Reglas ``prudenciales'' al flujo de capitales, demanda el BID
Roberto González Amador, enviado, Washington, 2 de octubre Ť El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) planteó hoy la necesidad de que en el mundo se establezcan mecanismos para regular los movimientos de capital, cuya salida acelerada de los países asiáticos y de América Latina es una de las causas de la actual crisis financiera mundial.
``La pregunta no es si se deben liberalizar o no los mercados de capital'', declaró Ricardo Hausmann, economista en jefe del BID. Lo que se necesita, agregó, es establecer reglas prudenciales para regular y supervisar los movimientos de dinero.
Hausmann consideró, sin embargo, que se aprecia bastante difícil que se puedan establecer controles a los movimientos de capital, para impedir que dejen los países en que son depositados.
``El mundo no va a dar marcha atrás. No hay razón para pensar que se pueda retroceder en la liberalización financiera. Pero sí hay razones para desarrollar reglas prudenciales que nos permitan vivir con menos peligro en este mundo que tiene tantos riesgos'', expresó el economista del BID.
Para evitar que un cambio en la dirección de los flujos de capital afecte a los países latinoamericanos y al resto de los llamados ``emergentes'', Hausmann planteó la necesidad de que las naciones de la región cuenten con mecanismos ``prudenciales'' para prevenir la salida de esos fondos.
Mencionó que los países serían menos vulnerables a un cambio de dirección en los flujos de inversión, si los sistemas bancarios cuentan con suficiente liquidez, incluida la necesaria para hacer frente a su deuda externa.
Otro punto que debe ser atendido, expresó, es que las instituciones de crédito aumenten su capital a los estándares internacionales. ``Los países latinoamericanos deben hacer un esfuerzo especial para internacionalizar sus sistemas bancarios y probablemente también sea necesario que se establezca un mecanismo de monitoreo sobre las deudas externas de los países'', con el fin de determinar si son manejables.
Con medidas preventivas de ese tipo, añadió, los países emergentes estarán expuestos a un menor riesgo cuando ocurran fenómenos de inestabilidad financiera, como el que afecta a la mayoría de naciones en desarrollo desde que comenzó la crisis asiática, en julio de 1997.
``Lo mejor es tomar medidas para hacer frente a un fenómeno, el de la globalización de capitales, que no tiene marcha atrás. Si vemos que se está quemando el patio de enfrente, hay que tener cuidado de que no se incendie la casa'', comparó.
Reunión del G-7
Los países más desarrollados del mundo comenzarán mañana una serie de reuniones, en las que pretenden encontrar soluciones a la cada vez más extendida crisis mundial.
En medio de contradicciones entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) sobre la mejor forma de hacer frente a los problemas, el Grupo de los 7 (G-7) países más desarrollados sostendrá el fin de semana varios encuentros para tratar de armar un paquete de apoyo a las economías en crisis y también para aquellas naciones que enfrentan riesgos de choque, como Brasil y México.
Participantes en la reunión anual del FMI y del BM informaron que este sábado se reunirán representantes del G-7 para discutir un plan de ayuda para Asia, aunque Latinoamérica también será tema de las reuniones. El próximo domingo hay elecciones presidenciales en Brasil, un país con severos problemas financieros y la mayor economía de Latinoamérica.
Pero además de la reunión del G-7, este sábado habrá un encuentro a nivel ministerial del llamado Grupo de los 24, del que forma parte México, una instancia que representa los intereses de países en desarrollo en las negociaciones con organismos financieros multilaterales.
La cooperación y el paquete de ayuda para las naciones en crisis serán los temas obligados, luego de que la víspera el FMI y el BM urgieron al G-7 a asumir una actitud más decidida para buscar una solución a los problemas actuales de la economía.
Sin embargo, la diferencia de enfoques entre el FMI y el BM se mantuvo hoy.
El economista en jefe y vicepresidente del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, se manifestó hoy en contra de mantener los severos planes de ajuste impuestos por el Fondo Monetario Internacional para otorgar ayuda a los países asiáticos que entraron en crisis.
La declaración fue en sentido contrario de la hecha un día antes por Michael Mussa, economista en jefe del FMI, quien había dicho que ``quienes proponen relajar la política económica para superar la crisis seguramente han fumado algo que no es completamente legal''.
Stiglitz, ex asesor del presidente Clinton, a quien The New York Times calificó como ``la nueva figura keynesiana'', replicó: ``yo no he fumado nada, pero insistir en las políticas duras (como lo hace el FMI) es no darse cuenta de la realidad económica''.