LISTOS, LOS B-52 EN GRAN BRETAÑA
Ap, Afp, Reuters y Dpa, Belgrado, 11 de octubre Ť El enviado estadunidense, Richard Holbrooke, continuó hoy sus conversaciones con el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, para lograr un acuerdo que evite que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realice bombardeos sobre la región en los próximos días. El enviado rechazó la afirmación de Belgrado, en cuanto a haber cumplido las resoluciones de la ONU al retirar a sus fuerzas de la provincia serbia de Kosovo, habitada en 90 por ciento por albaneses étnicos.
Rusia, a su vez, rechazó que la operación de la OTAN en Yugoslavia provoque el retorno a la guerra fría, porque ``hoy en día no hay una división del mundo en dos o tres bloques'', afirmó el canciller ruso Igor Ivanov. Sin embargo, advirtió que un ataque contra objetivos serbios provocará un caos internacional ``en el que los estados resolverían sus problemas fronterizos con el uso de la fuerza, y las consecuencias serían muy duras''.
China, que al igual que Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, reiteró su rechazo a la intervención militar, porque ``las bombas no resolverán la crisis en Kosovo'', y los países occidentales ``se devanan los sesos buscando una excusa para justificar esta operación'', a la que calificó de ``una injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano y una violación manifiesta a la Carta de las Naciones Unidas''.
Holbrooke se reunió en dos ocasiones con Milosevic este domingo, aunque no trascendieron detalles sobre las negociaciones. El funcionario estadunidense afirmó el sábado que la situación no ha cambiado, pero ratificó su compromiso de continuar con las conversaciones, ``para hallar un sistema pacífico, aceptable y plenamente verificable de acatamiento, como una alternativa'' a la acción militar.
Según trascendidos, Milosevic aceptó la mayoría de las exigencias de la ONU para lograr un acuerdo político sobre Kosovo que concedería amplia autonomía a los albaneses, pero rechazó que una fuerza internacional vigile el cumplimiento del cese del fuego y de los compromisos del gobierno yugoslavo.
La ONU y el Grupo de Contacto para Yugoslavia exigieron, además del cese del fuego, el retiro de las fuerzas serbias y yugoslavas de la provincia serbia, y el retorno de los casi 300 mil refugiados, así como el inicio de conversaciones con los separatistas albaneses sobre el estatuto de Kosovo.
Holbrooke anunció además que la OTAN se reunirá este lunes para decidir si da una ``orden de acción'' a sus militares para intervenir en Serbia. Añadió que esta medida no significa un ataque inmediato, sino dar credibilidad a la amenaza de una intervención y reforzar la presión sobre el mandatario yugoslavo.
El jefe del Pentágono, William Cohen, reconoció que es difícil lograr un consenso entre los miembros de la OTAN sobre el conflicto en Kosovo, pero estimó que en los próximos dos días los 16 miembros de la Alianza llegarán a un acuerdo sobre la intervención militar.
La OTAN cuenta con 430 aviones, 60 por ciento de ellos estadunidenses, contra 80 de la fuerza aérea yugoslava.
El consejero de Seguridad Nacional estadunidense, Sandy Berger, defendió la estrategia de su gobierno para tratar de solucionar la crisis en Kosovo, que comenzó en febrero pasado, y afirmó que un ataque aéreo de la OTAN no alterará las relaciones entre Washington y Moscú.
Berger rechazó las críticas del senador republicano John McCain, quien afirmó que ``el gobierno de Bill Clinton todavía no nos mostró un plan a largo plazo, ni definió cuales son nuestros objetivos'', y sostuvo que el caso Lewinsky opacó los problemas ``no sólo en materia política interior sino también exterior''. Agregó que el escándalo sexual no limita la capacidad de dirigir del mandatario, y desestimó el envío de tropas terrestres estadunidenses a Yugoslavia.
La primera dama estadunidense, Hillary Rodham Clinton, pidió hoy en Bulgaria poner fin a la crisis humanitaria y a las violaciones a los derechos humanos de la población albanesa en Kosovo.
Se estima que los combates entre las fuerzas serbias y el Ejército de Liberación de Kosovo han dejado un saldo de al menos mil muertos y casi 300 mil desplazados. Las potencias occidentales advirtieron en varias ocasiones sobre un desastre humanitario, si no se resuelve la crisis en la provincia separatista antes de la llegada de invierno.