Orlando Delgado
Hacienda camuflajea el Fobaproa

Sin la participación del PRD, los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados y el Ejecutivo llegaron a un acuerdo ``en principio en torno al Fobaproa'', que contiene dos aspectos fundamentales: 1) los pasivos del Fondo no se consolidarán como deuda pública; 2) los créditos mayores a 5 millones se devolverán a los bancos que no fueron intervenidos. Se acompaña de otros aspectos, como la revisión de cuestiones legales para consolidar el sistema financiero, un nuevo programa de deudores, nuevos organismos para manejar el seguro de depósito y entrega de toda la información necesaria para la realización de auditorías.

Estos acuerdos están siendo festinados como el inicio de la solución y el destrabamiento de las propuestas para reformar al sistema financiero. Sin embargo, el asunto está lejos de una verdadera solución, ya que el Ejecutivo utiliza la vieja máxima de Lampedusa: ``Todo tiene que cambiar, para que nada cambie''. Reconoce que, en efecto, los pasivos del Fobaproa no se convierten en deuda pública, tal como lo exigieron primero el PRD y luego el PAN; lo que significa que el Ejecutivo perdió una batalla decisiva en su propuesta de reforma, que se iniciaba con un nuevo apoyo a los bancos haciendo líquidos los ``pagarés Fobaproa'', mejorando su solvencia y cargando el costo a los causantes. Hoy se puede decir que no pagaremos de un golpe los famosos 552 mil millones de pesos, sino que lo haremos poco a poco, y sólo una vez descontada la venta de los activos; la victoria de la oposición es importante, pero ciertamente no completa.

Pero, en el segundo aspecto el Ejecutivo intenta recuperarse, ya que establece que los grandes créditos se regresarán a los bancos, excluyendo a los intervenidos. Así, los créditos de Unión, Cremi, Obrero, Banpaís, Interestatal, Capital y Confía, se quedan como pasivos y tendrán que ser pagados; el fundamento de esto se encuentra en el documento Consideraciones sobre los puntos de convergencia entre los partidos y el Ejecutivo respecto a las iniciativas de ley en materia financiera.

Allí se establece que en el caso de los bancos intervenidos: ``El Fobaproa tomó el control de la institución y todos sus activos. En estos casos se debe procurar obtener la máxima recuperación, pero será imposible regresar algún activo a esas instituciones, ya que... son propiedad del Fobaproa o de nuevos inversionistas que nada tienen que ver con el origen de los créditos'' (p. 2). Así que el Fobaproa aportó recursos para poder venderlos, con la sola autorización de ellos mismos; recursos que, como no hay a quien devolverlos, tendremos que pagarlos todos. Esto es lo que pretende Hacienda y que el PRD se ha negado a avalar, mientras que en el PAN crecen las divergencias internas.

Así las cosas, de lo perdido en el primer punto, Hacienda recupera una porción importante en este segundo aspecto. Porción que, por cierto, en el documento citado, había hecho crecer artificialmente al reducir el monto de la cartera que los bancos cedieron a sólo 160.4 millones; dato que contrasta con el que aparece en el Informe Anual 1997 del Banco de México, que es de 245.5 millones de pesos y que es consistente con el que aparece en los estados financieros de los bancos (Boletín Estadístico de Banca Múltiple, diciembre de 1997, tomo 43; número 580, publicado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores).

Pero, no se trata sólo de ``recuperar terreno'' en este tema sino que, además, la cartera que se refiere a los bancos se cambiará por créditos pequeños. Así, el monto fatídico de 552 mil millones de pesos, que hasta el PRI había propuesto reducir 30 por ciento permanece intacto, de modo que Hacienda cree que si los créditos son menores a 5 millones, todos estarán de acuerdo. Olvida que el rechazo no es al monto ni al tamaño de cada crédito, sino a la operación entera del Fobaproa.

Y no sólo esto, faltan otras dos cuestiones: ¿los créditos de más de 5 millones regresados a los bancos, se auditarán? Y ¿los negligentes, señalados por el Presidente en el IV Informe, se salvarán? No cabe duda: hace falta el PRD en estas discusiones.