octubre de 1998

IMPULSARA EL CNI LA CONSULTA ZAPATISTA Y LA LUCHA POR LA AUTONOMIA

Angélica Enciso y Blanche Petrich Ť El Congreso Nacional Indígena (CNI) resolvió, al concluir las labores de su segunda sesión, no renunciar a su lucha por la autonomía y hacerse responsable, junto con otros sectores de la sociedad, de la consulta nacional sobre la iniciativa de ley de la Cocopa, a la cual convocó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Antes, en la marcha por la Libre determinación y autodeterminación de los pueblos indios, los 520 indígenas asistentes a este congreso, provenientes de 20 entidades del país, sostuvieron en consignas su apoyo al EZLN, al cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, así como su rechazo al reformado artículo 27 constitucional.

A las 11 de la mañana los contingentes, con casi mil 500 personas, de las cuales más de la mitad pertenecían al Frente Popular Francisco Villa (FPFV), salieron del monumento a la Revolución, para dirigirse al Zócalo, con un recorrido que hizo escala en tres monumentos históricos: el de Cuauhtémoc, el de Colón y el Hemiciclo a Juárez.

Al frente de la marcha desfilaba un grupo de concheros, que en el camino ejecutaba sus danzas tradicionales, y en la primera línea de los manifestantes, portando la bandera de México, iba don Félix Serdán, de 92 años de edad, proveniente del municipio de Jojutla, Morelos, y quien forma parte de los veteranos zapatistas.

``Ya no sólo exigimos la tierra''

El anciano -de cansado andar- dijo que asistió a este acto y a la sesión del CNI porque las demandas se deben atender y ya ``no sólo exigimos la tierra, sino que el gobierno cumpla con los acuerdos de San Andrés''. A su lado, Andrés Flores, quien cree tener cerca de 90 años, asentía con la cabeza.

En el monumento a Cuauhtémoc los concheros aprovecharon para hacer una ceremonia y en la glorieta de Colón, el poeta desnudo, como se autonombra, se quitó la ropa y subió a la estatua. Por pudor, sólo se dejó el sombrero. En el hemiciclo a Juárez realizaron una ceremonia de la nacionalidad azteca-chichimeca, con la cual se dio el recibimiento a los indígenas provenientes de Guatemala, Chile, Ecuador y Bolivia.

Así, los contingentes llegaron al Zócalo para realizar la ceremonia de clausura de la sesión del CNI y el apagado del fuego. Juan Chávez, anciano purépecha, leyó la declaración final de esta sesión del congreso: ``La política oficial, fiel sucesora de la vieja política colonial en exterminio, pretende dividirnos más, llevarnos a una guerra entre hermanos y detener la marcha histórica de nuestros pueblos. Se niega a cumplir la palabra empeñada en la firma de los acuerdos de San Andrés; se niega a reconocer nuestra existencia, nuestra diferencia y nuestros derechos colectivos. Se niega a reconocer que somos pueblos con historia, con raíz y corazón''.

Después, indígenas de distintas comunidades tomaron la palabra para reafirmar la necesidad de la existencia del CNI, su apoyo al EZLN -el cual no mandó ningún mensaje a esta sesión, a pesar de que anteriormente lo había hecho- así como su demanda de dar solución a los acuerdos de San Andrés y el cese del hostigamiento sobre las comunidades.

Resolutivos de la segunda sesión del congreso

Los pueblos indios tienen capacidad de hacer valer la ley en México, de oponerse activamente al reformado artículo 27 constitucional y de gobernarse democráticamente con sus formas comunitarias, ``lo que demuestra que sí es posible la autonomía'', según resolvieron los participantes de la mesa de trabajo Reconstitución integral de los pueblos indios.

Entre las muchas resoluciones que tomó este grupo, se propuso la realización de una petición al gobierno federal para que la Secretaría de la Reforma Agraria pase a manos de las organizaciones y pueblos indios, con el objetivo de que sean éstos los que resuelvan el rezago agrario. Se manifestaron en contra de los programas rurales del gobierno como el Procede. Y reconocieron asimismo que no en todos los pueblos indígenas funciona el principio de la comunidad y el mandato de las autoridades, por lo que se debe trabajar para que se den esas condiciones.

Se citaron varios casos de autogobierno exitosos, como los municipios de Zaragoza y Tecaxtepec, Veracruz, y Copalillo, Guerrero.

En las discusiones sobre la ley Cocopa, los indígenas participantes calificaron la iniciativa presidencial sobre derechos indios -pendiente en el Congreso- como una ``ley de muerte'', ya que hizo a un lado los compromisos que se habían firmado en San Andrés Larráinzar como el territorio, la autonomía y los sistemas normativos.

Acerca de la consulta convocada sobre este tema por el EZLN decidieron ``profesionalizarla'', dotando a las comunidades de videos y cintas de audio en las lenguas originarias, para alcanzar la mayor difusión sobre el contenido de la propuesta de ley.

En la discusión sobre los megaproyectos que ``fomentan la pobreza, aíslan a nuestras comunidades, destruyen nuestros recursos naturales y violan nuestras formas de expresión cultural'', y sobre los proyectos productivos y vías de comercialización propias, los delegados de la mesa cuatro acordaron, entre otras cosas: fomentar una red nacional indígena de proyectos productivos, otra de comercialización de productos y servicios y una más de capacitación que vincule a universitarios con esas actividades.

Respeto a territorios indios y lugares sagrados, solicitan

Finalmente, en la mesa siete, la cual se denominó Cultura y espiritualidad indígena, patrimonio tangible e intangible, se demandó el reconocimiento y respeto a los territorios indios, sus centros ceremoniales y lugares sagrados como ejercicio de su libre determinación. Entre la multitud de casos individuales expuestos se mencionó la posibilidad de exigir la renuncia de la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Teresa Franco, y del director del Museo del Templo Mayor, Eduardo Matos, por ``la privatización y comercialización'' de ``la memoria histórica y testimonio de lo que ahora somos''.

También se protestó por las presiones a las que es sometido el obispo de Tehuantepec, Arturo Lona. ``Es un brazo que nos quitan'', expresaron.


Hermann Bellinghausen Ť Este 12 de octubre, el Zócalo es indígena de muchas maneras. Isla en medio de la urbe, sirve de escaparate para un México siempre por comprender. Pero sin duda, lo central hoy es el mitin del Congreso Nacional Indígena y su noble consigna: ``Nunca más un México sin nosotros''.

El CNI ha estado reunido en la Plaza de la Constitución los pasados tres días. Representantes de comunidades de 20 estados de la República, bajo una gran carpa verde, sesionaron entre tientos y diferencias hasta llegar a su Segunda declaración: Nunca más un México sin nosotros. Por la reconstitución integral de nuestros pueblos, que lee, con su sobriedad característica, Juan Chávez, representante purépecha de Michoacán, durante el mitin celebrado este mediodía para conmemorar la fecha más incómoda del calendario cívico.

Las exigencias de la principal organización indígena independiente del país se resumen bien en la declaración que lee Chávez: ``Al afirmar nuestra identidad afirmamos la de todos: la de aquellos que con corazón grande y paso firme queremos construir una casa grande donde quepamos todos los que somos''. En el entendido de que los declarantes se asumen parte de ``esta patria de todos'', según concluye el documento.

En su parte medular, la declaración dice: ``Ratificamos que los acuerdos de San Andrés son nuestra palabra y no nos desistiremos de ella'' (por si había alguna duda).

Antes, el medio millar de delegados y participantes en la segunda sesión del CNI desfilaron desde el Monumento a la Revolución. Pero no lo hicieron solos. Los acompañaron otras organizaciones campesinas y urbanas, como la UCEZ y el Frente Popular Francisco Villa.

Y los precedieron numerosos danzantes de los que se han dado en llamar concheros y reivindican un pasado mexica deliberadamente mitificado. Este movimiento, esencialmente urbano, está constituido, más que por indígenas, por mestizos que se quieren indios mexicanos, de acuerdo con una concepción del Anáhuac que sus críticos han considerado fundamentalista.

Por cuenta de ellos corrió el encuerado en la estatua de Colón (escala obligada en las marchas del 12 de octubre). Y también por cuenta de ellos correrán las hogueras en el Zócalo, los sahumerios con copal y las danzas que sirven de fondo al mitin, esencialmente político, del CNI.

En el extremo occidental de la plaza, los oradores del CNI se suceden, sobre una pick-up, rodeados por un millar de personas.

En el resto de la plaza, el 12 de octubre es celebrado de otras maneras. Frente al Palacio Nacional acampa el Comité de Familiares y Amigos de los Presos Políticos (en su mayoría indígenas). Hacia el extremo de la Catedral se levanta otro campamento: el de los triquis emigrados a la capital, y que recientemente fueron golpeados por los granaderos.

Hacia el sur, frente a la sede del gobierno capitalino, se encuentra el plantón del Movimiento Antorchista, que se ha propuesto ser la piedra en el zapato de Cuauhtémoc Cárdenas. De hecho, son los únicos priístas en la plaza. Y no participan en la conmemoración. Más bien refugian su tedio detrás de las barricadas que construyeron.

Como se sabe, este movimiento antorchista de tan oportuna aparición ha sido ampliamente apoyado por la prensa, la radio y la televisión pro gubernamentales. El anticardenismo en acción.

Las paradojas de la plaza

Estas son las contradicciones que ofrece la plaza mayor de la capital, rodeada por tres sedes de disímbolos poderes: el presidente de la República, del PRI; el jefe de gobierno de la capital, de la oposición de izquierda, y el Episcopado, encabezado ahora por la jerarquía más conservadora y beligerante de los últimos tiempos (que ya es decir).

Y en medio de esos poderes, entre el inusitado comercio ambulante que invade la plaza, coinciden la indianidad real y la virtual. También pululan los típicos mendigos, igualmente indígenas. La típica estampa: una mujer sentada, cubierta de rebozos, cargando una criatura y con la mano extendida.

Los turistas que pasean y fotografían deben llevarse una impresión extraña del lugar. Entre puestos de artesanía guatemalteca, oaxaqueña, tzotzil de Acteal, chaquira poblana, tostadas de Toluca, elotes asados, casetes de Silvio Rodríguez y carteles en honor a José de Molina, camisetas del Che Guevara y el subcomandante Marcos, las danzas de corte prehispánico congregan decenas de adeptos y cientos de curiosos.

Aunque el aspecto de muchos danzantes remite más al estereotipo de los conquistadores (hombres altos, blancos y barbados; mujeres blancas y hasta rubias), su vestimenta de plumas, taparrabos de cuero, conchas en los tobillos, cascos de águila y ocelote, sandalias, collares de piedra y caras pintadas, enfatiza una identidad peculiar.

En las inmediaciones del Templo Mayor, en torno a la maqueta de Tenochtitlán que hay allí, se congregan decenas, tal vez centenares de guerreros mexicas, miembros de distintas hermandades, listos a conmemorar, a su modo, los 506 años de lo que en tiempos más criollos se llamaba Día de la Raza, y era celebrado por el gobierno, la Iglesia y los Caballeros de Colón.

Pero los tiempos cambian

Y mientras, en su mitin, el CNI expresa la apertura que busca el movimiento indígena: ``Llamamos a la sociedad civil a engrandecer más su corazón y caminar con nosotros, activa y creativamente, en estas nobles e importantes tareas'', que son la reconstitución integral de los pueblos indígenas, la lucha por la autonomía y el apoyo a la consulta nacional convocada por el EZLN.

Pese a esto, de repente brotan expresiones menos abiertas, parte de las contradicciones, de esta bizarra realidad. Así como se expresan opiniones antintelectuales de algunos voceros de organizaciones indígenas (que generalmente son profesionistas, o sea intelectuales, y mestizos), hay exabruptos sintomáticos. Un ejemplo: durante la marcha, este mediodía, al pasar el contingente de la CNPI frente al merengue del Palacio de Bellas Artes, un automovilista se molestó al no poder pasar con su vehículo, y un miembro de dicha organización lo imprecó: ``Hombre blanco, irracional''.

No obstante, hombres bastante blancos bailan al son del teponaxtle y los atabales en la plaza mayor y hacen suyo el mexica tiahui.

De todo hay en el crisol de nuestra perplejidad.


Jorge Escobedo Esquivel, maya del sur de Yucatán y representante del Foro Maya Peninsular: Ť Tierra que era de nos-otros y nuestros antepasados ya es de particulares por la razón de que compañeros campesinos que se van de albañiles a Cancún venden, amparados por el Procede (Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos). Procede presiona a los que no quieren vender amenazando con quitar apoyos. Otra cosa que queremos es que la justicia se aplique en la forma maya que había antes: que el que delinque no lo lleven a la cárcel, porque entonces los que sufren son la mujer y los niños, mientras él va a tener hasta tele. Nosotros queremos que se quede en la comunidad haciendo fajina. Así castigamos nosotros. Otra cosa: los pozos están convertidos en sumideros de suciedad. Antes eran vida para la gente pobre y hoy son muerte. Queremos que los limpien. Y lo último: el Consejo Supremo Maya, la Alianza Maya y la CNC no tienen una acción positiva para el pueblo, por eso están perdiendo base, porque el maya se está dando cuenta que es utilizado por ellos. Estamos tan engañados, tan desfavorecidos, que por eso estamos aquí, porque como mayas queremos ser mexicanos enteros.

Blas Padilla Mayanares, nahua de Atacholoya, Xochitepec, Morelos: Ť En tiempos del gobernador Jorge Carrillo Olea se cedió la explotación de una mina de grava volcánica a la empresa Aubri Corporation International, pero esa mina nos pertenece a diez ejidatarios. Ya habíamos ganado un juicio federal por el reconocimiento de nuestras tierras y pertenencias en 1995. Tenemos una constancia firmada por Jorge Gordillo, cuando era secretario de Gobernación del estado. Y este mismo señor es el que va y firma con los de la empresa la explotación de nuestra mina. ¿Cómo va a ser eso, que el señor sea juez y parte? Hasta ahora la mina no ha empezado a trabajar, pero nosotros exigimos que se investigue y aclare el asunto.

Federico Villanueva Damián y Filogonio Morales Galván, autoridades tradicionales mixes de San Pablo y San Pedro, municipio Ayutla Mixe, Oaxaca: Ť La familia Martínez Villanueva quiere desconocer acuerdos de la asamblea comunitaria y acusó falsamente a los ciudadanos Salomón Chávez, Francisco Arriaga y Genaro Martínez, que están presos en Santa María Ixcotel. La situación se agravó cuando el presidente municipal, su esposa y el regidor de Hacienda se mataron en un accidente automovilístico, pues con ese motivo se dictaron órdenes de aprehensión contra varias ex autoridades tradicionales, acusadas por ese homicidio. Por eso están presos, además de los mencionados, Aristeo Martínez, Laurentino Vázquez y Espiridión Marías. Y tenemos órdenes de captura ocho compañeros y dos compañeras, todo por delitos prefabricados. El meollo del problema es que Noé Martínez y su cuñado, Teódulo Domínguez, que es diputado del PRI, quieren desconocer el sistema de usos y costumbres de nuestra tribu mixe.

Representantes de 13 comunidades del municipio de Igualapa, mixtecos de la Costa Chica de Guerrero y miembros del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia: Ť El presidente municipal Eliú Galeana Alvarez acusa a todos nuestros pueblos, hombres, mujeres y niños, de ser eperristas. Y todo es porque cuando se eligió al candidato, nosotros no lo apoyamos a él, sino a otro. Ya hubo un asesinato en el municipio, el del profesor Pedro Mendoza, y nosotros culpamos de esto al presidente municipal. Hay amenaza de asesinar a varios más. Y además Eliú niega públicamente los derechos indígenas en San José Buenavista, Acalmani, Chacalapa, Llano Grande de Juárez de Chimalapa, La Libertad, Llano Grande de los Hilarios, San Juan de los Llanos, Colonia Enrique Rodríguez, Rancho El Capulín, La Reforma, Tepatahua y La Victoria. Pedimos que el gobernador Angel Aguirre esté enterado de esta situación y que mande un escrito al presidente municipal para que se calme. No somos eperristas.

Francisco Sánchez, indígena otomí de 60 años, originario de San Antonio de la Laguna, estado de México: Ť Una resolución del presidente Lázaro Cárdenas nos dotó de tierra en 1936, fueron 310 hectáreas y nuestros padres nunca tomaron posesión de ese ejido, porque los habitantes de San Gaspar se apropiaron de él en 1944. La Procuraduría Agraria nos hizo perdedizo el expediente y apenas hace poco pudimos verlo, pero nos dicen que eso ya no tiene remedio porque esa gente ha tenido las tierras desde hace tiempo. Hemos ido a hablar con ellos pacíficamente para que nos devuelvan las tierras, pero no entienden y nuestra comunidad es la más pobre del estado, porque casi nadie sabe leer ni escribir, no tenemos tierra para cultivar y vivimos de las artesanías que hacemos. Hace un año fui encarcelado por continuar con la lucha y hace poco me querían detener otra vez, pero no pudieron.

Pedro García Garibay, de la comunidad de Zapotlán, de Jalisco: Ť Tenemos posesión de 5 mil hectáreas y desde 1902 hay una sentencia a favor de nuestra comunidad, pero las autoridades agrarias no lo han querido reconocer. Existe una acta notarial de 1906 y documentos virreinales que acreditan que legalmente somos propietarios de esas tierras, pero nos han des-aparecido los documentos. Nos han quemado poblados en los reside gente de la comunidad, pero las autoridades agrarias se han hecho las desentendidas y hasta el momento sólo nos han reconocido la titularidad de 300 hectáreas Como no han querido reconocer que somos los herederos de esas tierras y los documentos están perdidos, vivimos con la incertidumbre de que en cualquier momento quieran desalojarnos de nuestras tierras.

Porfirio Moo Falcón, maya de Tiohsuco, Quintana Roo: Ť El foro ya tiene 600 miembros en el municipio Carrillo Puerto. Hace un año quisimos hacer un movimiento en los tres estados de la península en apoyo a los acuerdos de San Andrés Larráinzar y en pocos días teníamos al Ejército en nuestras calles y a los policías dentro de mi casa. Sólo hicimos la marcha en Tiohsuco. No estamos de acuerdo con el proyecto turístico de la iglesia y el museo porque vemos lo que pasa en Kobah, donde el maya tiene que pagar para entrar y ver lo que es de él''.


De los corresponsales Ť Cientos de simpatizantes de la causa indigenista, en conmemoración del 12 de octubre, realizaron ayer movilizaciones en Yucatán, Michoacán, Tabasco, San Luis Potosí y Tlaxcala. Los manifestantes pidieron la reivindicación de los derechos humanos de los indígenas, así como trato justo y equitativo para eliminar la pobreza y marginación por la que atraviesan actualmente, a raíz de las políticas económicas gubernamentales.

Indígenas yucatecos, convocados por la Alianza de los Mayas, organismo que preside el diputado priísta local Gaspar Xiu Cachón, marcharon por las calles de Mérida, Yucatán, donde exhortaron a las autoridades a brindarles ``apoyo real'' en salud, educación y alimentación.

En Morelia, Michoacán, unos 300 purépechas de la Meseta y la Cañada de los Once Pueblos, acompañados por alcaldes de municipios con densa población indígena, como Puruarán, Zacán, y Paracho, marcharon y realizaron un mitin con la consigna ``Nunca más un México y una América sin nosotros''.

Los indígenas michoacanos plantearon respeto a tierras y territorios, aprecio a su lengua y a la autodeterminación. Abelardo Torres, dirigente de nación purépecha-zapatista, recién llegado de la capital del país tras participar en el Congreso Nacional Indígena, señaló que los purépechas acogerán la consulta convocada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ``para que con la sociedad civil entremos en el diálogo con pueblos indígenas''. Asimismo demandaron la salida del Ejército Mexicano de Chiapas y ``alto a la persecución contra nuestros hermanos en Oaxaca, Guerrero e Hidalgo''.

En Villahermosa, Tabasco, alrededor de 200 chontales se manifestaron en la plaza de armas para denunciar que a más de 500 años del encuentro entre los continentes, los pueblos indios ``siguen siendo víctimas de las peores injusticias'' y repudiaron las políticas gubernamentales en torno a este sector de la población, además que acusaron la contaminación que enfrentan sus tierras, a causa de la explotación petrolera.

Mientras, cientos de indígenas tének, pames y nahuas, convocados por la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina, se reunieron en Huichihuayán, municipio de Huehuetlán, San Luis Potosí, donde realizaron un Foro Indigenista en el que reclamaron justicia, mejores condiciones de vida y respeto a los derechos de los grupos étnicos mexicanos.

En la capital de Tlaxcala, decenas de integrantes de la Central Nacional Urbana y Campesina (CNUC) y del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN), entre otras organizaciones, rindieron homenaje al guerrero tlaxcalteca Xicoténcatl Axayacatzin, por ``su resistencia ante los conquistadores''. Luego, en la Plaza de la Constitución de Tlaxcala, guardaron un minuto de silencio por los indígenas caídos este último año en el país, entre ellos los muertos en la masacre de Acteal, Chiapas, en diciembre de 1997.

La lideresa de la CNUC, Luz Rivera Martínez, explicó que con estas acciones, las organizaciones no gubernamentales de Tlaxcala iniciaron la promoción de la consulta pública convocada por el EZLN sobre los acuerdos de San Andrés Larráinzar. (Luis A. Boffil, Raúl López, Antonio González, René A. López y Víctor Hernández)


Notimex, Chicago, 12 de octubre Ť Un millar de personas se manifestó hoy por el centro de Chicago a favor de los derechos de los inmigrantes latinos y exigió que el Día de la Raza se celebre en Estados Unidos, en memoria de los indígenas en vez de los colonizadores.

La manifestación inició al mediodía en el centro del barrio mexicano de Chicago, Illinois, en la calle 18, y recorrió las avenidas más céntricas de la ciudad hasta llegar a la llamada Plaza de las Américas, frente al edificio del diario Chicago Tribune.

La marcha estaba integrada por unas mil personas, que representaban a diversas organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes, en su gran mayoría.

También incluía a grupos promotores del voto de mexicanos en Estados Unidos y asociaciones de guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y de otros países latinoamericanos.

Banderas de México, Guatemala y El Salvador se mezclaban con carteles que proclamaban ``506 años de lucha por los derechos humanos'', ``Residencia permanente para los guatemaltecos'' o estandartes con la efigie del legendario guerrillero cubano de origen argentino Ernesto Che Guevara.

La manifestación también se convocó en apoyo a varios sindicatos que se encuentran en huelga, entre ellos los de recolectores de fresas y de uvas, formados en su mayoría por mano de obra proveniente de países latinoamericanos.

La marcha fue además en respuesta al tradicional y oficial desfile del Día de Colón (como se le conoce al Día de la Raza en Estados Unidos), organizado por las autoridades de la ciudad y que se desarrolló a lo largo de la calle Darborn.

``Honren a los indígenas, no a Colón'', rezaba un cartel de la manifestación latina, al tiempo que los marchistas saltaban al ritmo de cantos de ``el que no brinque, es gringo''.

``De aquel lado desfilaron los descendientes de Colón'', de este lado estamos desfilando los descendientes de los indios'', indicó uno de los dirigentes de la marcha, cuando ésta finalmente se concentró frente al edificio del Chicago Tribune.

Según los organizadores del acto, que puso punto final a tres días de reuniones de organizaciones latinas, participaron en la manifestación grupos provenientes de los estados de Oregon, Nueva York, California, Texas y Washington, así como de México, Guatemala, El Salvador, Colombia, Haití, Ecuador, Puerto Rico y Honduras.

Roberto Barrasa, un dirigente latino del estado de Oregon, dijo a los manifestantes que no deben olvidar sus raíces y que tienen que seguir ayudando a sus paisanos que cruzan de manera ilegal la frontera entre México y Estados Unidos.

``A lo mejor ya todos somos ciudadanos norteamericanos, nacidos acá, pero debemos recordar que nuestros padres también fueron `mojados','' dijo Barrasa.

``A 506 años de la Conquista, a 150 años del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, a 50 años de la Declaración de los Derechos Humanos, los derechos de los inmigrantes siguen siendo pisoteados, y quizá más ahora que nunca antes'', aseveró.

Barrasa sostuvo que sólo mediante la organización de los grupos, el trabajo en los barrios y la presión política ``se puede levantar el espíritu del latinoamericano, el espíritu del trabajador en defensa de sus derechos''.

El dirigente de origen mexicano reclamó acciones para resistir ``el proceso de globalización económica, que para los inmigrantes latinos simplemente significa que se profundice la violación de sus derechos fundamentales''.

En la manifestación se recordó también a los participantes que el 22 de octubre se llevará a cabo en Estados Unidos un Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación.

La jornada fue organizada por las principales asociaciones de izquierda latinas y afroamericanas del país, y su objetivo fue condenar a las autoridades y crear conciencia entre la población ante el creciente problema de la brutalidad policiaca contra las comunidades latina y negra.

Organizadores de la marcharecordaron que en lo que va del año han fallecido 13 personas a raíz de actos de brutalidad policiaca, más del doble que en 1997, y que aumentan las denuncias contra agentes de policía, con un promedio de tres mil anuales desde 1996. Señalaron también que en Chicago sólo dos policías han sido procesados o encarcelados desde 1980 a raíz de denuncias de brutalidad, y ninguno ha sido despedido por uso de fuerza excesiva. desde 1996.