Alejandro Nadal
Nuevo ropaje para el Fobaproa

En seis meses de debate sobre el Fobaproa, la iniciativa la sigue teniendo el gobierno. Los partidos no han estado a la altura de las circunstancias, y el riesgo de un mal desenlace es mayor que antes. El último episodio en el escándalo Fobaproa está marcado por el insensato acuerdo entre los dirigentes nacionales del Partido Acción Nacional y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El acuerdo permite validar la ilegalidad y la irracionalidad económica del rescate a los banqueros. Si el PAN vota este acuerdo en el Congreso, el gobierno habrá conseguido que lo acompañe en el más corrupto y ruinoso regalo a un grupo oligárquico en la historia del país.

El nuevo acuerdo con el que se busca sorprender al Congreso pretende sustituir parte de la cartera enviada anteriormente al Fobaproa por otros créditos. Se regresaría a los bancos la cartera integrada por créditos mayores de 5 millones de pesos que serían reemplazados por créditos inferiores a ese monto. Esta sustitución no reduce el monto de la cartera en poder del Fobaproa. Y si hay quitas a estos pequeños deudores serían pérdidas de este fideicomiso, no de los banqueros. Finalmente, la mancha de ilegalidad no se borra.

Nadie debe engañarse pensando que los pasivos del Fobaproa se reducen en este canje. Las declaraciones del presidente de la Asociación de Banqueros de México después del acuerdo son reveladoras. Dijo el señor Gómez: ``Se propone un intercambio de créditos, no una devolución ni el incremento de la pérdida potencial que convinieron los bancos en compartir con el gobierno. La banca no aceptará que las garantías de pago sean menores a las que tenemos hoy''. El tono de diktat es una ironía en este personaje cuyo Santander Mexicano ha recibido apoyo del Fobaproa por 9.82 veces el capital contable del banco. ¿Cuál fue el tope de pérdidas que convino el banco del señor Gómez con el gobierno?

En apariencia, la buena noticia del acuerdo es que ``los pasivos del Fobaproa no se consolidarán como deuda pública directa''. Aquéllos que ven aquí el triunfo de la razón deben quitarse la arena de los ojos. Según el acuerdo, los pasivos ``se pagarán con la venta de los activos del Fobaproa, la recuperación de créditos, las aportaciones de la propia banca por concepto de participación en las pérdidas, y los recursos presupuestales que autorice el Congreso''.

Pero la recuperación por venta de activos y cobranza de créditos será tan limitada como antes. Y el señor Gómez ya nos ilustra sobre la participación de la banca en las pérdidas. Por lo tanto, en última instancia el nuevo acuerdo pretende que los pasivos del Fobaproa se paguen, al igual que antes, con recursos públicos. Al gobierno le interesa que las pérdidas de sus amigos banqueros sean pagadas con recursos públicos. Poco importa que sea con deuda pública o partidas presupuestales.

Veamos una estimación optimista del impacto en el presupuesto. Supongamos que se recupera la mitad de los 552 mil millones de pesos por venta de activos y recuperación de créditos. Los banqueros ``no aceptarán menores garantías de pago'' así que la otra mitad y los intereses debe ser abonada a diez años. Así, el presupuesto de egresos para 1999 tendría, junto a las partidas del gasto programable, una que diga ``partida F'' (no fraude, sino de Fobaproa). En este escenario, en 1999 la partida F ascendería a unos 30 mil millones de pesos, superior a la partida destinada al desarrollo agropecuario. Eso sí, ahora los banqueros tendrían en su poder documentos ``plenamente avalados por el Congreso'' y se salva el escollo de la inconstitucionalidad porque no se iría ni un centavo a deuda pública. ¿Triunfo para la oposición o estafa del siglo?

De aceptar el acuerdo, el PAN puede inaugurar una nueva etapa en las relaciones Congreso-Ejecutivo. Nunca antes un grupo parlamentario distinto del PRI fue cómplice de la usurpación de funciones en detrimento del Congreso. En una negociación cupular, los dirigentes panistas están a punto de hacerlo. En mi opinión, saben muy bien lo que están haciendo. El resto de los parlamentarios de Acción Nacional debe evaluar otras opciones, incluso votar en este asunto como grupo parlamentario independiente, y convertirse en el genuino fiel de la balanza.