PARA LEER
Consciente del desprecio que la ciencia y la tecnología padecen en nuestro país, la revista IPN Ciencia, Arte: Cultura, del Instituto Politécnico Nacional, en su más reciente edición (numero 21, julio-septiembre), nos invita a reflexionar al respecto, al publicar el artículo ``Factores que afectan la vocación científica y tecnológica en México'', de Alejandra Romo.
La autora reconoce que el reto para México, en este fin de siglo, es obtener un desarrollo y un avance científico y tecnológico si se desea alcanzar mayores posibilidades de bienestar económico y social. Ello significa estimular a las recientes generaciones a optar por estudiar una de las carreras que la ciencia y la tecnología ofrecen.
Indicadores del Conacyt y la SEP señalan que, hasta 1993, la concentración de investigadores del SNI en el área metropolitana de la ciudad de México era de 48.4 por ciento (3 mil 252 de 6 mil 233); sólo 14.6 por ciento de los investigadores a nivel nacional pertenecían al área de las ciencias físico-matemáticas, 24.2 a las ciencias sociales y humanidades, 30.0 a ingeniería y tecnología, y 31.0 por ciento a las ciencias biológicas, biomédicas y químicas.
Ese año existía un solo investigador por cada 10 mil trabajadores, mientras que en países desarrollados se contaba con entre 40 y 60.
Frente a esa realidad, plantea que el Programa Nacional de Ciencia y Tecnología 1995-2000 ponga en marcha sus objetivos: fortalecer el sistema de investigación actual, formar personal docente de alta calidad para las instituciones de educación superior y establecer medios de divulgación que revaloricen a la ciencia y la tecnología, además de promover una comunicación entre la comunidad científica y empresarial. De esa forma, México tendría mejores probabilidades de competir para el próximo milenio.