FAS: lícitos, los fondos que nos dio Cruz Roja
Angeles Cruz Ť Los donativos de Cruz Roja Mexicana a la Fundación de Apoyo Social (FAS) están amparados en un convenio de colaboración ``firmado hace más de un año'', por lo que no hay desvío de recursos, afirmó Roberto O'Farril Corona, vocero de este último organismo, quien ayer entregó copias de documentos que avalan la entrega de medicamentos y el ingreso de dos millones de pesos a esta institución, aunque no precisan el destino final.
Señaló que la FAS no puede verificar que el donativo haya llegado a Acapulco y Oaxaca. ``No lo necesitamos, y en todo caso corresponde a la Cruz Roja tener esa documentación.''
Enmedio de contradicciones, primero dijo que los comprobantes ya habían sido entregados a la Junta de Asistencia Privada (JAP) y luego que apenas los presentarían. Tampoco pudo explicar qué cantidad de los medicamentos entregados a la Cruz Roja se destinó a los damnificados por el huracán Paulina en Oaxaca y Guerrero. Explicó que durante 1997 se realizaron 15 importaciones de donativos de la fundación estadunidense Americares por 142 toneladas, 40 por ciento de las cuales (56 toneladas) con un valor de 40 millones de pesos, se entregaron a la Cruz Roja Mexicana. De estos movimientos hay comprobantes, igual que del donativo que a su vez hizo la benemérita institución a FAS.
De acuerdo con el convenio, ``la Cruz Roja entregará a FAS un donativo que servirá para recompensar los gastos de operación del programa, cuyo monto en cada caso, será fijado de común acuerdo entre las partes''.
Más adelante, el documento precisa: ``El donativo es en reciprocidad de los servicios de operación y gestoría que FAS realiza'' en beneficio de la Cruz Roja, la cual obtendría ``un ahorro considerable en la adquisición de insumos''.
De toda esta documentación tiene conocimiento la JAP, aseguró, y reiteró la disposición de la fundación a recibir todas las auditorías que sean necesarias. Agobiado por los cuestionamientos de los reporteros, O'Farril planteó que hasta ahora nadie ha auditado a la Junta de Asistencia Privada y a su presidente.
``Creo que de lo triste se puede sacar alegría, si esta oportunidad se aprovecha'' para revisar el marco legal de las insitituciones de asistencia privada. No obstante, rechazó cualquier posibilidad de presentar alguna denuncia por difamación, porque ``somos hombres de paz y lo único que queremos es que se aclare todo'' para que el prestigio de FAS no se pierda y con él todos los programas y donativos en curso.
O'Farril Corona precisó que el convenio de FAS con Cruz Roja -ambas presididas por José Barroso Chávez- fue aprobado por los patronatos de las instituciones firmantes, por lo que ahora no es dable pensar en algún tipo de desvío de recursos. Calificó de difamatorios los señalamientos que en este sentido se han dado en los últimos días.
En relación con Barroso Chávez, consideró que es una persona honesta, de edad, que ha consagrado su vida a obras de altruismo, por lo que cualquier acusación en su contra tiene que aclararse antes de pensar en su salida de la Cruz Roja.
En las copias de los documentos presentados, destaca el hecho de que Irma Fernández de Fautsch, directora nacional de delegaciones y una de las personas que renunció a su cargo y que presentó la denuncia pública sobre el supuesto desvío de recursos en Cruz Roja, firmó el 7 de noviembre de 1997 el cheque número 233 de Banca Serfín, por 2 millones de pesos entregados a FAS. Adjunto al mismo, O'Farril entregó también copia del formato de depósito en Banamex.
Sin embargo, ninguna de las copias precisa que el donativo se enviaría a Oaxaca y Guerrero.
Por otra parte, el vocero de FAS entregó copia del convenio entre esta institución y Americares, de fecha 29 de julio de 1997. Ahí consta que los donativos serán distribuidos libres de cargos para los organismos que los reciban y se utilizarán exclusivamente en la atención de enfermedades, las necesidades infantiles ``y no podrán ser re-exportadas, o cambiadas por dinero, otras propiedades o servicios''.
En sus argumentos para practicar auditoría a FAS, la JAP aseguró que aquella institución de asistencia privada no pudo comprobar la entrega de estos donativos, ni el dinero recibido a cambio. Mencionó que se practicaron dos visitas de inspección para aclarar la situación y que los directivos de FAS se negaron a recibir una tercera, con el pretexto de falta de tiempo, y después, porque sus instalaciones habían sido robadas.
Al respecto, O'Farril explicó que no hubo tal negativa a la inspección. Cuando la JAP mandó a su personal había en FAS un grupo de contadores particulares -también enviados por la junta- revisando la información contable. ``No consideramos oportuno que al mismo tiempo estuvieran los dos grupos porque habrían entorpecido mutuamente sus actividades''.
Respecto al robo de las instalaciones de FAS, O'Farril puntualizó que efectivamente se perdieron algunos documentos, pero ``providencialmente'' los relativos al donativo de Americares no sufrieron ninguna afectación, y por eso ayer pudieron presentarlos.