Aguinaco: la Corte se basará en el pago justo al decidir sobre anatocismo
Jesús Aranda /I Ť El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José Vicente Aguinaco Alemán, señala a unos días de que el máximo tribunal resuelva las contradicciones de tesis sobre la capitalización de intereses -uno de los asuntos más trascendentales para la vida nacional-, que no se dictaminará ``quién gana o quién pierde'' -los banqueros o los deudores-, no se fomentará la cultura del no pago -``que cada quien pague lo que debe, lo que sea justo''- y tampoco se juzgará sobre las dictámenes emitidos por los tribunales colegiados en la materia.
La Corte, precisa en entrevista con La Jornada, definirá los nueve criterios que plantean las contradicciones de tesis sobre la capitalización de intereses para que los tribunales resuelvan a futuro conforme a los parámetros que se establezcan.
Dice que con su resolución -como en todas las que emite el máximo tribunal-, los ministros en la práctica buscan el perfeccionamiento del sistema federal de gobierno, para que el desempeño de los estados, los municipios y la Federación se realicen dentro de los precisos márgenes o cauces que señala la Carta Magna. Todo ello, subraya, con plena autonomía e independencia en sus acciones.
En el caso concreto de la capitalización de intereses, la Corte buscará que la resolución sea entendible para la población en general, de modo que sea útil para quien interponga posteriormente juicios en la materia.
A menos de cuatro meses de dejar la presidencia del máximo tribunal y convencido de que no se jubilará y se mantendrá como un ministro más, Aguinaco resalta la importancia que tuvo la reciente decisión de la SCJN de conceder, por primera vez, la razón al Partido de la Revolución Democrática en una acción de inconstitucionalidad -que anuló la pretensión del Congreso de Quintana Roo de establecer una cláusula de gobernabilidad-, al señalar:
``Realmente esta sentencia también obedece a que el PRD planteó muy bien su acción de inconstitucionalidad, se valieron de muy buenos juristas y está muy bien planteada''.
-Es un avance, ¿no? Porque antes los partidos descuidaban este asunto.
-Pues sí, porque antes las cuestiones políticas se estancaban, no ante los tribunales judiciales, sino que los arreglos se hacían en otras instancias. Y ahora que hay desavenencias e interpretaciones dispares de los preceptos de la ley, por ejemplo, lo someten al más alto tribunal de la República, por la confianza que les inspira en su imparcialidad y en su equilibrio de ánimo para resolver los conflictos sin atender a la calidad de cada una de las partes y a la personalidad de cada una de ellas, sino que si les asiste el derecho, se les reconoce la protección.
-Precisamente, a raíz de las reformas constitucionales se creó la llamada ``nueva Corte''. ¿Cuál considera que ha sido el mayor aporte de ella en estos cuatro años?
-Ha habido tantos que..., de momento, retomando el tema de las acciones de inconstitucionalidad, uno de los aportes ha sido la intervención de la Suprema Corte en las disputas sobre la constitucionalidad de las leyes electorales que anteriormente estaban vedadas -controversias o discrepancias- para el conocimiento de los tribunales federales. Ese es un aporte muy grande y la Suprema Corte ha demostrado un gran equilibrio y ha ahondado en todos los problemas electorales cuando se los traen a consideración. Desde luego, otro de los aspectos que se ha abierto son las controversias constitucionales, que son las disputas entre órganos gubernamentales, ya sea del orden federal, estatal o municipal, eso es lo que más ahonda. La Suprema Corte realmente está atendiendo a un número muy grande de controversias constitucionales, al grado que fue necesario establecer la unidad especial para recibirlas, tramitarlas y ponerlas a disposición de los ministros.
``Hemos resuelto temas muy politizados y creo que la Corte ha sabido salir airosa, sin inclinarse hacia uno u otro lado. Se ha guardado esa sana interpretación, esa imparcialidad, esa independencia en el pronunciamiento de sus fallos. Ese es uno de los aspectos que a nosotros nos preocupa.''
-En ese sentido, a veces hay la sensación de que en el país se habla sólo de dos poderes: el Legislativo y el Ejecutivo. Pareciera que al Judicial, y por supuesto a la Corte, no se le concede el papel que merece...
-La división que establece nuestra carta fundamental entre competencias o atribuciones de los organismos gubernamentales se hizo atendiendo un viejo criterio del siglo XVIII, quizá un poquito anterior, de que había tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, porque había que darles un nombre. Quizá actualmente el contenido de esos vocablos ya no represente lo que son esos departamentos gubernativos, porque la simple palabra de poder da la impresión, la connotación, de que se trata de la fuerza pública, de que dispone alguien de fuerza y que por eso tiene poder.
Abunda: ``Pero no es ese el sentido de la Constitución'', sino que el Poder Judicial tiene la facultad, con autonomía, de ejercitar sus atribuciones, ``sin pedir ni el consejo ni el consentimiento del otro compartimento principal de la Constitución. En eso estriba nada más, en que puedo ejercitar mis atribuciones sin pedir aprobación del otro. Es todo''.
-¿El Poder Judicial se fortaleció con las modificaciones del 94?
-Muchísimo. Porque ahora tiene la facultad la Suprema Corte de Justicia de anular las leyes de otro de los poderes, que es el Legislativo, pero en cuya formación participa el Ejecutivo, de tal suerte que la proyección de los actos de la Suprema Corte abarca los otros dos compartimentos principales de la Constitución.
-Vivimos en México un momento de transición y cambio... Un Congreso más plural, más participativo. ¿Cuál es la aportación del Poder Judicial?
-Nada más da seguridad a las disputas sobre la interpretación de la carta fundamental del país.
-Es decir, ¿no hace falta un involucramiento más directo en la toma de las grandes decisiones del país? Se habla de una acuerdo nacional para que haya gobernabilidad... ¿El Poder Judicial debería participar más activamente en ese tipo de pláticas?
-No, porque no puede ser juez y parte. El Poder Judicial -que encabeza la Suprema Corte-, es un poder neutral. En cambio, si lo llaman a participar en esa organización a la que usted alude, de cierta manera comprometería de antemano un criterio.
-Sería neutral, pero no pasivo.
-No, pasivo no es.
-Hablando de poderes, el año pasado, a raíz de los juicios contra banqueros como Lankenau, la Corte y el Consejo de la Judicatura Federal emitieron un acuerdo sobre la necesidad de garantizar la autonomía e independencia del Poder Judicial ante acusaciones que en ese momento se dieron en contra de los fallos de jueces y magistrados.
-Bueno, pues no fue más que una aclaración en público sobre el papel que juegan los tribunales judiciales en el campo de la persecución. Persecución, no investigación, ¿eh? Persecución y ejercicio de la acción penal por el organismo que tiene esa misión constitucional, nada más para ubicarnos en qué esfera nos toca actuar y en cuál otra le toca desempeñarse a la otra parte. Pero fue nada más con el ánimo de decir: mira, mi misión corresponde llegar hasta aquí, lo que sigue, lo que es antes, pues es tuyo y a ver cómo lo haces. No hubo absolutamente ningún conflicto en ese aspecto.
-Se decía que incluso los ministros habían solicitado al Presidente la salida del procurador general de la República, Jorge Madrazo
-¡Nooo! Eso no es exacto. Pues cómo vamos a poder decirle al Presidente: remueve a tu personal; como nosotros no admitimos que nos diga: remueve a tus jueces y a tus magistrados, pues tampoco podemos decirle remueve a tus secretarios o remueve a tu procurador, no se puede eso. Eso es inmiscuirnos en atribuciones que la Constitución no nos da.