La Jornada 18 de septiembre de 1998

Desde la década de 1980, cruenta guerra por el acceso a California

Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 17 de septiembre Ť ``A río revuelto, ganancia de pescadores'', dijo recientemente José Luis Chávez García, delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en Baja California, para explicar la aparición de nuevos grupos de narcotraficantes que provienen de otras plazas o se desprendieron del cártel de Tijuana y comenzaron a competir, en una lucha sin cuartel, a raíz del declive de la organización dirigida por los hermanos Arellano Félix.

El vacío que han dejado en su huída de esta región los hermanos originarios del estado de Sinaloa, pero radicados aquí desde la década de los ochenta, ha sido aprovechado por otras organizaciones que con base en violentas ejecuciones pretenden abrirse paso hacia el codiciado mercado de California.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), durante este año en la entidad han ocurrido más de 500 homicidios, la mitad de ellos en el municipio de Tijuana. Del total de esos crímenes, sin embargo, las autoridades consideran que sólo una tercera parte (unos 175) están vinculados de manera directa con el crimen organizado, incluyendo los 19 sucedidos esta madrugada en las cercanías del puerto de Ensenada.

El desmoronamiento del cártel de Tijuana comenzó luego de que los hermanos Arellano Félix fueron señalados, en mayo de 1993, como los responsables indirectos del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en una balacera entre narcotraficantes en el aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

En ese entonces, el gobierno mexicano realizó una primera cacería contra los jefes del cártel de Tijuana; siete meses después, Francisco Rafael Arellano Félix fue detenido en esta frontera y trasladado al penal de Almoloya de Juárez, donde permanece detenido por delitos contra la salud y acopio de armas de fuego.

De entonces a la fecha al cártel de los hermanos Arellano Félix se le atribuyen por lo menos 100 homicidios, incluidos 11 ex funcionarios de la PGR en Baja California.

Todos los homicidios, pero principalmente los de funcionarios federales, han significado para el cártel un serio golpe a su estructura. En particular el asesinato del ex comandante Ernesto Ibarra Santés, el 14 de septiembre de 1996, que provocó de nueva cuenta una cacería contra la organización delictiva y concluyó con el arresto hasta la fecha de la mitad de los integrantes de la principal estructura de mando de la organización.

De los 25 miembros que forman la base del cártel, según la PGR, 12 ya están en prisión. Ellos son: Emilio Valdez Mainero, alias Cabeza de Perro; Alfredo Hodoyán Palacios, El Lobo; Gustavo Miranda Santa Cruz; Francisco Soto Miller, El Chef; Arturo Eng Guerrero; Francisco Cabrera Castro, El Piedras; Gilberto Vázquez Culebro; Humberto Rodríguez Bañuelos; Gerardo Cruz Pacheco; Arturo Páez Martínez, El Kitti; Amado Cruz Anguiano, y Aldo Ismael Higuera Flores.

Ramón Arellano Félix, de 34 años de edad, figura en la lista de los diez hombres más buscados por el Buró Federal de Investigaciones, y el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de más de un millón de dólares por él.

De acuerdo con un informe de la PGR, Ramón Arellano es considerado el más belicoso; habría comenzado su carrera criminal en enero de 1989 cuando asesinó frente a un club deportivo de esta frontera a Armando López, El Rayo, con quien mantenía rencillas personales.

Células del cártel del Golfo en Tijuana

El delegado de la PGR en el estado, José Luis Chávez García, informó que se han detectado células del cártel del Golfo, que comandaba el extinto narcotraficante Juan García Abrego. Estas células pretenden desplazar a los hermanos Arellano Félix en la región este del estado para controlar el llamado corredor de la cocaína, ubicado entre los municipios de Mexicali, Baja California, y San Luis Río Colorado, Sonora.

La detección de esos grupos, dijo el funcionario, es consecuencia de investigaciones de la dependencia que ubican a la cabeza de los narcotraficantes al ex agente de la Policía Judicial Federal (PJF) Miguel Angel Barraza, además del narcotraficante identificado por las autoridades como El Pony.

Además, la agencia estadunidense antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) confirmó recientemente la sospecha de la existencia de un ``contrato'' sobre la cabeza de algunos de los integrantes del cártel de los hermanos Arellano Félix, principalmente contra miembros del grupo narcojuniors, jóvenes de la clase alta de esta frontera quienes se asociaron con narcotraficantes a finales de los años 80 y que, según las autoridades, ``rompieron'' con los capos a mediados de 1995.

De acuerdo con un oficial de la DEA en la ciudad de San Diego, California, las autoridades mexicanas han encontrado elementos para sostener que estos contratos son consecuencia de la descomposición del cártel iniciada a raíz de la separación de los narcojuniors del resto de la organización y del enfrentamiento entre ellos mismos.

Dicho enfrentamiento ha derivado ya en la muerte de varios jóvenes de la clase alta de la localidad, ocurridos en esta frontera, en San Diego, California, y en la ciudad de México. Ese es el caso de los hermanos Endir y Enain Meza, asesinados, según la PGR, por órdenes de Ramón Arellano Félix en 1995, y de la hermana de éstos, Yadira, ejecutada recientemente junto con su hijo de apenas 2 años de edad, nieto del narcotraficante Héctor Meza, alias El Toro.

El móvil de este último crimen, según las autoridades, sería un par de cartas enviadas a finales de 1997 por la madre de la víctima, María Castaños, al semanario Zeta, en las cuales delataba a varios integrantes del cártel de los hermanos Arellano Félix. Las cartas fueron remitidas unas semanas antes del fallido atentado armado que sufrió el director de la publicación, el periodista Jesús Blancornelas.

Los Arellano Félix han dejado de actuar con la capacidad con la que solían hacerlo, y pequeñas organizaciones de narcotraficantes conformadas por ex integrantes del cártel como Ismael Higuera Guerrero, El Mayel; Manuel Aguirre Galindo, El Caballo, y Jesús Labra, Don Chuy, comienzan ya a disputarse el territorio que antes ellos controlaban y que ahora tienen abandonado porque ``andan huyendo'', afirma Chávez García.