La Jornada 4 de octubre de 1998

Niega Villanueva ser salinista; lo del sindicato, "ataque de López Obrador"

Roberto Garduño /I Ť Defensor del llamado sindicato de gobernadores del Sureste, Mario Villanueva considera a Manuel Bartlett un buen candidato del PRI a la Presidencia de la República, pero también como ``viable'' sucesor de Ernesto Zedillo a Roberto Madrazo. Figura controvertida sobre la que pesan señalamientos de presuntas actividades relacionadas con el narcotráfico, y de férreo control político en su estado, el gobernador de Quintana Roo expone su ``verdad'' a La Jornada.

-¿Cómo se define Mario Villanueva?

-Soy firme y de carácter, muy abierto y directo en la forma de hablar, cuando siento que algo no conviene lo digo abiertamente, pero no ofendo ni afecto a las personas. Me defino como un conciliador natural y como concertador. Me defino como una persona demasiado abierta y eso genera controversias.

A diez meses de que abandone el poder en Quintana Roo, Mario Villanueva habló con este diario. Dijo que antes de irse debe limpiar su nombre, ``decir mi verdad'', frente a las acusaciones que se multiplican en su contra.

El político priísta responde a las dudas sobre su proceder público; sus vínculos con Carlos Salinas de Gortari; su presunta participación en actividades de narcotráfico, y su multicitada asociación con Manuel Bartlett, Roberto Madrazo y Víctor Cervera para impulsar una candidatura presidencial distinta a la del PRI.

-¿Es usted salinista?

-Yo creo que decir que soy salinista es un error. Yo no formo parte de ningún grupo político más que el que está con el presidente Zedillo. Yo al (ex) presidente Salinas no lo conocía, no tenía relación directa con él. Yo tuve relación con él hasta el día en que me recibió en una audiencia y me comentó que el PRI me consideraba su opción para la gubernatura. A mí quien me apoyaba continuamente, y por alguna razón le simpaticé, fue Luis Donaldo Colosio, ¡y fuimos muy amigos!

-Pero se decía salinista...

-Yo tengo que reconocer que a mí, como gobernador, Salinas me ayudó mucho, él como presidente hizo lo propio para que Quintana Roo avanzara. Los problemas de Salinas son de él, y finalmente su tiempo ya pasó. No me deslindo, ni tengo ningún temor. Y del salinismo, si hay un grupo en ese sentido, lo desconozco, yo no tengo nada qué ver.

-Es usted un hombre controvertido y en ocasiones sus declaraciones en favor del sindicato de gobernadores han generado escándalos políticos. ¿Usted forma parte de él...?

-Esto del sindicato de gobernadores es una definición en plan peyorativo de Andrés Manuel López Obrador. Manejó la definición de que somos duros, con la imagen de violadores de la ley y que pretendemos presentarnos como un grupo unido con intereses políticos distintos a los del PRI y del propio presidente Zedillo.

-Pero a la luz pública actúan como un grupo unido...

-Yo nunca dejo de utilizar el diálogo, la conciliación, la concertación en los problemas que se me presentan, pero cuando hay que actuar en la aplicación de la ley, soy firme, porque creo que el gobierno debe ser fuerte.

Su desacuerdo con el juicio a Cervera

-Pero sobre el sindicato de gobernadores, usted defiende a Víctor Cervera, a Manuel Bartlett y a Roberto Madrazo.

-Yo tomé una decisión personal, decidí poner la cara en ese tipo de ataques y decidí hablar. Hice público mi desacuerdo contra el juicio político que se le quería fincar a Cervera Pacheco. Yo soy un estudioso de la ley, y he planteado la injusticia de esa lucha política de la oposición con el objeto de ganar espacios. Lo que digo es muy sencillo, Andrés Manuel (López Obrador) nos ataca a los gobernadores ¡nos tilda de un famoso sindicato que hemos tomado a broma! ¡Lo vemos como una broma porque es absurdo! Pero yo soy un gobernador que no está dispuesto a soportar las arremetidas y quedarse callado.

-¿Manuel Bartlett sigue siendo opción a la candidatura de su partido?

-¡Claro que sí!, porque tiene un gran valor político y administrativo, ha transitado por el PRI en sus niveles altos y bajos. También Roberto Madrazo es ``viable'' para suceder en el poder al presidente Ernesto Zedillo, pero no me corresponde designar candidatos. Que alguien diga que quiere ser aspirante, no es romper ninguna regla del PRI. El PAN y el PRD están encaminados hacia la sucesión, y nosotros no estamos haciendo mucho.

Más acusaciones

-Se le señala de narcotraficante...

-¡No!...(ríe).

-O de cómplice de narcotráficantes...

-Llegó un momento en que consideré ponerle un alto. El año pasado fui a ver al procurador y a Mariano Herrán, para decirles que me investigaran, que me preocupaban esas actitudes de carácter doloso, que si había un expediente se diera a conocer, porque no se vale que uno como funcionario utilice su fuero para escudarse. No se vale que lo traigan a uno como delincuente. La Interpol y la inteligencia mexicana desmintieron que yo estuviera relacionado con el narcotráfico, un diario amarillista que está haciendo sensacionalismo me trató de afectar...

-¿Quién lo trata de afectar?

-El PRD.

-¿Por qué el PRD detrás de esas arremetidas?

-¡No! ¡No! ¡No! Tampoco estoy satanizando al PRD, no estoy de acuerdo con sus procedimientos porque todo lo que hago les parece mal, y tratan de cansarme, pero la verdad es que no logran nada. Con toda honestidad desconozco las acusaciones de narcotráfico.

-¿Pero no ha sido muy recurrente esa acusación?

-Esto se lo han dicho a (Francisco) Labastida, al cardenal (Juan Jesús) Posadas, a la familia de la esposa de Zedillo, es el sello distintivo de quien pretende denostar o desprestigiar a alguien. Estamos deteriorando la vida política del país para afectar la sucesión, para afectarla a favor de alguien...

-¿De quién?

-De intereses ajenos, esto es especulativo, todos los políticos del PAN y ahora los del PRI se están acusando de narcotraficantes.

-¿Pero es usted narco?

-A mí no me espanta esto. ¡Soy gente de carácter! Quizá decir mi verdad es uno de mis problemas. No me preocupa que digan que soy narcotraficante, soy gente seria.