PARABOLA Ť Emilio Lomas M.
Se empieza a recorrer el velo

No obstante que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha empezado a recorrer el velo sobre la forma precisa y detallada como operó la alianza entre el gobierno, el PRI y algunos banqueros y especuladores que integran el círculo selecto de beneficiarios del Fobaproa, hay todavía muchísima información documentada que en breve dará a conocer ese partido, que pone al descubierto las complicidades que se gestaron en el poder y que ahora se pretende que paguemos todos los mexicanos.

Si bien los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional están empeñados en darle una salida al que amenaza ser el problema más grave de la administración del presidente Zedillo, el PRD además está intentando desmembrar y poner al descubierto el mecanismo mediante el cual el gobierno, su partido y aliados torcieron los mecanismos de ese fondo para beneficiarse.

Por lo pronto ha quedado claro cómo en el Fobaproa fueron absorbidas deudas de dineros que se destinaron a financiar las campañas electorales del PRI en 1994. En otras palabras, el partido en el poder, el PRI, está en Fobaproa porque entró en componendas y se benefició de apoyos económicos de empresas y personas que, operando por demás de manera deshonesta e ilegal, causaron junto con ex bolseros (llegados a banqueros) el quebranto financiero más grande en la historia del país.

Tarde o temprano, pero sucederá; se sabrá quiénes y cuánto se llevaron de esos fondos pero, además, quién autorizó esos préstamos porque, por lo menos en apariencia, a las autoridades hacendarias y financieras del país lo que más les interesa es ocultar el o los nombres de los que palomearon esos créditos. Dicen que las órdenes llegaron desde lo más alto de los círculos del poder ¿será?

Tanto el presidente Ernesto Zedillo como el secretario de Hacienda y el gobernador del Banco de México, José Angel Gurría Treviño y Guillermo Ortiz, respectivamente, están realizando un trabajo muy intenso para darle una salida negociada a este problema. Tan sólo en este mes se reunieron con el gabinete económico en tres ocasiones, buscando una salida alterna. El problema de fondo sigue siendo que no estarían dispuestos en dar a conocer un solo nombre de los defraudadores.

Existe una versión --aún no confirmada-- de que una representación gubernamental, incluidas la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, se habría reunido con los banqueros para llegar a un acuerdo: dar a conocer por lo menos el nombre de uno o dos ex bolseros implicados en dicho fraude. La respuesta fue inmediata; los que manejan los dineros del país desestabilizaron en las últimas dos semanas la Bolsa Mexicana de Valores y el tipo de cambio, amén de que amenazaron con una salida masiva de capitales especulativos del país.

Melée

Hoy por hoy hay cuestiones que siguen inquietando a la sociedad civil en torno a este problema, como es el hecho de que las autoridades aún no han entregado la información completa para que el encargado de realizar las auditorías a esos fondos, Michael Mackey, se ponga a trabajar... Sin embargo, el mismísimo Mackey estima que si bien el retardo en el inicio de esos trabajos puede afectar la calidad de la documentación requerida para realizar la investigación, su despacho tiene la experiencia suficiente para reconstruir la información necesaria a partir de registros incompletos... Así, en el caso de que el secretario de Hacienda, José Angel Gurría o el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, pretendan no dar a conocer la información completa sobre ese cuantioso fraude, ese despacho está en condiciones de reconstruir la información, como ya lo ha hecho en investigaciones similares, en las que se ocultaron y destruyeron evidencias... Ese despacho trabajó en los grandes escándalos financieros ocurridos en Wall Street en la década de 1980 y en los años subsecuentes, y cuenta además con expertos en ingeniería financiera que han detectado fraudes mayúsculos en las bolsas de prácticamente todo el mundo... Se sabrá, se sabrá, tarde o temprano, pero se sabrá.