Cerrarán este mes El Nacional, dicen trabajadores
Juan Manuel Venegas Ť El Nacional cierra. Eso fue lo que les informó la directora del diario, Enriqueta Cabrera, a los reporteros, editores, fotógrafos y personal de talleres que el pasado viernes a las 23 horas se encontraban aún en el edificio de Ignacio Mariscal 25.
Les ofreció --``por instrucciones superiores''-- liquidación conforme a derecho a todos los trabajadores, la posibilidad de incluir 35 por ciento que reclaman de aumento salarial y la recontratación de ``un grupo'' de trabajadores de talleres, ``pues hay la intención de conservar la rotativa'' para la maquila del Diario Oficial de la Federación.
Tras el anuncio, los trabajadores del periódico buscaron y contactaron en la madrugada del sábado al director de Trabajo y Previsión Social del gobierno capitalino, Manuel Fuentes, a quien solicitaron asesoría ante la posibilidad de perder su fuente de empleo. Ayer al mediodía se convocó a una reunión a la que asistieron unos 60 reporteros, editores, fotógrafos y algunos directivos y jefes de área, quienes empezaron a analizar con el funcionario algunas de las posibilidades que tienen en la búsqueda de conservar el trabajo.
En la reunión, los trabajadores de El Nacional que no estuvieron el viernes por la noche fueron informados de la decisión de cerrar el periódico. La directora --se dijo-- precisó que ``el cierre oficial es el 30 de septiembre'', previo decreto del Diario Oficial de la Federación. Cabrera les habría dicho que tendrían hasta el 29 de septiembre para negociar su liquidación.
Incluso, la directora general del diario anticipó al secretario general del sindicato, Salvador Ocampo, que ella daba por cancelada la reunión que tenían programada el próximo lunes, en el marco de la negociación salarial en la que se encuentran. Ya no tiene caso --diría Cabrera--, ustedes y nosotros ``nos vamos el 30''.
Nos agarraron por sorpresa...
A la junta realizada el día de ayer, no se tuvo acceso. Los trabajadores acordaron constituir una comisión de prensa hasta el lunes, y ésta será la encargada de dar cuenta de la situación. De lo que sucedió este sábado en la reunión informativa que sostuvieron, algunos ofrecieron versiones de lo que ahí se discutió, cuidando el anonimato hasta que se aclare y se informe oficialmente --esperan un pronunciamiento de la Secretaría de Gobernación-- del destino del periódico.
Las versiones coincidieron en que es poco el tiempo que los trabajadores de El Nacional tienen para organizarse; la decisión de cerrar el periódico los tomó por sorpresa, pues muchos pensaban que se vendería. Además, algunos profirieron fuertes críticas al PAN, partido al que acusan de ``negociar con el gobierno el cierre del periódico'' cuando el año pasado se discutió el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Son casi 300 trabajadores, 195 de ellos sindicalizados, que buscarán en estos días una posibilidad para salvar su empleo. ``Si el gobierno --comentan-- ya no lo quiere, que lo venda, pero que no lo cierre''.
El primer número de este diario apareció el 27 de mayo de 1929. De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de México, de Humberto Musacchio, inicialmente se llamó El Nacional Revolucionario y fue el órgano informativo del Partido Nacional Revolucionario (PNR). Dos años después, en su cabezal dejó de aparecer el término Revolucionario, convirtiéndose en El Nacional.
Se mantuvo como órgano de difusión del partido fundado por Plutarco Elías Calles hasta 1941, año en que el entonces presidente Manuel Avila Camacho lo convirtió, por decreto, en ``órgano de Estado, dependiendo de la Secretaría de Gobernación''.
Entre quienes han sido sus directores en el más de medio siglo de vida de este ``órgano de Estado'' destacan Basilio Vadillo, Juan de Dios Bojórquez, Luis L. León, Froylán Manjarrez , Raúl Noriega, José Angel Ceniceros, Fernando Benítez, Guillermo Ibarra, Agustín Arroyo, Alejandro Carrillo Marcor, Luis M. Farías, Mario Escurdia, José Carreño Carlón y Pablo Hiriart Lebert.
Como periódico del gobierno, El Nacional ha servido siempre para reproducir y festejar las imágenes y acciones del presidente en turno. Para eso fue creado y en los últimos diez años, sobre todo, sus planas sirvieron para encabezar --en los medios-- las críticas hacia los partidos de oposición, en la línea dictada desde Gobernación.
Este periodismo oficial, aunado a la supuesta insolvencia de la empresa que tiene que ser subsidiada por el presupuesto de la Federación, ha provocado en diversos periodos andanadas de comentarios exigiendo la venta del matutino, como parte del saneamiento de las finanzas públicas.
La más reciente ola de críticas ocurrió el año pasado, cuando en la Cámara de Diputados se discutía la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación para 1998. Entre los partidos de oposición, destacadamente el PAN, hubo el convencimiento de que la desaparición de varias dependencias y empresas gubernamentales ``insolventes, burocráticas e inservibles'' para la vida nacional, significaría un importante ahorro del presupuesto público anual, que redundaría en el crecimiento del gasto social.
En este contexto, en diciembre del año pasado cuando estaba a punto de aprobarse el Presupuesto de Egresos, la diputación de Acción Nacional fijó algunas condiciones para su aprobación, entre otras, que la Secretaría de Hacienda iniciara el proceso de venta de Productora e Importadora de Papel (PIPSA) y del periódico El Nacional.
Casi cuatro meses después, cuando el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Santiago Levy, compareció ante los diputados para informar en torno a los recortes presupuestales, la bancada panista recordó ``el compromiso'' de diciembre, y el funcionario informó que en mayo saldría la convocatoria para la venta de PIPSA (lo que ya ocurrió), y que en junio iniciaría el proceso de venta de El Nacional.
Al respecto, en su junta de ayer, los trabajadores del periódico acordaron formar comisiones para buscar apoyo en todos los partidos políticos y, en el caso del PAN, se buscará que defina públicamente cuál fue el punto de su negociación con el gobierno: la venta o el cierre de El Nacional.
La crisis actual
Tras el anuncio de Enriqueta Cabrera de que la determinación del gobierno es la desaparición de la empresa periodística, los trabajadores realizaron ayer sus primeras reuniones evaluatorias de la situación.
Además de la junta que sostuvieron temprano reporteros y editores del periódico, por la noche se programó otra reunión en el área de talleres.
Entre las opciones que se escucharon en el edificio de la calle de Ignacio Mariscal, en el centro de la ciudad, sobresale la intención de que sean los propios trabajadores los que, organizados, se queden con el manejo del periódico. Incluso, se hicieron cuentas y, por ejemplo, se manejó la posibilidad de que si todos --o por lo menos la mayoría-- tiene el mismo interés, se podrían hacer de un capital recaudado a través de las liquidaciones que les anunció la directora Cabrera, que sería el soporte para buscar financiamientos o socios externos.
Cabe señalar que ya en 1993, cuando se manejó con insistencia la posibilidad de que el gobierno se deshiciera de El Nacional ante la crisis laboral que se desató y el desinterés por la compra del periódico, las autoridades maniobraron y dieron solución al conflicto con el despido y liquidación de toda la planta laboral y la recontratación de sólo 60 por ciento de los trabajadores.
En las negociaciones, la Unidad de Desincorporación de la Secretaría Hacienda puso fin al contrato colectivo hasta entonces vigente, eliminando del documento todas las prestaciones de las que gozaban los empleados del diario, entre otras ayuda para renta, transporte, prima vacacional... En fin, todo. Prácticamente se quedaron sólo con el Seguro Social.
Es decir, los trabajadores fueron liquidados hace cinco años pero, según sus cálculos, las nuevas liquidaciones --incluirían 35 por ciento de aumento salarial-- les alcanzarían para buscar un financiamiento externo que les permitiera manejar la empresa.
Otra opción para mantener la fuente de trabajo, que se escuchó entre los empleados de El Nacional, es que el gobierno opte por la venta y aparezcan inversionistas interesados (anteriormente Carlos Slim había manifestado interés, según trascendió).
Pero más allá de las especulaciones que ayer se manifestaron, los acuerdos por lo pronto son tres: convocar a asamblea general el próximo martes, constituir el lunes una comisión de prensa que informe de la situación y organizarse para buscar a los partidos políticos con el propósito de que la empresa no cierre.