La Jornada 22 de septiembre de 1998

Llamó el Presidente a evitar que se cambie el uso de suelo en áreas devastadas por incendios

Rosa Elvira Vargas Ť Los fenómenos crónicos y complejos de deterioro ambiental en el país tienen su origen en la presión demográfica sobre los recursos naturales y en las condiciones de pobreza unidas a la falta de alternativas productivas, admitió el presidente Ernesto Zedillo y apuntó que no recuerda en México una sucesión de tantos fenómenos climáticos tan fuertes y con perjuicio de tanta gente, pues al fuego provocado por la sequía del primer semestre ha seguido ahora el exceso de lluvias.

Y aunque desde su perspectiva ya existe una clara conciencia ecológica, indicó que en el cuidado y restauración de los recursos naturales ``nos falta mucho por hacer''. En eso, una tarea urgente es evitar el cambio en el uso del suelo en aquellas áreas devastadas por efecto de los 14 mil 302 incendios forestales que se registraron en el territorio nacional entre finales de 1997 y el primer semestre de este año y que afectaron a 583 mil 664 hectáreas.

Para iniciar el proceso de recuperación de esa gran extensión, el presidente Zedillo anunció que hoy martes, en el Diario Oficial, se publicará el decreto que declara a 85 zonas como áreas de restauración ecológica, las cuales comprenden 18 mil hectáreas -que se han seleccionado con base en su biodiversidad, su valor ecológico y su importancia económica- en municipios de 20 estados y el DF.

Superar las diferencias ideológicas

Al referirse a la tragedia que han provocado las lluvias en Chiapas, el mandatario pidió la unión de los mexicanos para actuar en aquella entidad por encima de convicciones y diferencias ideológicas. Aseguró que el gobierno de la República seguirá actuando con la totalidad de los recursos disponibles e informará en todo momento con veracidad sobre las pérdidas y los daños cuantificados objetivamente y sobre su propio trabajo.

Sin embargo, ayer en Los Pinos se informó que más allá de la fuerza destructiva de fenómenos como El Niño, la mano del hombre ha tenido mucho que ver en la devastación de los bosques, y por tanto en la destrucción de comunidades enteras, como ocurrió hace diez días en Chiapas.

Los desastres en esa entidad ``definitivamente hubieran sido mucho menores si el recurso bosque no hubiese estado tan deteriorado. La naturaleza se encarga de cobrarnos las facturas del deterioro'', concluyó tajante Jaime Magdaleno Ramírez, presidente de la organización civil Línea Biosfera y presidente del Consejo Técnico Asesor de la reserva El Ocote

Con los integrantes de los consejos consultivos de Desarrollo Sustentable, del Consultivo Nacional Técnico-Forestal y del de Areas Naturales Protegidas, el mandatario puso en marcha este lunes la campaña nacional de restauración ecológica No al cambio de uso del suelo. Indicó ahí que este año se reforestarán casi 34 mil hectáreas con el Programa Nacional de Reforestación, pero que plantar árboles ``no será suficiente''.

Cada zona, dijo, tendrá un programa de restauración específico, pero asumió que en algunas de esas áreas será difícil garantizar el proceso de recuperación ``debido a que las superficies de los bosques fueron quemadas intencionalmente, con el fin de utilizarlas en actividades agrícolas, ganaderas o urbanas''.

Indicó que en la restauración de las áreas consumidas por el fuego se tratarán de evitar al máximo los cambios en el uso del suelo. Precisó que para ello es menester la participación de los productores agropecuarios con el objetivo de lograr el cambio cultural que significa dejar atrás la práctica de tumba, roza y quema.

Ernesto Zedillo expuso que a diferencia del proceso destructivo que representan los incendios, restaurar las zonas afectadas implica un proceso lento que tomará muchos años y que requerirá de atención permanente. Destacó entonces que el país cuenta con los instrumentos legales y la capacidad técnica para tal fin, y que las tareas que se emprenderán se inscriben en una estrategia de largo alcance para ``revertir fenómenos crónicos y muy complejos de deterioro ambiental''.

En esa materia, abundó, la realidad está exigiendo que en toda iniciativa de desarrollo local se dedique la mayor atención a las cuestiones ambientales; esto es, a la conservación y al aprovechamiento económico de los recursos locales, al desarrollo sustentable.

Proceder así, añadió, no debe verse como algo secundario o un lujo que puede posponerse, ya que en esta tarea ``están en juego los intereses y la riqueza básica de la Nación''.

En la parte final de su mensaje, el Presidente se refirió a El Niño, con su secuela de sequías, heladas e incendios, al huracán Paulina y la actual temporada de lluvias, como fenómenos que ``han golpeado muy fuerte a México''. Hizo entonces mención especial de Chiapas, cuya afectación, dijo, ``nos preocupa especialmente'', por la magnitud de la tragedia, derivada del desbordamiento de ríos y las inundaciones.

Julia Carabias: panorama de los bosques

Antes de que el presidente Zedillo convocara a la sociedad entera a sumarse a las tareas de restauración forestal, la secretaria del ramo, Julia Carabias Lillo, presentó el panorama de los bosques mexicanos como resultado de los incendios: 97 por ciento se provocaron por causas humanas, y de éstos, 80 por ciento se relacionaron con las actividades agropecuarias.

Las entidades más afectadas fueron Chiapas, Durango, Oaxaca, Nuevo León, Chihuahua, San Luis Potosí y el estado de México. Murieron 70 personas en el combate de esos siniestros. En las 583 mil hectáreas consumidas, 73 por ciento estaban cubiertas por matorrales, arbustos y pastos, y el resto -157 mil hectáreas-, por árboles.

Y aunque destacó que 7 por ciento de esos incendios duraron menos de 12 horas, dijo que consumieron en promedio 25 hectáreas y muy pocos afectaron superficies muy importantes.

Para combatir los incendios ocurridos entre enero y julio, participaron 823 mil 971 personas y se aplicaron 184 millones de pesos, sólo de la Semarnap, más lo que aplicó el Ejército y los gobiernos estatales. Con todo, dijo que el costo de los siniestros se triplicó; no se afectaron centros de población y, cuando se detectó que fueron provocados intencionalmente, se levantaron denuncias, que sumaron 275, las cuales llevaron a 459 procedimientos administrativos; hay 83 denuncias penales y se han realizado 102 consignaciones.

Las áreas afectadas por los incendios no pueden perderse de los inventarios nacionales, debe trabajarse para devolver a los ecosistemas dañados una condición semejante a la que tenían antes del deterioro. Hay que proceder de inmediato para disminuir costos, hacer más efectiva la restauración y disminuir los riesgos de que otros factores externos intervengan.

``Restaurar lo dañado será una tarea de largo plazo, puesto que el acumulado deterioro de muchas décadas es muy fuerte desafortunadamente en el país'', concluyó.