Serán de corto plazo e interés alto los créditos emergentes del BM
Roberto González Amador, enviado, Washington, 5 de octubre Ť Un nuevo llamado a evitar que la crisis asiática y rusa se transmita a América Latina fue hecho hoy aquí, pero la ausencia de propuestas concretas para hacer frente a la inestabilidad financiera mundial comenzó a despertar sentimientos de frustración entre los representantes de países en desarrollo que asisten a la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
En un mensaje dirigido al Comité de Desarrollo del FMI y del BM, Rodrigo Rato, vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda de España, consideró ``necesario enviar un mensaje de confianza a las economías latinoamericanas sobre su capacidad de superar la inestabilidad de sus mercados financieros''.
El funcionario español, que además de su país representa a México y Centroamérica en el Comité de Desarrollo, afirmó que deben buscarse fórmulas imaginativas que permitan una rápida recaudación de fondos, sin excluir la participación del sector privado, para apoyar a las naciones latinoamericanas a enfrentar la crisis financiera mundial.
Sin embargo, la declaración del gobierno español fue una más de las emitidas en los últimos días en esta ciudad, pues insiste en la necesidad de una acción coordinada mundial para hacer frente a los problemas causados por el retiro de inversiones de los países en desarrollo.
Para este día los participantes en la reunión conjunta del FMI y del Banco Mundial esperaban una respuesta concreta del Grupo de los Siete (G-7), que agrupa a las economías más desarrolladas del planeta. No fue así.
La única respuesta fue un tibio mensaje del presidente de Estados Unidos, William Clinton, quien pidió al G-7 ``hacer todo lo que sea necesario'' para enfrentar la crisis mundial, pero nuevamente las acciones estuvieron ausentes.
Rodrigo Rato dijo que deberían crearse mecanismos más fuertes ``que permitan consultas periódicas entre el FMI y el BM para facilitar posibles modificaciones de políticas ante un cambio en las circunstancias de cada país objeto de la intervención. Además, el intercambio de experiencias en los programas desarrollados por ambas instituciones es de suma importancia y la mejor receta para aprender de los errores del pasado y utilizar los aciertos en actividades futuras''.
Los llamados urgentes a que los países industrializados tomen la iniciativa para apoyar a las naciones en desarrollo continuaron hoy.
El ministro de Finanzas del Reino Unido, Gordon Brown, dijo que el G-7 está asumiendo un fuerte, unido y decisivo liderazgo para hacer frente a la turbulencia financiera mundial.
Sin embargo, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, reconoció que ``existe un límite en cuanto a la liquidez que el organismo puede proporcionar a la economía mundial'', e instó a la banca privada internacional a crear un paquete de préstamos de emergencia para países con problemas de liquidez, similar al utilizado por México en 1995.
``En momentos de crisis se requiere dinero de manera urgente. Por ello hemos creado un paquete de préstamos de corto plazo con interés elevado. Podemos dar ayuda, pero no queremos un sistema de financiamiento directo'', precisó.
Un miembro de la delegación mexicana que asiste al encuentro reconoció que hay cierto pesimismo ante la falta de acciones concretas para encarar la crisis mundial. ``Quizá lo interesante de esta reunión es que los países industrializados de Europa han reconocido que el problema no es sólo de América Latina o de Asia, sino que puede afectar a las economías de todo el planeta, aunque sin duda esperaríamos acciones más decididas'', indicó.