GALERIA Ť Ana María Bailey Moreno
Genes de resistencia a herbicidas en plantas
A partir de la publicación de los resultados de las investigaciones de la doctora Ana María Bailey Moreno (Monterrey, Nuevo León, 1954) en revistas internacionales, una compañía privada estadunidense se interesó en realizar un proyecto de colaboración con la Unidad de Biotecnología e Ingeniería Genética de Plantas que el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional tiene en Irapuato, y que se tradujo en la submisión de una patente de carácter internacional que registra una nueva tecnología genética, la cual provee a las plantas de resistencia a un herbicida dentro de su propio cloroplasto.
Así, la fitopatóloga ha concentrado sus esfuerzos en la búsqueda de genes bacterianos involucrados en la degradación de herbicidas para su clonación, caracterización y posterior transferencia a las plantas.
``En varias partes del mundo y desde hace muchos años, diversos grupos de investigación han intentado la transformación de plástidos, pero no habían alcanzado éxito pues se concentraron en desarrollar una metodología, pero no con el propósito de proveer características útiles a las plantas.
``Los herbicidas modernos -continúa la especialista- son bondadosos para el medio ambiente porque no son tóxicos, incluso para el ser humano, pero tienen la desventaja de que al no ser específicos provocan la muerte de plantas de todo tipo. Y en el caso de los cultivos en crecimiento, el control de malezas se hace difícil porque no hay especificidad del compuesto. Por eso, desde hace muchos años las grandes compañías se habían propuesto la obtención de plantas resistentes a esos herbicidas, en particular al conocido técnicamente como glifosfato.
``Pero nuestro mecanismo utiliza dos genes que se transfieren a las plantas: uno de ellos inhibe al compuesto y el otro lo rompe, es decir, es un mecanismo de degradación que ocurre dentro de la planta, en el cloroplasto.''
A lo largo de ocho años, con el pago de los derechos por el uso de la tecnología desarrollada por la doctora Bailey -transformación genética de las plantas a través del uso de técnicas como la electroporación y la biobalística-, el Cinvestav podrá pagar más patentes desarrolladas por otros investigadores y financiar algunos de los proyectos realizados en diversos laboratorios de la unidad Irapuato.
Con gran orgullo, Ana María Bailey concluye: ``La unidad Irapuato del Cinvestav ha logrado despertar un interés internacional por las tecnologías que estamos desarrollando para mejorar plantas de importancia alimenticia, a través de los diversos aspectos de la biología molecular y de la ingeniería genética''. (Patricia Vega) (Fotos: Patricia Vega)
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