Austero desfile ante la tragedia en el sureste
Jesús Aranda y Rosa Elvira Vargas Ť El desfile militar que conmemora el Día de la Independencia fue austero. Apenas duró 55 minutos y estuvo marcado por la contingencia que se vive en Chiapas y otros estados de la República por las lluvias. El gabinete en pleno, con algunas excepciones, acudió a esta cita, lo mismo que la mayoría de los agregados militares de las representaciones extranjeras en México. Además, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, acompañó a Ernesto Zedillo en el balcón presidencial.
Se había previsto que participaran 34 mil 160 soldados y marinos, pero el número se redujo a 19 mil 631, ya que los otros 14 mil 529 elementos, entre personal médico, zapadores, ingenieros, infantes y la totalidad de integrantes de la Escuela Militar de Clases de las Armas, permanecen en Chiapas en misiones de labor social, y otros más están acuartelados en alerta, se informó oficialmente.
Ante la gravedad de la situación en las regiones sierra y costa de Chiapas, la tarde de ayer el presidente Zedillo y varios secretarios de Estado viajaron a esa entidad para continuar las labores de rescate y apoyo a damnificados.
Además, por tercer año consecutivo, a partir del accidente aéreo de 1995, los aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana estuvieron ausentes en los cielos capitalinos durante la celebración.
La parada militar fue presidida por el jefe del Ejecutivo y comandante supremo de las fuerzas armadas del país, Ernesto Zedillo. Inició en punto de las 11:00 horas, luego de que el Presidente pasara revista a las tropas que se encontraban en el Zócalo capitalino. En todo momento estuvieron a su lado los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, general Enrique Cervantes y almirante José Ramón Lorenzo Franco, respectivamente.
Cárdenas Solórzano ocupó ayer un lugar en el balcón presidencial. En un extremo, junto al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Vicente Aguinaco Alemán, el dirigente opositor prácticamente mantuvo todo el tiempo la vista en el desfile. Ahí estaban también la esposa del presidente Zedillo, Nilda Patricia Velasco, los titulares de la Defensa y la Marina, la senadora Beatriz Paredes y el diputado Arturo Núñez, en representación del Congreso de la Unión.
En la nublada mañana de ayer, el desastre que se vive en Chiapas era tema obligado. Desde la ceremonia conmemorativa de la proclamación de la Independencia, en la columna del Angel, secretarios, funcionarios del gabinete ampliado y todo aquel que tenía que ver de alguna u otra forma con el problema fueron entrevistados.
Al inicio del desfile, los oficiales del Ejército y la Marina encargados de la transmisión televisada adelantaron que debido a la contingencia en Chiapas hubo necesidad de ``sacar'' un agrupamiento para labor social, cuya participación se incluía en los planes originales, y hacer lo propio con otras unidades ``desconcentradas'', que sumaron 14 mil 529 efectivos. Es decir, no asistieron 14 generales, 49 jefes, 872 oficiales, 13 mil 594 y 600 elementos del Servicio Militar Nacional.
``Si ahorita hubiera orden de salir, los soldados están listos para acudir inmediatamente a donde haga falta'', comentó uno de los militares al exponer que un buen número de hombres está acuartelado por si se requiere su presencia debido a la persistencia del mal tiempo en Chiapas.
Otros militares comentaron que a diferencia de la situación que se vivió con el huracán Paulina el año pasado --que ocasionó severos daños en Oaxaca y Guerrero--, en esta ocasión se ha notado mayor coordinación entre las dependencias, ``hasta ahora'', para realizar labores de auxilio a la población. El Presidente, dijeron, está al tanto de la situación y en reuniones privadas con los secretarios de Estado en Chiapas, incluso ``ya ha jalado las orejas'' a varios para que todos ``jalen parejo''.
Ante un público interesado en ver el estado que guardan las fuerzas armadas, el desfile de ayer inició con una descubierta de motociclistas del Ejército, seguida por agrupamientos de banderas y contingentes ``históricos'' integrados por 244 zacapoaxtlas y xochiapulcas, que portaban guiones históricos de las unidades que defendieron la patria en 1847.
Siguieron los cuerudos de Michoacán y los agrupamientos de las escuelas militares de Materiales de Guerra, Transmisiones, Médico Militar, de Odontología, de Oficiales de Sanidad, de Enfermeras, de Ingenieros y de Tropas Especialistas de la Fuerza Aérea, del Colegio del Aire y del Heroico Colegio Militar.
Después hicieron su aparición los cuerpos de vehículos motorizados, blindados de exploración, reconocimiento y enlace; el agrupamiento blindado y el de artillería. Seguidos por las unidades élite del Ejército, entre las que destacaron los recién creados Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales que, de acuerdo con el guión oficial de la ceremonia, con el fin de ``cumplir sus misiones utilizan equipo especial para el cruce de ríos''.
Participaron en este bloque el Agrupamiento de Fuerzas Especiales y el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, llamados así ``por su versatilidad para el combate'' y porque los integran ``soldados adiestrados para operar y sobrevivir en condiciones adversas y en todo terreno''; además de los fusileros paracaidistas, adiestrados para realizar operaciones a las que arriban saltando de aeronaves en vuelo con paracaídas.
Por su parte, la Armada de México presentó seis contigentes: Mando y Estado Mayor, y agrupamientos de Escuelas, Infantería de Marina, de Apoyo y Servicios del Cuartel General e Infantería de Marina del Servicio Militar Nacional, y el Grupo de Sanidad Naval, además de escoltas, bandas de guerra, grupos de comando y cuerpo de cadetes.
Por la Marina desfilaron también 427 elementos de tres compañías de fusileros paracaidistas, ``que desempeñan funciones de fuerza de reacción inmediata'' para participar en acciones de apoyo a la población damnificada, vigilancia y preservación de nuestros recursos naturales y contra el tráfico ilegal de drogas y armas de fuego.
El desfile culminó con un grupo de charros.
Después de que el comandante de la columna, general de división Alfonso Mancera Segura, rindió su parte ``sin novedad'' e informó al Presidente que habían participado 78 banderas y estandartes, diez generales, cuatro almirantes, 128 jefes y capitanes, mil 632 oficiales, 5 mil 358 cadetes, 12 mil 499 elementos de tropa y marinería, 244 zacapoaxtlas y xochiapulcas, 150 charros, 22 piezas de artillería, 238 vehículos, 513 caballos y 200 perros, el secretario de la Defensa Nacional ofreció un brindis a los agregados militares y navales acreditados en México.