La Jornada 17 de septiembre de 1998

Cortés merecería una estatua, opina John H. Elliot

Arturo Jiménez Ť Viene de Inglaterra y, quizá sin pretenderlo, podría causar polémica. El afirma, por ejemplo, que México es injusto con la figura de Hernán Cortés, ``el gran constructor de esta nación'', y le debería dar el peso que tienen personajes como Cuauhtémoc. Su visión es de largo alcance y plantea además que con la ``mexicanización'' del sur de Estados Unidos, este país cambiará porque el mestizaje de México puede convertirse en un ``modelo'' para la mezcla de razas, donde aún persiste discriminación contra la población negra.

Imagina que México se podría beneficiar del ``sueño'' estadunidense de que la sociedad puede cambiar. Se describe a sí mismo como ``gran partidario del pluralismo en todo'' y atribuye mucha importancia a la prosa simple y clara. Estudiosos de su vida y obra lo consideran un innovador en su disciplina y un profesor que combina el rigor con el sentido común. Muchos dicen que ya ha hecho ``escuela''.

Se trata de sir John H. Elliott, historiador especialista en temas españoles, con diversos estudios de posgrado y reconocimientos como el premio Príncipe de Asturias. Entre sus libros sobresalen El viejo y el nuevo mundo, Poder y sociedad en la España de los Asturias y su famosa biografía El conde-duque de Olivares.

Difícil, aceptar la herencia española

--¿Por qué afirma que toda sociedad necesita de sus mitos?

--Las sociedades buscan su identidad y requieren un conocimiento de su historia. Pero una sociedad, para darse una meta y tener identidad, deforma su historia. Y así se crea una nación, a base de mitos, que también son peligrosos, pues pueden construir pero al mismo tiempo deformar. Por eso estamos los historiadores, para complicar todo y cuestionar esos mitos.

--¿Por qué son peligrosos los mitos?

--Por ejemplo, he trabajado mucho la Cataluña del siglo XVII, y en el XIX hubo en esa región una historiografía nacionalista y romántica que culpaba a Castilla de sus desastres. Y por eso los catalanes no fueron conscientes de posibles defectos propios. Allí, existe una cuestión de los héroes locales contra los criminales castellanos. Eso es una deformación e hizo difícil a los catalanes adaptarse a las realidades del siglo XX. Estos mitos son útiles para crear una nación, pero un país obsesionado con ellos está destinado al desastre.

--¿Hay un riesgo para México, considerando que aquí hay muchos mitos?

--En toda sociedad existen muchos mitos. Uno de los problemas de la sociedad mexicana es la dificultad de aceptar la herencia española. Eso ha costado mucho y es una pena por la importancia de los valores tanto positivos como negativos de las herencias española e indígena.

--En México se hace hincapié en los valores negativos de la herencia española, ¿cuáles serían algunos positivos?

--Los españoles destruyeron una sociedad, pero crearon otra nueva; una sociedad con aspectos positivos tras la destrucción, como el deseo de incorporar a los indios. En los siglos XVI y XVII hubo en España un auténtico deseo de conservar la república de los indios. Eso fracasó en muchos sentidos y por muchas razones, por ejemplo, por la disminución del número de los indios ante la catástrofe demográfica. Y los indios, muy sabios e inteligentes muchos de ellos, supieron aprovechar los mecanismos del imperio español para salvarse: el sistema judicial, el administrativo. Lo que no pasó en las colonias inglesas al norte de América.

``Cuando uno ve la herencia indígena en el mundo hispánico en comparación con la del mundo británico, al norte, claro que nota grandes diferencias en la diversidad de población. Hay que reconocer que los españoles, a pesar de destruir y matar a tantos indios, también tuvieron este deseo de salvarlos e incorporarlos. Eso permitió la reconstrucción de sociedades, más en México que, por ejemplo, en Perú, donde se nota una dicotomía mucho más fuerte''.

--En Inglaterra, España y el resto de Europa hay desinterés por la historia de los países de América, ¿a qué obedece esto?

--España estuvo al margen de la historia europea desde el siglo XVIII hasta hoy. Ahora se ha reincorporado, pero antes era para las otras naciones europeas un mundo exótico, un poco africano. Y pasó igual con los países hispanos después de la independencia.

--¿Cuál sería la influencia de América en Europa?

--Debe reconocerse que no ha sido muy fuerte hasta la literatura actual. Y eso ha dado un gran impulso al interés por Iberoamérica en Europa y el mundo. Los grandes escritores de este siglo como Octavio Paz y Gabriel García Márquez han hecho una contribución enorme. Es por vía de la cultura, sobre todo, que Iberoamérica influye en el mundo europeo.

--Usted, con Enrique Krauze, participó en España en la conmemoración del 450 aniversario de la muerte de Hernán Cortés y habló de los mitos acerca de esta figura. ¿Quién fue realmente Cortés?

--Fue muchas personas. En parte fue el típico conquistador, con sus sueños de vida señorial, riqueza, gloria y reputación. Fue el conquistador más inteligente y agudo de todos. El no sólo se dedicó a la destrucción sino a la construcción de una sociedad. Por ejemplo, era muy consciente de la importancia de poblar.

``Al mismo tiempo tenía cierta admiración por los grandes logros de las civilizaciones prehispánicas. No quería la destrucción de todo, sino conservar las cosas para la memoria, como le reclamaron sus enemigos. Por eso tengo cierta admiración por este hombre, muy astuto y mendaz, pero inteligente.''

--¿Puede afirmar que México ha sido injusto con la figura de Hernán Cortés?

--Es absurdo no tener una estatua de Cortés, el gran constructor de esta nación. Y sí, hay una injusticia hacia su figura y creo que México llegará a la madurez cuando reconozca la aportación de Cortés y le dé tanto peso como a Cuauhtémoc.

La reconquista demográfica

--Usted ha estudiado a algunos virreyes de la época colonial en México.

--No me he dedicado especialmente a eso, pero tengo cierta admiración por Antonio de Mendoza, por ejemplo. El también fue un constructor y quería hacer una nueva sociedad, quería proteger a los indios. Muchos de estos virreyes eran explotadores, pero algunos tenían una visión más amplia de la gran importancia del imperio, de lo que estaba haciendo España.

--¿Los países de América tienen una historia en común?

--Hablaré de eso en mi conferencia, pero la cuestión no es nada fácil. Hay momentos de convergencia entre lo que intentaban hacer las ex colonias británicas y las ex colonias españolas. Algunas veces luchaban con los mismos retos: cómo desarrollar la tierra, cómo enfrentar el asunto de las poblaciones indígenas, qué tipo de sociedad había de construirse, cómo serían las relaciones con las metrópolis, la España o la Gran Bretaña de los siglos XVII y XVIII. Estas sociedades estaban en búsqueda de su propia identidad, construyendo una identidad. En el fondo no sabían si eran españoles o americanos.

--¿Cuál es su visión de las relaciones entre México y Estados Unidos?

--Creo que el TLC ha sido un paso importante y puede ayudar a los dos mundos. Otro aspecto relevante es la mexicanización del sur de Estados Unidos. México está recuperando sus antiguas fronteras por vías demográficas. Ese gran movimiento de inmigración va a cambiar mucho a EU, en gran parte para bien, porque ustedes ya han conseguido esta mezcla de naciones que allá lograron con los inmigrantes blancos, pero con los negros todavía no. Lo sucedido en México, puede, bajo ciertos aspectos, ser un modelo para la auténtica mezcla de las razas. La incorporación de tantas personas del mundo hispánico, acostumbradas a la convivencia, tal vez ayude a suavizar algunos de esos problemas de los estadunidenses. Soy gran partidario del pluralismo en todo. Es importante que una cultura no sea monolítica.

``Y México, igualmente, va a cambiar, ante el sueño (muy importante en EU) de que se pueden solucionar los problemas. Ya se nota en la segunda generación de mexicanos que viven allá, quienes comparten este sueño, sano en el fondo.''

-¿Actualmente trabaja algún tema relacionado con México?

-Intento una historia comparada de las Américas hispana y británica, desde principios de la colonización, o invasión, o lo que sea, hasta por lo menos la independencia. Quiero ver lo que es la aportación cultural de Inglaterra y de España, y lo que es la influencia del ambiente americano en la creación de estas sociedades. El proyecto es ambicioso y no sé si voy a conseguirlo, pero ya empecé el libro. Tardaré cuando menos tres o cuatro años en terminarlo porque es dificilísimo debido a la abundante documentación. Más que todo quiero hacer preguntas: ¿por qué, por ejemplo, no hubo un Las Casas inglés? Es mi proyecto más ambicioso: relacionar todo el mundo Atlántico, tanto EU como Iberoamérica, Inglaterra y España. Aunque son más de cuatro sociedades porque Iberoamérica es muchas sociedades, y la América británica también. Es un proyecto destinado al fracaso, pero vale la pena.