La Jornada 14 de septiembre de 1998

Contra el crimen, red de inteligencia ciudadana: Gertz

Elena Gallegos Ť El doctor Alejandro Gertz Manero califica su proyecto al frente de la policía como ``de buena fe y sentido común'', pues ``en materia de seguridad pública no hay fórmulas mágicas''. Adelanta que para prevenir el delito se formará un sistema de inteligencia en el que la ciudadanía tendrá un papel protagónico, ``sin que esto implique delegarle la responsabilidad''.

Descarta también que la pretensión de descentralizar a la policía sea transferir el problema a los delegados. Habla de la meta que se propuso: abatir ``a como dé lugar'' los índices de criminalidad, y anuncia una ``depuración razonable'' en la corporación, a la que describe como monolítica, autoritaria, poco eficiente e improductiva.

Lo explica: ``no se trata de llegar y echar a 60 mil gentes --las policías bancaria, preventiva y auxiliar agrupan 120 mil elementos-- y traer otras. ¿De dónde las traigo? ¿Con quién las sustituyo?''

El hombre que el pasado 28 de agosto relevó al teniente coronel Rodolfo Debernardi --su frase de que no había nacido el hombre que pudiera acabar con la delincuencia se hizo célebre-- dice que estar a cargo de la seguridad pública es como estar ``en la piedra de los sacrificios''; insiste en la necesidad de acercar a la sociedad con la policía y descarta recurrir a los ``operativos espectaculares'' del pasado para enfrentar los problemas de barrios como Tepito o la Buenos Aires.

--¿Cómo se ve la ciudad desde aquí? -su despacho en el piso 12 del edificio que ocupa la Secretaría de Seguridad Pública, en las calles de Liverpool, en plena Zona Rosa.

--Según... A veces de una manera y a veces de otra. Aquí tiene usted una perspectiva de lo que todos sentimos y sufrimos en la ciudad. Es decir, lo que se padece uno lo ve aquí en un ámbito total --responde en la forma en que lo hará a lo largo de la entrevista. De modales refinados, Gertz Manero nunca subirá el tono ni expresará molestia por el tipo de temas que se abordan.

Trabajar con la gente, la estrategia

--Como habitante de la ciudad ¿siente miedo?

--¡Por supuesto! Lo vivimos todos los días --acepta el funcionario.

--¿Y qué va a hacer para quitarle a la gente el miedo de vivir en una ciudad en la que nadie sabe si regresará bien a casa?

--La estrategia es muy clara: Trabajar con la gente, con la ciudadanía. Esta ha sido una estructura muy cerrada, en muchos aspectos, a la realidad. Si todos los que vivimos en la ciudad no tenemos derecho a participar en la defensa de nuestra propia comunidad esto no sale.

--¿Cómo hacer que la gente colabore con la policía si lo que menos quiere es un policía cerca?

--La ciudadanía tiene una percepción muy clara de la inseguridad en la que vive, del temor a la policía y a todos los instrumentos que están alrededor de la justicia. Pero la gente quiere también recuperar la confianza en la ciudad, desea tener una policía honrada, en la cual confiar.

--Para la gente policías y delincuentes son la misma cosa.

--Tenemos que ir rompiendo esa percepción. Ya comenzamos con la descentralización de la policía a las delegaciones. Convocamos a los representantes vecinales y les entregamos las hojas de servicio de los jefes policiacos. Les hemos dado quince días para que los revisen y nos digan quiénes pueden ser aceptados razonablemente por la comunidad.

``Si la ciudadanía tiene la confianza de que si señalan a un policía que esté incumpliendo y la autoridad actúa en consecuencia, esa percepción puede cambiar''.

--¿Cuál es su diagnóstico de la policía?

--Es un cuerpo poco eficiente, sus niveles de productividad son bajísimos. Hay una percepción de mucha inmoralidad y en esa se llevan a todos, a los buenos y a los malos.

--¿No tiene problemas de autoridad siendo civil y no militar?

--No. Aquí hay un principio de autoridad y un sistema de orden --sostiene Gertz.

--Para el cargo, ¿cree que es mejor un civil que un militar?

--Este no es un problema de civiles o de militares, tampoco de mandos policiacos. Aquí lo que se necesita es que se quiera hacer el trabajo.

--Esta convocatoria a que la gente colabore ¿no es una manera de transferir culpas o responsabilidades?

--No. De ninguna manera yo le quiero transferir la responsabilidad a nadie. Por ley las tiene la policía y por ley las debe cumplir. Yo sólo pido el apoyo ciudadano, busco establecer un vínculo... encontrar los caminos para recuperar la seguridad, con la ayuda y la buena fe de todos.

``Yo simplemente pido un apoyo ciudadano para ir limpiando esto. No hay ser humano que tenga la capacidad de resolver sólo un problema de esta naturaleza si no tiene el respaldo y la confianza de los demás''.

--Parece que no existe un proyecto ni un concepto claro para afrontar el problema de seguridad pública. Usted, el procurador Samuel del Villar y Pedro Peñaloza hablan de cosas distintas.

--Las funciones son distintas. Yo no me quiero meter y menos iniciar un conflicto con nadie. No vine a eso. No hay ningún antagonismo.

--Pero, por ejemplo, usted dijo no a la ``cero tolerancia'' y Del Villar dijo sí...

--Si él es muy enérgico, ¡estupendo!, aunque le repito que estamos hablando de funciones diferentes. La tarea de la policía es la de prevenir, a la Procuraduría le corresponde el ejercicio de la acción penal. Yo no veo que haya ningún tipo de choque.

--¿No deberían tener todos muy claro el concepto y el proyecto?

--En el proyecto cada uno tenemos una responsabilidad y la vamos a cumplir. En esto nada tiene que ver la forma de expresarnos, lo que sería preocupante es que usáramos las mismas palabras y habláramos en el mismo tono, ¡pareceríamos una orquesta!

--¿Cuál es entonces el concepto de seguridad pública?

--¡Es clarísimo: el cumplimiento de la ley!

--Tanto nos lo repiten que la frase ya se desgastó...

--Se desgastó porque no se cumplió, no ocurrió, pero no se desgastó porque se dijera.

--Cumplir la ley ¿qué ley? ¿la que permite que todo mundo se ampare? ¿la que se puede torcer por tres pesos?

--No estoy de acuerdo con eso. Hace 37 años que soy abogado y he litigado más o menos toda mi vida profesional. No tengo desconfianza de la estructura legal, si la sabemos aplicar podemos resolver una enorme cantidad de problemas.

--Empezamos a vivir situaciones como la del Polivoz o la gente que en un microbús lincha a un asaltante, ¿estamos en riesgo de que la sociedad se arme y tome la justicia en sus manos?

--Cuando no se cumple una función, evidentemente se pueden generar situaciones como esas. ¡Es obvio! --casi corta Gertz Manero.

--¿Estamos en el límite, la gente se está armando...?

--La tarea que emprenderemos es precisamente para que eso no ocurra. Yo no quiero tener la perspectiva del funcionario sino la del ciudadano, yo sé que voy a pasar por esta oficina equis tiempo y que regreso a mi vida y a hacer lo que hago siempre y quiero hacerlo en condiciones que me permitan vivir tranquilo.

--¿Encontrar fórmulas que..?

--¡Ahí está el proyecto! --regresa al asunto-- ¿Qué estoy haciendo? Tomo una estructura monolítica, muy autoritaria, y lo que trato de hacer es acercarla a los ciudadanos. Yo les doy toda la información de lo que pasa, les digo quiénes son sus policías y los ciudadanos, por su parte, me señalan qué está bien y qué está mal. Es la única manera de recuperar la confianza de la sociedad, si no es así ¿cómo le hago? Tampoco crea que hay un universo de opciones.... ¡No!

--¿Y los tiempos?

--El tiempo es... ¡hoy! Diariamente miles de personas sufren por la inseguridad. Necesito hacerlo pronto y bien, pero lo tengo que hacer en estas circunstancias y con los elementos con los que cuento.

--En una ciudad en la que se cometen más de 700 delitos diarios hay quienes incluso dicen que salga el Ejército a la calle y ya...

--Yo he padecido todo esto en mi centro de trabajo (un asalto en la Universidad de las Américas), en mi casa, con mi propia familia. No soy ajeno a ese universo --comenta y cuida mucho el hacerlo siempre desde la visión del hombre de a pie--, no puedo ni pensar que tengamos que llegar a extremos de violencia de esa naturaleza para poder vivir. Démonos la oportunidad de tener una acción concertada con la sociedad.

--¿Cómo responder pronto?

--Estoy tratando de dar información para que todos nos podamos defender, impulso el acercamiento para tener una fuerza que nos una, trabajo en transparentar los mandos policiacos para que se pueda hacer una depuración racional. No es cosa de llegar y correr a 500 personas. No. Primero debemos saber con quién contamos y con quién no, tampoco hay muchos otros para sustituirlos.

``Yo no puedo correr a 60 mil gentes y traer otras. ¿De dónde las traigo? Uno debe actuar con mucha responsabilidad. Deseo regresar a mi vida normal con algo en las manos''.

--Y para llevarse ese algo... ¿qué hace?

--Pongo en marcha un proyecto de buena fe, de sentido común. ¡Tampoco hay fórmulas mágicas! Pero sabemos qué quiere la gente: policías honrados no amafiados, conocer a sus mandos, poder decir dónde se cometen los delitos, mano firme para castigar al que incumpla, participación de las organizaciones no gubernamentales...

``Quiero terminar la descentralización de la policía a las delegaciones en un mes o mes y medio. Hacer una descentralización de ese tamaño, en un plazo tan corto, ¡es una tarea titánica! En serio...''

--Descentralizar en una situación como esta ¿no es dispersar... repartir el problema?

--¡Tengo que intentarlo! --defiende de nueva cuenta--, no estoy repartiendo los problemas porque la responsabilidad es mía. La policía no se desintegra, los mandos quedan intactos. El éxito o el fracaso del proyecto no será de los delegados ni de la comunidad, será de quien lo planeó.

--¿Son más difíciles de alcanzar las metas frente a la absoluta desconfianza de la gente?

--Sí, frente a la desconfianza, a la ineficiencia y a las monumentales dimensiones del problema. Creo que la ciudad de México, en materia de seguridad, es la más difícil de manejar. No tengo duda.

--Por eso parece como muy utópico su -proyecto.

--Puede ser que yo le parezca un poco romántico, pero los hechos y el trabajo lo irán acreditando. Y el proyecto se irá ajustando porque si no ¿a qué vengo? ¿A hacer lo mismo que los anteriores? No, para eso mejor no.

--Oiga, pero esto de un proyecto de buena fe y... de verdad que suena a utopía.

--Fíjese que es más importante tener un ideal y creer que uno puede dejarle a los nietos algo.

--Aquí se han hilado muchos fracasos.

--Nada más usted lo que ha pasado con los personajes que estuvieron en este puesto en los últimos veinte años...

--¿Este es el resultado?

--Sí, pero no lo podemos echar toda la culpa a la policía, que quizá se lleva la peor parte, pero en materia de seguridad hay otros elementos, los ministerios públicos, los jueces... Todos tienen su pedazo.

--En el caso de la policía, ¿cómo evitar la corrupción, la ineficiencia?

--Para esto el concepto de contraloría es fundamental. Cuando no hay un control sobre la gestión ni sobre la conducta, cuando el que revisa es juez y parte, entonces la conducta se pervierte. Nosotros sí vamos a auditar, queremos una contraloría ciudadana, aplicaremos métodos de productividad e insistiremos en que los comités ciudadanos analicen los expedientes de la policía. Aplicaremos sistemas de premios y sanciones.

--Conociendo a nuestra policía, ese dinero que les ofreció por agarrar delincuentes ¿no les dará alas para inventar culpables?

--¡Nooo! Les dije con mucha claridad: `si me traes un detenido para extorsionarlo, si te cacho en eso, te aplicaré las sanciones de rigor. Si aprehendes a un ciudadano que no es delincuente te ceso, y si puedo te consigno'. Además no se les darán los 300 pesos cuando lleguen con el señor... sino cuando efectivamente se demuestre su culpabilidad. De lo contrario, ¡imagínese la que se arma! Tendremos un abogado nuestro en cada delegación para verificar que no ocurran detenciones de inocentes.

--¿Cree en su proyecto?

--¡Aaahhh, por supuesto! ¡Tanto... que estoy aquí! Y estar aquí, al frente de la Secretaría de Seguridad Pública --y en estas circunstancias, agregan los interlocutores-- ¡es como estar en la piedra de los sacrificios!

No habrá operativos espectaculares

--¿Qué metas se fijó en cuanto al abatimiento de los índices de delitos?

--Vamos a sacar cifras por semana. Estaremos midiendo si se nos redujeron o se nos subieron los índices. Cruzaremos nuestra información con la de otras instituciones para que la estadística sea muy acertada y la meta es bajar los índices a como dé lugar.

--¿Cuál sería como el número ideal de delitos al día en una ciudad como esta?

--La estadística de seguridad en las grandes urbes está perfectamente documentada. No la tengo a la mano, pero creo que deben buscarse niveles razonables. Ahora ¿el ideal? Pues no sé si haya un ideal y no me estoy haciendo güey, le estoy hablando con la verdad y con honestidad.

--¿Qué va a pasar con Tepito o con la Buenos Aires, que son focos rojos?

--No haremos operativos espectaculares, buenos para la foto y poco productivos en materia de seguridad. Lo que vamos a tener es un proyecto de investigación para la prevención del delito.

``Sólo con información suficiente --insiste-- podemos prevenir. No creo que haya un mejor sistema de inteligencia que el que conforma la propia ciudadanía que sabe dónde están los problemas. Nosotros tenemos que darle la seguridad de que no habrá consecuencias ni riesgos si nos proporciona dicha información. Las propias organizaciones no gubernamentales nos pueden acercar. Ya estamos trabajando en ese sistema''.

La entrevista termina y ya de salida comenta a modo de despedida: ``pronto, muy pronto, podremos evaluar si funciona o no el proyecto que les parece tan utópico''.