Exhibirá el Museo de San Carlos desde noviembre más de 20 obras de Rubens
Juan Manuel Villalobos, especial para La Jornada, Madrid, 2 de octubre Ť A partir del 5 de noviembre y durante los próximos seis meses, el Museo de San Carlos de la ciudad de México expondrá más de 20 cuadros del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens (1577-1640), junto con las obras de sus grandes contemporáneos Antonio van Dyck y Jacob Jordaens.
La exposición, primera en su tipo que se presentará en México, se titula Rubens y su época, y tendrá como eje central los vínculos entre ese país y España derivados de la pintura flamenca del siglo XVII.
Servir al imperio español
``De forma coherente se hizo una selección que representa toda la pintura del siglo XVII, la más variada y la más rica, y en la que la inmensa mayoría de los pintores se encuentran vinculados a España'', explicó, Matías Díaz Padrón, comisario de la exposición y conservador del Museo del Prado, de Madrid, desde 1970.
Las figuras de tres grandes maestros de la pintura del siglo XVII (Rubens, Van Dyck y Jordaens), comentó Díaz Padrón, están representadas en la exposición con obras no sólo importantes, sino emblemáticas de esa ``vinculación del mundo hispánico con el sentimiento religioso que une todos los territorios del imperio''.
La muestra, que incluirá pinturas con temáticas históricas, religiosas, mitológicas, retrato, paisaje y vida cotidiana, es ``una preciosa panorámica representada por distintos géneros de la pintura flamenca y de la sociedad en la que Rubens se movía, de sus amigos, sus colaboradores y de sus pintores más allegados''.
Díaz Padrón, uno de los especialistas más reconocidos del mundo y cuya tesis doctoral en historia -de más de 450 páginas- versa sobre la pintura flamenca del siglo XVII en España, enfatizó que el tema de la exposición no responde a ningún capricho, sino al hecho de que Rubens se convirtió en ``un pintor al servicio de los intereses de España y de su nobleza, y que abrió líneas de contacto entre América y Europa''.
``Al igual que El Greco en el siglo XVI, Rubens en el XVII encarnó los ideales políticos y religiosos de la contrarreforma que se ven plasmados en su obra, donde la presencia de España es significativa'', explicó.
``Rubens fue un pintor y creador de ideas y sentimientos religiosos que se fijaron en América de manera tan penetrante, que artistas como Cristóbal de Villalpando retomaron los mismos sentimientos con la misma significación plástica'', agregó.
Para Díaz Padrón, a mediados del siglo XVII Rubens ya se había convertido ``casi en una máquina de poder expresiva y de propaganda, en una especie de instrumento visual al servicio del poderío español'', que inspiró de manera directa la obra de pintores de América, debido a que desde el puerto de Cádiz y por conducto de las casas de contrataciones, muchos cuadros y tapices flamencos fueron enviados a aquel continente.
Trascendencia artística y política
La exposición, compuesta por más de 70 obras prestadas por reconocidos museos de Europa (Francia, Inglaterra, Bélgica, España y Hungría) y América, incluye también cuadros de Van Herp, Van Lint, Teniers, Van Balen y Wolfort, entre otros pintores flamencos.
En Rubens y su época, dijo Díaz Padrón, se admirarán también obras inéditas e inaccesibles debido a que un buen número de ellas forman parte de colecciones privadas tanto de México como de España, prestadas ``generosamente por sus dueños''.
``Se trata de obras de gran calidad y tamaño que proceden del coleccionismo y que escasas veces se han expuesto'', dijo.
Indicó además que de no haber sido por razones de espacio, el número de pinturas a exponer hubiera sido mayor.
Sin embargo, afirmó que no obstante los pocos recursos con los que se contó, los directivos y el patronato del Museo de San Carlos ``se han preocupado por elaborar una exposición del máximo nivel mediante un ambicioso proyecto''.
Dijo que iniciativas como la del museo mexicano no sólo tienen trascendencia cultural, artística y académica, sino también de orden político, pues refuerzan la presencia del país organizador, y agregó que si México quisiera podría ``realizar más exposiciones con este carácter''.
Finalmente, Díaz Padrón señaló que la deferencia que tuvo la directora del Museo de San Carlos, Rosana Velázquez, al nombrarlo comisario de la muestra es una consideración especial para él y para España.
Díaz Padrón, además de ser profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, es miembro de la Junta de Calificación y Exportación de Obras de Arte del Ministerio de Educación y Cultura de España, y en su curriculum más reciente destaca haber descubierto que en Dorset, Inglaterra, se encuentran unas Meninas de Velázquez que se creían perdidas.
Asimismo, es comisario de la exposición del gobierno de las islas Canarias, La pintura flamenca del siglo XVI, vínculos y contactos con España, Portugal y Países Bajos, al tiempo que trabaja en un catálogo razonado y crítico de la pintura flamenca y holandesa del Museo Lázaro Galdiano.
Una vez que concluya la muestra Rubens y su época, en el Museo de San Carlos, ésta se trasladará a la ciudad de Ferrara, en Italia.
Mónica Mateos Ť La exuberancia carnal expuesta sin tapujos en las obras de Rubens escandalizó a la sociedad aristocrática de mediados del siglo XVII, pero nunca fueron censurados aquellos cuadros donde lascivos faunos corretean a las doncellas. El autor -que fue bautizado como ``el dios de los pintores'' dos siglos después por su colega francés Eugene Delacroix- puso en sus escenas mitológicas y en sus retratos algo más que un desbordado barroquismo: pinceladas que plasmaron, atraparon y sedujeron la imaginación concupiscente de la época.
Cuando Felipe IV, rey de España, encargó a Rubens la realización de más de cien escenas inspiradas en la literatura de Ovidio, para decorar uno de los palacios reales, el monarca recibió una carta de su hermano don Fernando (cardenal y gobernador de los Países Bajos) acerca de la obra El juicio de Paris: ``es la mejor que ha hecho Rubens, sólo tiene una falta, y es que están demasiado desnudas las tres diosas... (además) la Venus es retrato muy parecido a su misma mujer''. Este comentario revela, en efecto, una actitud del creador: su segunda esposa, Elena Fourment, con la que contrajo matrimonio en 1630, fue su musa y modelo durante la última década de su vida. Rubens también sirvió a la corona española como mentor del joven pintor Diego Velázquez.
Pedro Pablo Rubens nació en 1577 en Siegen, Westphalia, de padres católicos convertidos al calvinismo que emigraron a esa ciudad desde su natal Antwerp, Flandes, debido a persecuciones religiosas.
Desde 1630 hasta su muerte, ocurrida el 30 de mayo de 1640, vivió en Antwerp. Hasta el final continuó pintando lo que le era comisionado por los monarcas de Austria y España, pero a su estilo: dioses que expresaban sin pudor su lujuria, y los diferentes rostros de su amada Elena, su hijo y su país flamenco.