Masiosare, domingo 4 de octubre de 1998


ENTREVISTA CON FELIX SALGADO MACEDONIO


No me pondrán
serio


Arturo Cano y Alberto Aguirre M.


El Diputado Costales está ``preocupado''. Se ha puesto a pensar en la recomendación que una empresa de publicidad le hizo a Cuauhtémoc Cárdenas: ``A él le dijeron: `te tienes que reír', y tuvieron un gran éxito. Yo me la paso riendo. A lo mejor me dicen que me ponga serio. Y, la verdad, está muy cabrón que a mí me pongan serio''

En las sobremesas perredistas no se habla de la risa de Félix Salgado Macedonio. Ni de sus pantalones de mezclilla o su anillote de oro. Es más, ni siquiera de la potente motocicleta en la que llega al Senado. Más bien le dan vueltas a otro punto: querían llevar de candidato a un empresario ex priísta que les iba a dar votos y una imagen de partido responsable. No se pudo. Salgado se las ganó en las urnas. Y así, como se dice entre consejeros nacionales perredistas, el ``radicalismo escénico'' estará de nuevo en campaña.

El menospreciado

Félix Salgado se ganó el mote de Diputado Costales cuando, en 1988, vació boletas electorales semiquemadas desde la tribuna de San Lázaro. Claro, terminó instalado en una curul.

Y de ahí en adelante: Salgado fue presidente estatal de su partido, candidato a gobernador hace seis años y senador de la República. Una carrera contra las opiniones de destacadas figuras de su partido a las que, reconoce, "no les gusto".

(En su primera visita a la sede nacional del PRD como candidato, por ejemplo, nadie de la dirigencia estuvo para recibirlo).

-¿A quiénes y por qué no les gusta?

-No soy político que sacuda sacos, que gane el aprecio con cumplidos, que ande visitando oficinas de dirigentes. "Te hace falta que comentes, platiques, llames por teléfono y visites. Tienes que ser más diplomático", me dicen. Pero como que se me dificulta ser más político. No me defino como un político, me defino como un luchador social.

-¿De veras es un asunto de caravanas?

-Siento a veces el desdén, el menosprecio... Todo eso lo siento. No soy el fino, el cortesano... será por eso.

-El escenario electoral en Guerrero, tan parejo, ¿no lo obligará a moderar el discurso si quiere ganar?

-Habría que escudriñar el término ``moderado''. Guerrero padece un rezago ancestral: hay matanzas impunes, se atropellan los derechos de los pueblos. No puedo ser apacible. Lo sé: no puedo ofrecer discursos temerarios, pero tampoco temerosos. Estoy empeñado en que la democracia llegue a Guerrero. Y no reculo ni cedo.

-La iniciativa privada de Guerrero dice: ``Con Félix nos da miedo''.

-Esa pequeña minoría sabe por qué lo dice. Son los empresarios serviles, los beneficiados del gobierno, los que no pagan agua potable, predial ni tenencia. Yo voy a trabajar con los empresarios-empresarios, y esos empresarios-políticos-priístas van a tener cancelados sus privilegios. Esos son sus temores. Y muy justificados.

El luchador

``¡Mientes!'', se leía en el cartel con el que Félix Salgado se plantó al lado de la tribuna, mientras Carlos Salinas de Gortari leía su último informe. Fue su mutación, de Diputado Costales a Senador Mantas.

Antes y después de ese hecho, Salgado había estado muy activo en su labor de acompañamiento de diversos movimientos, muchas veces sin importar su color.

Así, Félix marchaba con los ex trabajadores de Ruta 100, quienes le aplaudían, ``porque es el único senador que nos apoya''. Un día, Salgado coló a los barrenderos de Tabasco al Congreso y ellos se desnudaron frente a la tribuna. También se le vio en las protestas de los habitantes de Tepoztlán, Morelos, contra el club de golf, y en las movilizaciones contra la construcción de la presa San Juan Tetecingo.

A las viudas de los masacrados en Aguas Blancas las convenció para firmar un documento en el cual exigían justicia. Casi a fuerzas, le entregó al secretario general de la ONU, Boutros Ghali, un video de la matanza de Aguas Blancas.

Justo hace un año, Salgado irrumpió en una reunión en Acapulco para decirle al presidente Ernesto Zedillo que sus secretarios le mentían. Acusó, además, al alcalde acapulqueño de andar borracho cuando el huracán Paulina le pegó al puerto.

Por eso Félix Salgado se define como luchador social. Por eso y porque en su reciente precampaña tuvo la ocurrencia de hacer un cartel donde aparece con saco y corbata. Dice que la gente no lo reconoció (``se parece a El Divino, decían las señoras perredistas'') y que enseguida empezaron las habladas: ``Uh, ya va a cambiar: va a andar con su Suburban, rodeado de guaruras y policías...''

Y no, no cambiará su imagen de ``atrabancado'': ``¿Por qué? No soy un atrabancado sin razón. Soy de lo más serio que puede haber''.

-Aunque su imagen no cuadre con la que busca proyectar el PRD.

-Si me piden que cambie, no lo voy a poder cumplir. Y la gente en Guerrero -donde hay un perredismo genuino- así nos acepta. Nos acepta en burro, en moto, en carroÉ así, con esa beligerancia, con esa intransigencia de cambiar las cosas y acabar con el cacicazgo.

El vendedor

Los Salgado son de Las Querendas, cerca de Ciudad Altamirano, pero viven en Iguala hace muchos años. Ahí, Félix se graduó como ingeniero agrónomo en una escuela de la universidad estatal.

Familia originalmente campesina, los Salgado se han dedicado a la orfebrería y a la comercialización del oro.

De joven, Salgado la emprendió por distintos lados. En Iguala fue dueño de un periódico (La Acción); en Altamirano abrió una tienda de materiales para la construcción.

Pero el negocio familiar es la venta del oro, actividad en la que últimamente, dice, no les han ido muy bien a consecuencia de la crisis.

En la política, dice Salgado, le ha ido mejor que en los negocios, pues su patrimonio no ha crecido en los últimos años.

Otra ha sido la historia, sostiene el senador, de su adversario René Juárez Cisneros. Salgado afirma que su adversario habita en una residencia de 2.5 millones de dólares en Las Brisas -el exclusivo fraccionamiento en Acapulco-, que tiene bienes inmuebles en el DF y en el extranjero, cuentas bancarias abultadas, y una colección de automóviles clásicos.

``Es un hombre inmensamente rico. Un economista que nunca ha trabajado como tal y que fue muy hábil para saquear y robar cuando fue alcalde de Acapulco y secretario de Programación y Presupuesto del gobierno estatal. Y ahora dice que era niño de la calle...''.

Juzga:

``El señor puede tener mucho dinero y muchos recursos, pero provienen de la corrupción. Eso es lo que vamos a confrontar. El pueblo quiere honradez y el señor no garantiza eso; además, su proyecto es caciquil, con Rubén Figueroa al frente''.

-¿Quién ha sido el peor cacique de Guerrero?

-Rubén Figueroa (padre). Desde que mataron al profesor Caritino Maldonado (gobernador de Guerrero que murió hace 30 años, cuando se cayó su helicóptero en La Montaña), los Figueroa se han sostenido con el uso de los cuerpos represivos. La impunidad nos amenaza otras vez con sentar sus reales, ahora con su candidato.

-Pues se ve a Figueroa pisando fuerte.

-Venció adentro de su partido, porque tiene la estructura, porque tiene sus caciques locales. Pero acá no va a poder. Lleva a un candidato superficial, inflado, que no tiene arraigo ni sustento popular. No es un candidato del pueblo, le vamos a ganar.

Hace seis años fue precisamente Figueroa quien derrotó al candidato Salgado.

El gobernador

Ahora, en su segunda vuelta, a los 41 años de edad, Salgado no duda: ``Los comicios del 7 de febrero son mero trámite, ya estamos listos para la toma de posesión''.

Y, en ese plan, dibuja lo que sería su gobierno: ``Seré un miembro más del gabinete. Sin temor alguno retomo la máxima zapatista de `mandar obedeciendo'. No voy a ser gobernador de maleta (cargada de dinero) y pistola. Vamos a compartir el poder. Por eso el proyecto de gobierno popular''.

Más: la partida secreta se destinará al campo y los recursos del DIF se irán para atender a ancianos abandonados, niños de la calle y discapacitados.

Fiel a su tono belicoso, Salgado afirma que abrirá las puertas de la entidad a inversionistas y no ``a serviles, lacayos del gobierno''. A los empresarios que jalen con él les ofrece protección, incluso frente la autoridades hacendarias.

Cuando se le pregunta qué haría con Punta Diamante -donde el presidente Zedillo y Diego Fernández de Cevallos tienen propiedades-, dice que ordenaría una revisión del expediente ``para hacerle justicia a los despojados''.

En el proyecto de Félix, Punta Diamante sería un verdadero complejo turístico, con todo y casino.

El confiado

El candidato del PRD ocupa varios minutos en expresar su confianza hacia el órgano electoral local, la estructura de su partido... y el silencio de los fusiles del EPR y el ERPI.

``Van a tener que guardar sus rifles un ratito, porque vamos a ponerle todo el empeño en no defraudarlos, ni a ellos ni a nadie. Empuñaron las armas con justificada razón, aunque yo no esté de acuerdo con el método de la vía armada, ellos tienen razón. Pero sin duda existen todas las condiciones para el desarrollo de este proceso electoral''.

-¿No les van a ganar con despensas y láminas?

-Llevamos diez años de lucha. Entendemos que le llenan la panza un día a la gente y la deja morir de hambre todo el año... o todo el sexenio. La gente ya optó por recibir las despensas, pero votar en contra del PRI.

-¿Ningún candidato del PRD tendrá la tentación de usar esos métodos?

-No vamos a andar con esas políticas migajeras y pervertidoras. Es más: yo no quiero ser donador de despensas. Nosotros no queremos llevar el pescado, queremos enseñar a la gente a pescar.



PRD: Eficacia electoral
o respeto a las bases

Con muchos problemas, el PRD resolvió que Félix Salgado fuera su candidato.

La dirección nacional tuvo que obedecer el mandato de las bases y aceptar una candidatura ``atípica''.

El proceso terminó en divisiones que pueden poner en riesgo el ascenso electoral de la última década. (En julio de 1997, el PRI y el PRD prácticamente resultaron empatados: 44.7 por 41.5% de los votos).

El proceso interno se remonta a las semanas siguientes a la elección federal de julio de 1997, en la que el PRD obtuvo cuatro de las 10 diputaciones federales.

Los triunfos perredistas fueron en los dos distritos de Acapulco -el municipio más poblado- y en la Costa Chica.

Los dos líderes de esas zonas -el empresario acapulqueño Zeferino Torreblanca y la alcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez- fueron los primeros en destaparse. Les siguió Félix.

La lista la completaron el diputado Pablo Sandoval y los ex priístas Pío Quinto Damián Huato -ex secretario del gobierno estatal-, Angel Pérez Palacios, Jaime Castrejón Díez y Xavier Olea Muñoz, ex gobernador.

La dirigencia nacional del PRD pugnó por una candidatura ``de consenso''. Incluso, su presidente, Andrés Manuel López Obrador, encabezó -sin éxito- las negociaciones para que ``prevalecieran la unidad y el fortalecimiento'' y algunos aspirantes declinaran.

El tabasqueño utilizó todas las herramientas a su alcance: ordenó tres encuestas -que teóricamente servirían para ir descartando aspirantes- y se reunió al menos tres veces con los involucrados para pedirles que cedieran.

Nadie lo hizo.

Los resultados de 10 sondeos de opinión se conocieron en Guerrero. En todos, Salgado Macedonio encabezaba las preferencias.

``En el CEN del PRD -relata Salgado- nos dijeron que quien fuera arriba en la primera encuesta sería el candidato. No pasó nada. Luego mandaron a hacer otra, en la que salí más arriba. Y ni así se me reconoció. Prometí (que si no era el más votado) le levantaría la mano al que ganara. Pero fui el que ganó y me quedé esperando quien me levantara la mano''.

De los ocho que iniciaron, tres se retiraron -Torreblanca, Sandoval y Pérez Palacios- en favor de Jaime Castrejón, sobre quien cayeron acusaciones de los demás, por los ``exagerados recursos'' destinados a hacer proselitismo.

Los ánimos estaban tan caldeados que propiciaron que la dirigencia nacional se equivocara. Así, los precandidatos estuvieron impedidos de promover su imagen y no se publicó una lista de ubicación de casillas.

La elección se desarrolló el domingo 27 de septiembre, en medio del caos: se habilitaron mil 50 mesas receptoras en los 76 municipios, se distribuyeron 350 mil papeletas y un número indeterminado de cajas de cartón que funcionaron como mamparas. El centro de cómputo donde se concentró la información apenas tuvo tres líneas telefónicas...

Según Salgado Macedonio, se instalaron apenas 30% de las casillas contempladas. Y con todo, el número de votantes -casi 160 mil- cubrió las expectativas de la dirigencia nacional.

Un resultado de la consulta dejó especialmente satisfecho a Salgado. En Acapulco, él obtuvo 20 mil votos, los mismos que el candidato del PRI, René Juárez Cisneros, en la consulta interna de su partido.(Alberto Aguirre M.)