La Jornada 4 de octubre de 1998

Naciones en desarrollo exigen participar en decisiones que las afectan

Agencias, Washington, 3 de octubre Ť Presionados por las perspectivas de una depresión económica mundial, los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Siete (G-7) -que aglutina a los países más industrializados del mundo-, prometieron trabajar juntos para frenar la agitación financiera internacional, ya que constituye un gran riesgo para sus economías.

En un comunicado emitido después de su reunión, el G-7 comprometió su cooperación en los mercados de cambio como le sea requerida y pidió a Japón que tome medidas para depurar su sector bancario y reactivar su alicaída economía.

Instó también a Rusia a acelerar las reformas económicas y a buscar un diálogo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

``Las condiciones de los mercados financieros se deterioraron en varias partes del mundo y condujeron a un mayor debilitamiento de las perspectivas de crecimiento, especialmente en muchos países emergentes'', así como en otras regiones, se afirma en el comunicado.

Los ministros de Finanzas analizaron durante toda la tarde diferentes propuestas para frenar la crisis, que ha provocado una hilera de desastres financieros, incluyendo la peor desaceleración económica en Japón desde la Segunda Guerra Mundial, el colapso de la economía rusa y una depresión en Indonesia que podría lanzar a 100 millones de personas a la pobreza y que ahora amenaza con extenderse a Latinoamérica.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, mencionó que en la reunión se analizó también la situación de Brasil, el gigante de América Latina, al que muchos economistas consideran vulnerable al contagio de la crisis, e hizo énfasis en el ``profundo compromiso'' del G-7 en hacerle frente a la volatilidad de los mercados.

Horas antes, los países en desarrollo propusieron la creación de fondos regionales de estabilización para evitar las crisis financieras como las que golpearon al sudeste de Asia y Rusia. El Grupo de los 24, que representa a 128 naciones en desarrollo, instó a las principales potencias industriales del planeta a bajar sus tasas de interés para restablecer la calma a los mercados financieros internacionales.

Finalmente, el G-7, integrado por Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá, consideró la posibilidad de usar el Acuerdo General de Préstamos (AGP) del Fondo Monetario Internacional si las circunstancias lo ameritan, para ayudar a los países afectados por la crisis global.