JC PUSO EL ALMA, PERO EL CUERPO SOLO AGUANTO OCHO ROUNDS
Carlos Hernández, enviado, Las Vegas, 18 de septiembre Ť No se pudo y no se podrá nunca jamás.
Julio César Chávez peleó con el alma, en efecto, pero el cuerpo ya no le dio para tanto. En una dramática pelea, y una de las mejores que se recuerden, JC perdió otra vez ante Oscar de la Hoya, campeón mundial de peso welter del CMB, que esta noche retuvo por quinta ocasión su cetro y, sobre todo, se consagró como uno de los mejores boxeadores de los últimos años.
Chávez ofreció una pelea digna, con su valor de guerrero y su espíritu indomable que lo llevaron a ocupar el sitio del mejor púgil mexicano de todos los tiempos. Sin embargo, tuvo que sucumbir ante la juventud, velocidad y potencia de un Golden Boy que obtuvo el mejor triunfo de su carrera, en un emotivo combate que mantuvo de pie y con aplausos a los 19 mil aficionados presentes en el Thomas and Mack Center.
Fue la última revancha. No habrá ya más oportunidad para el abuelo de 36 años, quien ya no salió de su esquina para el noveno round (oficialmente se informó que el réferi Richard Steele detuvo la contienda), y entonces se generó una polémica: al parecer Chávez expresó con la cabeza que ya no quería continuar, pero en entrevista posterior el mexicano se molestó cuando le dijeron que perdió porque ya no quiso salir.
``Mierda, mierda, yo nunca me rajé. En la esquina ya no me dejaron seguir porque las cortadas en los labios son muy aparatosas'', espetó, antes de calificar a De la Hoya como ``un gran boxeador que merece mis respetos y me ganó en buena ley, pero creo que le demostré a él y a mucha gente que no estoy acabado. El tiene una pegada regular, pero no muy contundente porque no me tumbó''.
Pero aunque no cayó, Chávez estuvo a punto de hacerlo en varias ocasiones y rindió tributo al tiempo. Y aunque trató de resurgir de las cenizas de su gloria, fue regresado a la realidad por un joven once años menor, diez centímetros más alto, y de una impresionante rapidez y potencia, y que iba arriba en las puntuaciones de los tres jueces (79-73, 78-75 y 78-75).
En el primer episodio ambos se mostraron respeto. Pero a partir del segundo Oscar contragolpeó con potentes ráfagas al rostro y le abrió la ceja izquierda a Chávez.
En el tercero JC golpeó abajo del cinturón a Oscar y ofreció disculpas, que fueron aceptadas, y al final con un gancho de izquierda al rostro le dobló las piernas a De la Hoya.
En el quinto round hubo un emotivo intercambio de golpes que puso de pie al público. Surgieron los gritos de ¡sí se puede!, los cuales animaron al mexicano.
Chavez forzó la pelea en corto, pero a pesar de todo Oscar sacó ventaja al final del sexto episodio al conectar dos uppers de izquierda a la mandíbula, que pusieron a tambalear al valiente retador. A partir de ese momento De la Hoya supo que tenía ganado el encuentro.
Oscar siguió dominando con combinaciones veloces al rostro, aunque Chávez no dejaba de avanzar. No se iba a rendir. Peleó como león herido, como el gran guerrero que es. El octavo fue un round agotador, en el que los dos se dieron con todo. Se golpearon con odio y rencor. Sin retroceder. Ambos terminaron agotadísimos, mientras el público se deleitaba con el espectáculo.
De la Hoya, con el ojo izquierdo inflamado, aguantó los mejores golpes de Chávez y éste a su vez resistió los poderosos envios de Oscar. Pero fue demasiado para Julio. El mejor round fue el octavo, De la Hoya salió con todo a buscar el nocaut, pero no pudo doblegar a Chávez, ni siquiera cuando lo siguió golpeando después de que sonó la campana.
Sangrante y adolorido de las costillas JC fue a su esquina, de donde ya no salió. Oscar festejó y Julio, con impotencia, sólo atinó a patear las cuerdas
La historia quedó escrita con la propia sangre de JC. Se fue un valiente, un gran boxeador. El tiempo ya no lo dejó seguir. Oscar es el árbol, frondoso con firmes raíces. Chávez, el árbol que el tiempo y el viento han vencido.
Al final, el abrazo y el reconocimiento de Julio al nuevo César, al joven que tomó su lugar entre los grandes.
Para consuelo del mexicano, el Golden Boy terminó con el rostro de artista inflamado, en una función que pareció un desfile de vanidades, con llegadas en limusina, bellas damas de vestidos pegadísimos y escotes generosos y varones de impecable esmoquin, la asistencia de personajes como Silvester Stallone, Leonardo di Caprio y la voluptuosa Olga Breskyn.
Chávez dijo que sólo hará una pelea y se retira. El rival será Vince Phillips, monarca superligero de la FIB. ``Quiero retirarme como campeón'', dijo.
Respaldo de la función
El mexicano Luis Ramón Yori Boy Campas retuvo el título superwelter de la Federación Internacional de Boxeo, al noquear técnicamente en el cuarto episodio al estadunidense Larry Barnes, quien terminó con el rostro ensangrentado.
Por su parte, el estadunidense Antonio Díaz conservó el cetro superligero de la Asociación Internacional de Boxeo luego de que en el duodécimo round noqueó al mexicano Héctor Quiroz.
En el encuentro de damas, Mia St. John venció por decisión dividida en 4 episodios a B. J. Felter, en peso pluma.