Las tendencias favorecen en Baja California Sur a Antonio Manríquez Guluarte, en Guerrero a René Juárez Cisneros, en Hidalgo a Manuel Angel Núñez Soto y en Quintana Roo a Joaquín Hendricks Díaz.
Mientras no se presenten datos en contrario, esos son los resultados de las votaciones internas realizadas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para elegir a sus candidatos a los gobiernos de cuatro estados de la República.
De acuerdo con reportes recibidos por la dirigencia nacional del PRI, lo más importante es que los comicios se realizaron sin incidentes de consideración, lo cual refuerza la posibilidad de que la elección del candidato a la Presidencia de la República se realice mediante elecciones abiertas, con participación de militantes y simpatizantes.
Salvo la prolongada militancia en el tricolor, no hay elementos en común en los precandidatos aparentemente ganadores. En todo caso podría decirse que cada quien responde a las condiciones de sus respectivas entidades.
En Baja California Sur, uno de los estados más jóvenes de la República, se ha hecho una especie de escalafón político, donde los aspirantes a la gubernatura pasan previamente por una serie de cargos administrativos y de representación popular. El aparente ganador, Manríquez Guluarte, diputado con licencia y ex senador, cumplió con ese recorrido, como también sus principales contendientes, entre ellos el general y senador José Antonio Valdivia.
Poco quedó para la oposición
En Guerrero, el probable vencedor René Juárez Cisneros, ex alcalde y ex diputado federal, es un hombre de gran popularidad, que empieza desde su sobrenombre de El Negro, aplicado también a muchos otros guerrerenses. Se le vinculó, al parecer con fines de descalificación, al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, pero su vinculación popular es real.
Tal vez la contienda más reñida fue la de Hidalgo, en la que un experimentado senador José Guadarrama Márquez fue rebasado por el diputado Manuel Angel Núñez, quien tiene menos trabajo partidista, pero mayor experiencia administrativa, sobre todo en el área internacional, pues fue el principal negociador con Canadá para la firma del TLC, el lado ``bueno'' de ese convenio en el que participa también Estados Unidos.
El caso de Quintana Roo es probablemente el más sorpresivo, pues las condiciones de ese estado parecían propicias para que una mujer resultara candidata del PRI y, muy probablemente, gobernadora de la entidad, con lo cual se llenaría un vacío, pues no hay mujeres al frente de algún Ejecutivo estatal. El probable vencedor es Joaquín Hendricks Díaz, de origen militar, quien en el caso de convertirse en gobernador llenaría otro hueco en la política nacional, en la que ya no hay mandatarios surgidos de las fuerzas armadas.
Antes de estas elecciones internas se especuló mucho acerca de la posibilidad de que los procesos ocasionaran divisiones internas que a la postre beneficiaran a la oposición. A la vista de estos resultados preliminares tal riesgo parece haberse desvanecido para el partido oficial.
En unos casos, los candidatos vencedores aparecen como figuras con real respaldo popular, mientras que por otra parte los aparentes derrotados difícilmente buscarán el refugio de los partidos de oposición.
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