Desoyó el gobierno al BM sobre el Fobaproa
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 1o. de octubre Ť El gobierno mexicano resistió firmemente los esfuerzos del Banco Mundial y de otras instituciones financieras multilaterales para limitar el alcance del Fobaproa y las demandas de acciones más firmes para destituir a gerentes bancarios incompetentes, según un documento confidencial del BM obtenido por La Jornada.
Una evaluación del paquete de asistencia de mil millones de dólares del BM para apoyar la restructuración financiera de México a consecuencia de la crisis del peso en diciembre de 1994, describe un constante debate durante 1995 y 1996 entre el gobierno mexicano, renuente a aplicar reformas más drásticas, y el BM y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Además, La Jornada se ha enterado de que este debate ha seguido con el BID y que este año ha sido tan intenso que México decidió dejar de compartir gran parte de sus datos financieros con el BID y se ha negado a presentar informes periódicos.
Los funcionarios financieros mexicanos argumentaron que el sistema económico era demasiado frágil y que un programa más radical de restructuración de los bancos hubiera costado más dinero del disponible durante una crisis financiera.
De hecho, frente a todo el poder e influencia que se atribuye a las instituciones financieras internacionales, estos documentos sugieren que el gobierno mexicano efectivamente resistió la presión del exterior para acelerar el ritmo de las reformas financieras y que, a pesar de esta resistencia, la comunidad financiera internacional siguió otorgando créditos y rehusó criticar públicamente lo que consideraba un programa inadecuado.
El argumento del BM de que la renuencia del gobierno mexicano resultará en un rescate bancario más costoso y menos efectivo sólo se comprobará con el tiempo.
``El sistema (de garantías bancarias) de México es extremo, según normas internacionales, pues ofrece una garantía gubernamental implícita a todo pasivo bancario no subordinado'', escribe un analista del BM en un informe secreto sobre el Fobaproa. ``Incluso los préstamos interbancarios y bonos comercializados están cubiertos por la garantía del Fobaproa'', agrega.
Como condición para recibir el paquete de rescate financiero internacional de 1995, el gobierno mexicano acordó limitar esta amplia cobertura de pasivos ofrecidos por el esquema del seguro bancario, particularmente en torno a los acreedores especulativos. Pero según el BM, el gobierno mexicano ha aplicado estas reformas muy lentamente por temores a que puedan minar un sistema bancario de por sí inestable.
Las instituciones financieras internacionales que participaron en ese paquete de rescate de 1995 también consideran que el Fobaproa creó un ``esquema de incentivos negativos'' que permitió que personas que no necesitaban fondos del paquete de rescate se beneficiaran de todas formas.
El BM sostuvo que en vez de ofrecer las tres etapas de apoyo a través del Fobaproa, el gobierno mexicano debió haber estipulado que después de una respuesta de emergencia inicial no se otorgaría asistencia adicional a deudores. Además, el BM presionó a México a acordar que toda asistencia adicional ``vendría con un costo de diluir de forma extrema a los accionistas y una sustitución completa de la administración, lo cual podría haber sido más efectivo para mantener los incentivos apropiados''.
Pero el gobierno mexicano resistió estas recomendaciones al considerar que hubiera forzado a que más bancos cayeran en el incumplimiento de sus obligaciones y en una renacionalización de facto de algunos de los bancos al imponerles una nueva administración nombrada por las autoridades.
En un documento que obtuvo La Jornada, en el cual el gobierno mexicano manifiesta su desacuerdo ante el BM, sostiene que su programa sí resulto en una restructuración radical del sector bancario.
Sin embargo, el BM insistió en que el proceso no fue suficientemente profundo y que eso a largo plazo podría resultar en un costo más elevado del rescate de los bancos. Además, los analistas del BM advirtieron (este informe confidencial fue concluido a fines de 1997 y principios de 1998) que había cierta evidencia de un ``crecimiento imprudente del crédito'', particularmente entre algunos de los bancos más pequeños.
Pero ya que el gobierno mexicano se había negado en ese tiempo a publicar datos sobre la condición de estos bancos o incluso a ofrecerla al BM, no había forma de evaluar con precisión qué tan grande era el problema. ``Los costos de salvar tales bancos, si resultan insolventes, sólo pueden incrementarse si continúan operando con los incentivos actuales'', concluye el informe interno del BM.