La Jornada 26 de septiembre de 1998

El Ejército no se mueve solo; obedece al Presidente, indica Gutiérrez Oropeza

Jesús Aranda Ť El ex jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP) durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, general Luis Gutiérrez Oropeza, afirma que el Ejército Mexicano no tuvo culpa alguna en la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco.

Simplemente, subraya, el instituto armado cumplió las órdenes del presidente Gustavo Díaz Ordaz. E insiste en que el ex mandatario actuó así para proteger y salvar a México de los intereses extranjeros que impulsaron el movimiento estudiantil de 1968.

Puntualiza: ``El Ejército no es el malo, porque sólo cumple las órdenes del Presidente. Lo mismo pasa con Chiapas, en donde hubo una alteración del orden y quién, sino el Ejército, iba a restablecer el orden''.

En entrevista con La Jornada deja en claro que las fuerzas armadas se mueven por orden del Presidente, por lo que ``si las cosas salen bien es por obra de los políticos; pero si las cosas salen mal, entonces el Ejército es el culpable''.

Reitera que el instituto armado ``no se mueve solo'' y que en las circunstancias que prevalecían en 1968 fue el único que ``paró en serio a quienes alteraron el orden''.

Gutiérrez Oropeza afirma que él no puede hablar como testigo directo de la masacre de Tlatelolco, ``porque mi responsabilidad como jefe del Estado Mayor Presidencial era salvaguardar la integridad del Presidente de la República y de su familia''. Sin embargo, acepta que estuvo siempre al lado de Díaz Ordaz.

Indica que éste tuvo que actuar el 2 de octubre, a diez días de las Olimpiadas, pero asegura que en ese entonces ``no había muertos, el gobierno no esperaba muertos, los creó la Coalición de Maestros, que manipulaba y manejaba a los estudiantes''.

El responsable de los hechos en un país, agrega, es el Presidente, precisamente por la responsabilidad inherente a su cargo, y los ``corresponsables'' fueron los miembros de su gabinete, en el que quien tenía mayor responsabilidad en 1968 fue el secretario de Gobernación (Luis Echeverría), porque era el responsable de la política interior.

-Entonces, ¿quién es el culpable? -cuestiona y solo se responde: -Los únicos culpables de los hechos sucedidos a diez días de la inauguración de las Olimpiadas México 68 fueron los que pagaron y se beneficiaron del movimiento, entre los que destaca Rusia, vía Cuba, así como Estados Unidos.

En lo que llama la cadena ``pro comunista'' incluye al ex presidente Lázaro Cárdenas como el personaje principal, quien pretendía, según Gutiérrez Oropeza, convertise en un caudillo como en su tiempo fue el general Plutarco Elías Calles.

Y añade: Cárdenas le ayudó a Fidel Castro en México para que iniciara la lucha armada en Cuba y después ``Castro se volvió comunista''.

El líder de la revolución cubana, argumenta, servía a los intereses de Rusia, ``la cual buscaba crearle problemas a Estados Unidos en su parte trasera, que era México''.

Para el ex jefe del EMP, los estudiantes fueron el instrumento que usaron intereses extranjeros y personales para sus propios fines, y ofrece su versión sobre las etapas por las que atraviesan los estudiantes: ``Primero son anarquistas -como lo eran la mayoría de los jóvenes en 1968, según expresa-. Después se convierten en comunistas, más adelante, alrededor de los 30 años, los estudiantes son liberales, para después ser conservadores''.

Indica, por otro lado, que el movimiento del 68 no fue local, sino mundial y que en ese momento el interés principal de Estados Unidos era que México fracasara como organizador de los Juegos Olímpicos, porque la ciudad de Detroit estaba considerada para suplir a la de México en caso de que se presentara cualquier contingencia, además de que los estadunidenses habían invertido millones de dólares en ganar la sede de la justa olímpica, según recuerda.

Y compara la actuación de algunos de los ex presidentes mexicanos: señala que a Díaz Ordaz se le debe recordar no sólo por las cuestiones negativas, sino por las positivas, como fue la celebración de las Olimpiadas y la situación en la que dejó a nuestro país.

``¿Por qué buscamos resaltar lo que nos denigra y abaratar la imagen de Díaz Ordaz'', se pregunta y afirma que los mandatarios que le siguieron han dejado al país en una situación en la que en lugar de mejorar se ha empeorado. ``¿Cómo nos dejaron Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid y el último, el orejón?'', complementa molesto.

Por otra parte, menciona entre los ``beneficarios'' al ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Javier Barros Sierra, a quien fustiga por haber manipulado a los estudiantes y por haber encabezado en 1968 la Marcha del Silencio con fines estrictamente personales. ``¿Sabe usted qué es lo que buscaba Barros Sierra? -puntualiza-. El estaba peleando la Presidencia de la República, porque el ex presidente Adolfo López Mateos le había prometido que sería candidato''.

En este tenor, acusa a los integrantes de la Coalición de Maestros de haberse aprovechado de los estudiantes y agrega: ``¿Por qué todos los maestros que estuvieron en el movimiento del 68 formaron después parte del gabinete de Luis Echeverría?''. Y menciona a Víctor Flores Olea, Horacio Flores de la Peña y Miguel González Avelar como otros de los ``beneficiarios'' de esos acontecimientos, ya que después ocuparon cargos en el sexenio de Luis Echeverría.

En su casona ubicada al sur de la ciudad de México, Gutiérrez Oropeza concluye abruptamente la entrevista con la expresión: ``Bueno, mucho gusto y hasta luego''. Así terminó la plática.