La Jornada Semanal, 4 de octubre de 1998



Elena Poniatowska

En México hay ahora una gran violencia.

-No lo creo, he caminado por las calles, he viajado en metro, en autobús y nunca me ha pasado nada.

-Es muy peligroso salir solo en la noche.

-A las doce de la noche ando por toda la ciudad como Pedro por su casa.

Como lo verán ustedes, el profesor Stanley Brandes, jefe del departamento de Antropología de la Universidad de California, Berkeley, es un fanático de México. A él nunca le ha dado la Moctezuma's Revenge y jamás lo ha enfermado el esmog. Si de él dependiera, viviría en nuestro país de tanto que lo quiere.

Ya en 1967, bajo la dirección de George Foster hizo trabajo de campo en el pueblo alfarero de Tzintzutzán, Michoacán, y desde entonces no ha dejado de venir a nuestro país año tras año, así como visita Andalucía y Cataluña cada año.

Lo conocí en 1995, cuando fue director del curso para extranjeros del Mexico City Study Center que patrocinan la Universidad de California y la Universidad Autónoma de México. Desde entonces me sorprendió su gran amor y sobre todo su gran conocimiento de México manifestado en cada una de sus palabras, libros y artículos.

Graduado con honores de la Universidad de Chicago en 1964, recipiendario de becas de la Fundación Wenner-Gren y de la National Endowment for the Humanities, el profesor Stanley Brandes habla español, catalán, francés, portugués e italiano. Ha dado cursos de introducción a la antropología social y cultural, a la antropología psicológica, historia de la teoría antropología y catolicismo como sistema cultural. Sus trabajos sobre pueblos de México, de América Central y Europa son notables, pero a mí lo que más me interesa es su libro sobre el machismo en Andalucía, Metáforas de la masculinidad; sexo y estatus en el folclor andaluz, porque me encantaría hacer uno sobre el machismo mexicano. También me llamó mucho la atención su libro Forty: the Age and the Symbol.

Asimismo, el ecléctico profesor Brandes se ha interesado en el misterio del maíz: Conquista y comida; consecuencias del encuentro de dos mundos. Hoy por hoy se encuentra dedicado profesionalmente a la fotografía, ya que en años anteriores dio un curso sobre el uso de la fotografía en la antropología. Todo su tiempo libre lo pasa en el cuarto oscuro revelando sus negativos.

Protagonista del movimiento estudiantil en el Berkeley de los sesenta, Stanley Brandes nos da ahora un recuento de lo que sucedió en la Universidad de California, que fue la chispa que encendió, en 1968, todos los movimientos estudiantiles del mundo.