``Estar listo'' para el rescate de AL, pide Clinton al Fondo Monetario
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Nueva York, 14 de septiembre Ť El presidente Bill Clinton llamó hoy a emprender una acción internacional coordinada ante lo que definió como el ``desafío financiero más grande que ha enfrentado el mundo en medio siglo'' y propuso disponer de 15 mil millones de dólares de fondos de emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar que se extienda el ``contagio financiero'' internacional en América Latina. En su primer intento de concentrar la atención pública en asuntos de política después de la publicación del informe del fiscal Kenneth Starr, la semana pasada, Clinton se presentó ante el Consejo de Relaciones Exteriores en esta ciudad para alertar sobre la agudización de la crisis financiera y asegurar que Estados Unidos está preparado para asumir el liderazgo ``de una forma consistente con nuestros valores''.
El presidente presentó un programa de acción inmediata de seis puntos para hacer frente a la crisis que estalló en Asia y Rusia, y también ofreció dos propuestas de largo plazo para reforzar la ``arquitectura financiera'' del mundo para el próximo siglo. El discurso de Clinton tuvo un efecto positivo casi inmediato en México, donde aumentó el valor del peso, y también influyó en el comportamiento de la Bolsa Mexicana de Valores.
El programa de corto plazo propuesto por Clinton incluye instar a las principales economías del mundo a permitir el uso de 15 mil millones de dólares de fondos de emergencia del FMI para detener el contagio financiero internacional en América Latina y otros países.
Clinton afirmó: ``Tenemos que estar listos para responder de inmediato y, si es necesario, con fuerza financiera a la crisis de circulante en caso de que ésta se extienda, especialmente si amenaza a las economías de América Latina, donde las naciones han luchado para progresar y hacer lo correcto, sólo para ser golpeadas por las tormentas económicas fuera de su control''.
Informó que ha solicitado al secretario del Tesoro, Robert Rubin, y al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que convoquen en un plazo de 30 días a sus contrapartes del Grupo de los Siete y a sus pares del ahora denominado Grupo de los 22, formado por los mercados emergentes más importantes (entre ellos México), para discutir la ``arquitectura financiera internacional del siglo 21'' y hacer frente a la actual crisis.
En el plano económico, el discurso de Clinton obedece fundamentalmente a dos razones. La primera es que la crisis financiera internacional pone en riesgo el proyecto económico promovido por su gobierno desde que llegó a la presidencia. La segunda es que el ``contagio'', que golpeó a Brasil la semana pasada, puso en alerta a los asesores económicos estadunidenses, quienes consideran que esta situación ya constituye una amenaza real para las principales economías latinoamericanas, incluida la mexicana, lo que podría tener efectos directos en la economía estadunidense. Además, se teme que un eventual rescate financiero de Brasil costaría decenas de miles de millones de dólares, y en este momento el FMI carece de los recursos necesarios. Por lo tanto, el equipo de Clinton afirmó que es hora de enfrentar este desafío.
Por otra parte, la nueva postura de Clinton tiene que ver con la necesidad de superar una crisis política que puede tener graves repercusiones. Como lo señaló The New York Times en un reportaje publicado hoy, un líder estadunidense debilitado por sus problemas políticos personales agrava aún más la ``inestabilidad'' financiera internacional. ``Estados Unidos ha pasado de ser una roca de estabilidad en la crisis global (...) a ser otra fuente potencial de inseguridad'', como resultado de la crisis política en que está envuelta la Casa Blanca.
Por lo tanto, el presidente buscó hoy presentarse como un líder listo para tomar la iniciativa. Entre sus planteamientos, Clinton enfatizó que la prioridad actual del primer Mundo es la promoción del crecimiento económico y no el control de la inflación, que ha sido el principal objetivo en los últimos 30 años. ``Hoy, la inflación baja y estable de que gozamos ha sido decisiva para nuestra salud económica (...) Pero el balance de los riesgos ha cambiado claramente, con un cuarto de la población mundial que vive en países con crecimiento económico a la baja o negativo'', señaló.
Varias propuestas de Clinton están dirigidas a resolver la crisis en Asia --especialmente rescatar al sector privado de sus deudas excesivas--, promover el crecimiento en Japón y asegurar una ``red de seguridad social'' para aminorar los daños de la crisis sobre los más pobres. Clinton resaltó que lo que está en riesgo es precisamente el proyecto de crear mercados libres integrados a la economía mundial, y que la crisis podría revertir esta tendencia, lo cual también amenaza la viabilidad del modelo ``democrático'' de estos países.
``Si se consideran las dificultades económicas de hoy, las rupturas y el viejo y profundo desaliento de decenas de millones de personas alrededor del mundo, me queda claro que ahora hay un desafío notable no sólo a la libertad económica'', pues si no se resuelve ``también podría detener la corriente de la libertad política'', declaró.
Afirmó que Estados Unidos no puede quedarse al margen de la crisis, ya que la prosperidad estadunidense depende más del mercado internacional (un tercio del crecimiento económico proviene de las exportaciones). ``Esta gente (en el resto del mundo) son nuestros clientes'', dijo Clinton. ``El crecimiento en casa depende del crecimiento en el extranjero''; por lo tanto, advirtió, si esas economías se desploman ello perjudicará a Estados Unidos.
Pero no sólo eso: también podría nutrir las tendencias proteccionistas aquí y en el extranjero, y revertir el proyecto de promoción comercial internacional entre mercados abiertos. Las consecuencias políticas, reiteró, son paralelas a las económicas. ``Donde el tumulto económico hunde inesperadamente a millones en la pobreza y rompe y desorienta a las vidas de personas ordinarias, claramente se incrementan los riesgos de inestabilidad política y social y de un giro contra la democracia''. Un ejemplo de lo anterior, señaló, es Rusia.
Sólo se apoyará a quienes acaten las recetas del FMI
``Ninguna nación, rica o pobre, democrática o autoritaria, puede escaparse de los imperativos fundamentales del mercado global. Ninguna nación puede escapar a su disciplina ni eludir la responsabilidad de hacer su parte. Pero dado que todas las economías son cada vez más interdependientes, el temor y la inseguridad sobre la economía de un país puede llevar a que los inversionistas saquen su dinero de otros países a miles de millas de distancia. Los mercados funcionan de mejor manera cuando no son conducidos por flujos excesivos entrantes o salientes de capital, basados en un optimismo o pesimismo indiscriminado'', aseveró Clinton.
Insistió en que sólo se apoyará a aquellos países que estén dispuestos a ayudarse a sí mismos con base en los criterios fijados por el FMI. Sin embargo, reconoció que no se ha contenido la crisis y ``frente a este nuevo reto, Estados Unidos puede y debe seguir actuando y llevando el liderazgo'' para detener crisis financieras en el plazo inmediato y asegurar que los sistemas financiero y comercial internacionales estén preparados para ``apoyar el crecimiento estable y sostenido en el largo plazo''.
Clinton concluyó que, en suma, ``debemos mejorar nuestra habilidad para abordar la actual emergencia financiera, y tenemos que construir un sistema para prevenir tales emergencias en el futuro cuando sea posible y aminorar su impacto cuando ocurran. No hay ninguna misión más crucial para nuestra propia fortaleza y seguridad''.