Diferir comicios en Chiapas, demanda el priísta Salazar Mendiguchía; AN y PRD cesan campañas
Ante la emergencia que hoy vive Chiapas, las elecciones programadas para el próximo 4 de octubre, en las que se renovarán ayuntamientos y Congreso local, se convierten en un factor que ``obstaculiza la unificación de criterios y esfuerzos para llevar la ayuda a los damnificados'', por lo que, ante esos argumentos, el senador priísta Pablo Salazar Mendiguchía solicitó ayer el aplazamiento de los comicios para el domingo 6 de diciembre de este año, porque ``nada está por encima de la desgracia y el dolor humano, ni siquiera las elecciones''.
Luego de afirmar que la presente generación de chiapanecos ``no tiene memoria de una desgracia de tales proporciones'', el legislador priísta, oriundo de Chiapas y miembro de la Cocopa, consideró que sólo podrá ser enfrentada ``con una energía social y un serio esfuerzo de unidad'', y advirtió que ``las disputas, rivalidades, e incluso las legítimas diferencias políticas, pueden esperar con tal de que todas las voluntades unidas se vuelquen hacia un esfuerzo común: ayudar a nuestros hermanos en desgracia''.
``Una vez más, el dolor y el luto han ensombrecido a Chiapas. A las adversidades que nos han azotado en los últimos meses -enfrentamientos, violencia, sequías, incendios e inundaciones-, hoy se suman destrucción, desolación y más muerte'', lamentó el legislador.
Al exponer cinco razones por las cuales deben aplazarse los comicios, Salazar Mendiguchía subrayó que ``el gobierno, los partidos y las autoridades electorales tienen obligación ética, moral y política de anteponer los intereses de todos los chiapanecos por encima de los particulares'', dijo a través de un comunicado. ``Ni el derecho o las elecciones son fines en sí mismos, sino más bien instrumentos al servicio de la comunidad. Por lo tanto, no pueden ser invocados como valores superiores a la vida humana, que es la que les da sustento y razón de ser''.
Las cinco razones que esgrime el legislador son, en primer lugar, la ausencia de ánimo social para celebrar una elección política en un clima de ``natural competencia electoral'', cuando miles de chiapanecos viven hoy en desgracia, concentrados más en poner a salvo a su familia, a sí mismos, recuperar sus pertenencias y resacatar el patrimonio particular y público, salvar parte de los cultivos, comercios, centros de trabajo.
En segundo lugar explicó que los chiapanecos ``no tenemos derecho'' a dispersar ``nuestra energía en actividades, por legítimas que sean, que nos confronten y nos dividan'', cuando miles de hermanos nuestros están esperando solidaridad oportuna. Todo el esfuerzo de los chiapanecos ``debe volcarse en ayudar a los damnificados'', y responder a una gran convocatoria por un esfuerzo de unidad.
En tercer lugar señaló que se debe evitar el recrudecimiento de ``viejos sentimientos regionalistas'', al pretender que el ``intenso'' dolor que atraviesan los habitantes de la costa y su actual situación ``nos es ajeno y hasta indiferente'' o que puede ser desplazado por otros asuntos ``que a nosotros podrían parecer de mayor interés'', sino que es momento de ``refrendar ante todos los habitantes de las zonas afectadas por la desgracia, que ``todo en Chiapas es Chiapas'' y que ``todos los chiapanecos somos hermanos''.
En cuarto lugar indicó que una porción ``considerable'' de electores no podría ejercer su derecho constitucional de votar, debido incluso a la pérdida de credencial de elector por parte de muchos damnificados.
En quinto lugar subrayó que existen ``graves dificultades'' para que ``los consejos electorales distritales y municipales sean instalados en las zonas afectadas'', y puedan cumplir con sus funciones. Por ejemplo, la de difundir la próxima semana la lista de casillas, su ubicación y nombre de los integrantes, ``tarea humanamente imposible cuando ni siquiera sabemos si prevalecen los lugares asignados para la ubicación de las mismas o, en el peor de los casos, si sobreviven los integrantes de las mesas directivas.
``En tal circunstancia -agregó-, al modificar súbitamente y sin el tiempo debido las casillas, se conculcarían los derechos de los electores, se provocaría incertidumbre y no quedarían plenamente garantizadas la legalidad y certeza del proceso electoral. Sobra decir que el reto de establecer las vías de comunicación requiere de un tiempo razonable para lograrlo''.
Salazar Mendiguchía, en su carácter de senador de la República, propuso el aplazamiento de las elecciones para el 6 de diciembre de 1998, bajo la modalidad de elecciones extraordinarias, y que el Consejo Estatal Electoral solicite al Congreso del estado los cambios de tiempos electorales, a fin de que se expida la convocatoria cotrrespondiente, de la que ya existen precedentes.
También solicitó que la Comisión Permanente del Congreso estatal convoque a un periodo extraordinario para atender la eventual solicitud en tal sentido por parte del Consejo Estatal Electoral, y las procedentes reformas constitucionales y legales que permitan la instalación de la nueva Legislatura local el 15 de diciembre de 1998.
Instó a que esta propuesta la escuchen las voces de todos los chiapanecos, desde los legisladores federales y poderes locales hasta expertos constitucionalistas, partidos políticos, candidatos; autoridades locales, estatales, distritales y municipales; medios de comunicación, iglesias, organizaciones sociales, ciudadanos y, ``por supuesto'', la de los propios afectados.
Finalmente convocó a todas las autoridades, iglesias, organizaciones sociales e individuos a construir ``un espacio común y único'', en el que se coordinen todos los esfuerzos de ayuda a los damnificados, bajo la premisa de que en la ayuda ``no debe haber exclusividad'', y que ``la solidaridad no es privilegio de nadie''.