La Jornada 18 de septiembre de 1998

Las guerras de sexo alcanzaron al Congreso de EU

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 17 de septiembre Ť Republicanos y demócratas en el Congreso pidieron hoy dar por finalizadas las guerras de sexo entre los legisladores, al solicitar que cese la invasión de las vidas privadas de los políticos, poco después de que el legislador republicano encargado de dirigir el posible proceso contra el presidente Bill Clinton fue obligado a reconocer que sostuvo una relación extramatrimonial durante cinco años.

Pero las batallas continuaron cuando republicanos acusaron a la Casa Blanca de difundir rumores sobre las vidas privadas de sus enemigos en el Capitolio.

El representante republicano Tom DeLay, tercero en la jerarquía de la Cámara de Representantes, solicitó al FBI investigar la fuente de las revelaciones sobre las vidas sexuales de miembros de su partido que se difundieron en los últimos días.

DeLay dijo sospechar de que asesores con ``acceso a la Oficina Oval'' han promovido ``una conspiración de intimidación'' contra legisladores republicanos.

``No tengo ninguna duda de que existe en la Casa Blanca una operación con la meta de destruir la reputación de los miembros del Congreso para intimidarlos e impedir así la apertura de un proceso de destitución'' contra el presidente Clinton, afirmó DeLay, y advirtió que si el FBI confirma sus sospechas, ``eso podría ser agregado (al informe) de destitución''.

La Casa Blanca rechazó haber promovido cualquier intento para desprestigiar a los legisladores republicanos.

Esta batalla se produce cuando el Comité Judicial de la Cámara --que deberá decidir si hay o no lugar a un procedimiento de destitución-- empezó el debate sobre difundir más detalles contenidos en los documentos entregados al Congreso por el fiscal Kenneth Starr, entre ellos el video del testimonio que Clinton brindó a un gran jurado conducido por Starr el 17 de agosto sobre sus aventuras sexuales.

Los demócratas han aseverado que el video fue hecho a petición de Starr para el uso exclusivo del proceso de investigación, y que hacerlo público tendría el sólo propósito de tratar de humillar aun más al presidente; el comité no llegó a ninguna conclusión sobre el asunto, pero podría decidir sobre el asunto este viernes.

Pero el presidente del Comité Judicial, Henry Hyde, se enteró esta semana que una investigación de las actividades sexuales de otros políticos puede tener consecuencias serias.

La revista cibernética Salon, cuyo editor es considerado cercano al mandatario, reveló hace dos días que Hyde tuvo una relación extramatrimonial durante cinco años en los 60.

Hyde admitió haber cometido ``indiscreciones'' con una mujer casada poco después, y es el tercer republicano, todos ellos críticos de Clinton, en el mismo número de semanas que ha sido obligado a reconocer una relación extramatrimonial.

Pero la revelación sobre Hyde, al parecer, espantó a los líderes de ambos partidos, y hoy los legisladores que encabezan los comités electorales de cada partido acordaron tratar de mantener fuera de los ataques las vidas personales (o sea, indiscreciones sexuales) de sus colegas.

Así decidieron que cualquier candidato a quien se le descubra promoviendo rumores de este tipo le será negado financiamiento partidista para su campaña.

``Creo que ahora prevalece cierta consternación en el Congreso, con miembros de ambos lados temiendo lo que sigue'', comentó el demócrata Esteban Torres.

Washington, obsesionado

Mientras tanto, Clinton y sus asesores están esperando que la obsesión sexual de Washington produzca una reacción adversa entre los estadunidenses.

``Washington está obsesionado consigo mismo'', comentó hoy Clinton a simpatizantes demócratas durante un acto de recaudación de fondos en Cincinnati.

Insistió en que los políticos ya deberían dejar todo el escándalo atrás y enfocarse en temas importantes para el pueblo, como la educación y la salud.

Y a sus partidarios preocupados por su matrimonio, les informó: ``Hillary y yo andamos bien... Estamos haciendo lo que tenemos que hacer y estamos bien... Me agradaría que no piensen en mí''.