Una bodega, destino de la colección del Centro Cultural Arte Contemporáneo
Merry Mac Masters Ť Un museo se muere. Quedan sólo 24 horas hábiles para visitar el Centro Cultural/Arte Contemporáneo, sin embargo sus pasillos lucen oscuros y solitarios y no por falta de iluminación, sino de calor humano. De los 103 trabajadores, antes de que en octubre del año pasado se despidiera a la mitad, los 53 restantes desaparecen entre rincones y grietas del imponente edificio construido originalmente para albergar el centro de prensa durante el Mundial de futbol México 86. El material de las oficinas administrativas fue empacado hace meses, pero todavía no hay luz verde para la mudanza.
Por un lado aún no concluye la construcción de las bodegas que guardarán las colecciones permanentes de fotografía y de arqueología, en el complejo del Grupo Televisa en Santa Fe, por el otro ninguna voz de la empresa ha dicho algo concreto sobre el futuro de la obra de arte, tampoco sobre el destino de los trabajadores. Un día se informa que el inmueble ya se vendió y que urge desocuparlo para el 30 de septiembre, y al siguiente la urgencia no parece tan real.
La mudanza empezaría el próximo 24, y no obstante, antes de trasladar las colecciones se necesitará una semana para asegurar una condición térmica estable.
El director del CC/AC, Robert R. Littman, se encuentra en Nueva York, además, su contrato con la empresa vence el próximo 30 de noviembre. Como albacea de la colección de arte contemporáneo Jacques y Natasha Gelman, ésta no será almacenada en las bodegas de Televisa, sino donde decida Littman.
El vicepresidente de comunicación del Grupo Televisa y vocero oficial del CC/AC, Gastón Melo, deja la empresa el 30 de septiembre. En su oficina de Santa Fe se dice que todo está en manos de Pablo García Sainz, director de la Fundación Cultural Televisa (Fucutel), con el que tampoco ha sido posible establecer comunicación.
¿Y los compromisos pendientes?
En lo que no hay duda es que sí se construyen dos bodegas en uno de los seis edificios -el que iba a ser estacionamiento- del conjunto de Santa Fe. Una será para la colección permanente (mil 73 piezas, entre pintura, escultura, grabado, objeto e instalación), mientras que la otra será para la de fotografía (2 mil 446 obras), incluidas las mil 755 de la colección formada por Manuel Alvarez Bravo para la Fucutel entre 1980 y 1986.
Ese almacén iba a ser subterráneo, sin embargo ante el problema de asegurar la obra de arte debido al peligro de una inundación -se recordará el caso del Museo de Arte Carrillo Gil en la década de los ochenta--, debajo de un piso de estacionamiento estará otra de las bodegas. Las oficinas, no obstante, sí estarán bajo tierra. Aunque el museo como tal ya no está abierto al público, todavía hay compromisos que cumplir como, por ejemplo, devolver la obra prestada para la muestra Selección de la colección permanente, que actualmente se exhibe, y apoyar con piezas la exposición fotográfica que Gerardo Suter tendrá en The Americas' Society, de Nueva York. Aún no se sabe en dónde quedará la biblioteca, una de las mejores en materia de arte contemporáneo en el país.
Respecto del acondicionamiento y requerimientos de seguridad, el personal especializado del centro ha procurado que todo sea igual a lo que tienen en Polanco. Es decir la obra pictórica, por ejemplo, se podrá colgar en unos enrejados corredizos.
Si en un principio la Fundación Artención, presidida por Sandra Azcárraga, se perfiló para asumir las actividades culturales del Grupo Televisa, la media hermana de Emilio Azcárraga Milmo llegó a firmar con el título de vicepresidenta de Asuntos Culturales en Televisa, su relación con el museo se ha visto interrumpida desde hace dos meses. La idea de Artensión era itinerar exposiciones de las colecciones tanto por el país como por el extranjero, específicamente, Estados Unidos.
A solicitud expresa, el área de fotografía entregó una docena de propuestas para muestras itinerantes, mientras que de la colección permanente se hicieron dos o tres. Hasta el momento, sin embargo, no se ha firmado ningún convenio con institución alguna al respecto, aunque el Museo Rufino Tamayo confirmó tener un proyecto para exhibir parte de la colección permanente para el año 2000. Tan en serio era el proyecto de itinerancia que Artención, por conducto de Sandra Azcárraga, montó un departamento de exposisiones itinerantes en San Diego, donde reside.
Por lo visto, cerrar las puertas del CC/AC no ha resultado tan fácil.