La Jornada 2 de octubre de 1998

Ortiz Salinas denuncia amenazas contra funcionarios de Finanzas del DF

Juan Antonio Zúñiga M. y Gabriela Romero Ť La ciudad de México cuenta con finanzas sanas y suficientes para no requerir del apoyo del gobierno federal ni de los bancos como ocurrió en la época de la regencia capitalina, cuando ésta era una dependencia más del Ejecutivo federal, informó el secretario de Finanzas, Antonio Ortiz Salinas, al pleno de la Asamblea Legislativa (ALDF).

``Eso sucedía antes, pero no podemos permitirlo ahora porque somos un gobierno autónomo'', manifestó el funcionario responsabilizado de fortalecer y reorientar la política económica de la nueva administración, quien reveló que la respuesta ciudadana evitó, con el pago de sus contribuciones, que el primer gobierno electo de la ciudad de México sucumbiera a los tres meses de haber tomado posesión.

Al comparecer ante el pleno de la ALDF, Ortiz Salinas denunció que cuando menos 11 funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Finanzas y sus familias han sido amenazados por grupos que han visto vulnerados sus intereses económicos, ``con el propósito de que abandonen sus puestos o dejen de actuar en contra de una corrupción que no es casual sino organizada''.

En parte, el secretario de Finanzas se refería a las dos denuncias de hechos presentadas ante la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) el pasado 29 de septiembre, con las que se puso al descubierto una amplia red de delincuencia organizada que ha falsificado un millón de multas ecológicas que se remontan a 1993 y las cuales fueron pagadas por los contribuyentes, pero esos recursos -unos 300 millones de pesos--jamás ingresaron a la Tesorería del Distrito Federal.

A este respecto, el funcionario precisó que en el transcurso de esta administración se han interpuesto 293 denuncias ante las autoridades judiciales de la capital, de las cuales 222 corresponden a cheques devueltos, 23 a fraudes, 21 a falsificación de documentos, 19 a robos, dos por cohecho, dos por daños en propiedad ajena, una por extorsión, otra por peculado y dos con relación a las apócrifas 584 mil 325 multas ecológicas. En este sentido apuntó: ``La magnitud de la corrupción tolerada, de los intereses involucrados y de la compleja organización requerida para operarla, se manifiesta en este último ilícito''.

El primer gobierno electo de la ciudad de México -explicó a los legisladores--recibió una Tesorería con disponibilidades de 2 mil 3 millones de pesos, a los que había que descontar mil 639 millones por descuentos y percepciones a favor de terceros, de manera tal que en caja propiamente había 364 millones de pesos al inicio de la actual administración.

Al cierre de agosto los ingresos del gobierno del DF se ubicaron en 26 mil 681 millones de pesos, lo que representó un incremento nominal de 26 por ciento respecto a los obtenidos hasta el mismo mes de 1987 y equivalente a un crecimiento real de 7 por ciento.

Por el lago de las erogaciones, los gastos totalizan 20 mil 699 millones de pesos al término de agosto pasado y llevaban un avance de 83 por ciento respecto a lo programado y superaron en 233 millones a los ejercidos en los 8 primeros meses del año pasado. Esto significa que hasta esa fecha se tenía un superávit de 5 mil 982 millones de pesos.

Réplicas y advertencias

La comparecencia del secretario Ortiz Salinas transcurrió sin mayores escollos. No hubo preguntas que quedaran sin respuesta, pero en su oportunidad de réplica, el diputado priísta Luis Miguel Ortiz Haro, interpretó que el excedente de ingresos sobre gastos del gobierno capitalino ``es absolutamente inaceptable'', porque -dijo--``porque el reflejo de la diferencia está a la vista, la ciudadanía resiente un incremento desproporcionado de impuestos y contribuciones y vive cotidianamente un deterioro de los servicios públicos en toda la ciudad''.

Pero al término de su réplica advirtió intimidatorio: ``Recuerde usted, señor secretario, que el no cumplir o hacer mal uso de las atribuciones que le señala el artículo 26 de la Ley Orgánica y que usted no desempeña, puede llevar corresponsabilidades. Recuerde, como me pide usted que recuerde yo, que los cargos públicos no son eternos. Recuérdelo a la hora de solicitar endeudamiento para no utilizarlos, con costos para la ciudad; recuérdelo al solicitar incrementos a los impuestos que no va a ejercer y presume como ahorros; recuérdelo cuando hace alegres arreglos con las cifras para intentar ocultar el fracaso de su gobierno''.

Ortiz Haro cumplió su cometido y entre bocados y charla departía con sus compañeros priístas, mientras en su turno Francisco Chiguil, del PRD, puntilloso y firme respondió: ``La invención por parte de algunos representantes populares sobre las disponibilidades estratosféricas con que cuenta el actual gobierno, en un análisis sesgado sobre los subejercicios financieros que no dan cuenta de los sobrejercicios en avances físicos, no tienen otro propósito que ocultar a la ciudadanía un dato básico y fundamental''.

La fracción priísta pareció no escuchar, la voz del PRD en boca de Chiguil: Ya no se promueve desde las altas esferas de la administración la corrupción y la impunidad en el manejo de los recursos públicos (...) Pretender acumular capital político haciéndole daño a la ciudad, como lo pretendieron, también es una estrategia que fracasará indudablemente en el futuro''.