El nuevo titular del Poder Judicial será elegido por mayoría de votos
Jesús Aranda /II y última Ť Para José Vicente Aguinaco Alemán, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien lo sustituya en el cargo, el 4 de enero de 1999, deberá reunir las siguientes características: ``ser prudente, con experiencia en el Poder Judicial, que esté embebido en sus problemas, que se vea sereno''.
Aun cuando el presidente del máximo tribunal del país añade que podría ser ``cualquiera'' de sus 10 compañeros, por lo menos tres no reúnen la segunda característica, que es la de tener experiencia en la judicatura: Olga Sánchez Cordero y Sergio Salvador Aguirre Anguiano, quienes tienen sólida formación como notarios públicos, y Juventino V. Castro y Castro, quien fue subprocurador general de la República y tiene experiencia en el ramo de procuración de justicia.
Aguinaco asegura en entrevista con La Jornada que en la elección del nuevo titular del Poder Judicial de la Federación no tendrá ningún tipo de injerencia el Ejecutivo Federal y subraya que se elegirá al nuevo presidente ``por mayoría y no por consenso'', porque ``las democracias se hacen por mayoría y no por consenso''.
Entiendo por consenso, explica, unanimidad, y creo que la democracia funciona por el principio de la mayoría, insiste.
-Tengo entendido que cuando usted fue elegido, hubo una votación previa en que hubo un empate con Juventino V. Castro y Castro.
-Sólo hubo una y la verificó el pleno.
-¿Qué significaría que cuatro años después de esa elección, ésta se diera abierta?
-Pues... no sé, es una cosa contingente, quisiera tener una bolita de cristal para adivinar. No hay regla que suceda de nuevo, como tampoco hay regla para esperar lo contrario, ¿no?
-En esta elección, ¿habrá algún voto o injerencia del Ejecutivo?
-No, no.
-¿Cómo es su relación con el Ejecutivo?
-Respetuosa, de funcionarios; tenemos encomendada una función constitucional y en su desarrollo nos ceñimos precisamente a los cauces que señala la Carta fundamental y las leyes orgánicas.
-¿Qué le hubiera gustado hacer al frente de la Corte, que no haya podido lograr, que quedaría pendiente?
-En caso de que la Corte se dedicara a acciones o juicios de constitucionalidad se abreviarían tiempos, ya que se reduciría el volumen de ingresos, porque ya una gran proporción de éstos quedarían en manos de los tribunales colegiados, pero grosso modo se reduciría la cantidad de asuntos como a la mitad.
Por otro lado, Aguinaco asegura que las ``sugerencias'' que enviaron los ministros al Ejecutivo para reformar cinco artículos constitucionales, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y la Ley de Amparo son eso, simples sugerencias, y que tienen como propósito ``afinar la competencia interna de la Suprema Corte'', la competencia de los tribunales colegiados, las atribuciones del Consejo de la Judicatura Federal y el manejo interno de los jueces y magistrados.
Explica que los ministros propusieron que en el caso de las ejecuciones de sentencia -que constituyen la gran mayoría de los asuntos que resuelve la Corte-, la parte inicial del procedimiento la conservaran los jueces de distrito y después se turnen a los tribunales colegiados para hacer los requerimientos debidos a las autoridades responsables, y sólo en el caso de que no hubiera una respuesta satisfactoria, la Corte decidiera la aplicación de la fracción 16 del artículo 107 constitucional, que plantea la destitución de funcionarios por desacato judicial.
Esto, insiste, le daría un respiro a la Corte para que se centrara exclusiva y preferentemente en las cuestiones de inconstitucionalidad de leyes, ya sea por la vía de amparo, por vía del artículo 105 constitucional, controversias y acciones de inconstitucionalidad.
Finalmente, sobre la controvertida actuación del Consejo de la Judicatura Federal -creado en 1994 para la administración y vigilancia de los integrantes del Poder Judicial Federal-, Aguinaco señala que ``como todo organismo nuevo'', tuvo necesidad de construir rieles en la práctica ``que se llevó un buen tiempo''. Pero ahora, asegura, el Consejo ya tomó su camino, su paso, y todas las dificultades que surgieron en el camino se han ido superando.
Concluye la entrevista disipando dudas: ``No me jubilaré, seguiré como un ministro más cuando termine mi mandato''.