La Jornada 7 de septiembre de 1998

Si hubiera otro 68, actuaría como Barros Sierra: Barnés

María Esther Ibarra /I Ť Dice ser un hombre liberal. Más aún, se define políticamente como de ``centro izquierda'', pero asegura no militar en partido político alguno. Desde esta posición, el rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, adelanta que -con miras al 2000- los partidos políticos podrán hacer proselitismo en el campus ``siempre y cuando sean respetuosos de la vida académica'', y considera que la oposición tiene posibilidades reales de llegar a la Presidencia de la República.

De su amistad personal con el presidente Ernesto Zedillo, señala que ésta ha facilitado algunas cosas a la universidad, aunque sostiene que un rector puede decir no al primer mandatario y al poder político. Asegura también que no existen vetos para que el jefe del Ejecutivo acuda a Ciudad Universitaria, por lo que buscará la ocasión propicia para que ello suceda.

Respecto al 68 plantea: ``Sería difícil un conflicto estudiantil similar, pero de ocurrir actuaría como lo hizo el ingeniero Javier Barros Sierra''.

En sus oficinas del sexto piso de la torre de Rectoría, Barnés de Castro acepta todas las preguntas de La Jornada. Incluso habla de Chiapas y del subcomandante Marcos, al que califica de ``hombre inteligente, que ha sabido motivar a muchos'' y ha impedido el enfrentamiento por la vía de las armas.

Sobre la situación del país conviene en que es un ``agravio'' la ``marginación desesperante en que vive un amplio sector de la sociedad frente a la confortable vida de otros mexicanos'', y subraya que es indispensable corregir esto para mantener la paz social y política de la nación.

La UNAM y la política

--En años recientes, y más en su rectorado la UNAM, ha sido visitada por políticos y funcionarios públicos de diversas corrientes, ¿a qué lo atribuye y qué significa para la Universidad?

--México avanza rápidamente hacia una vida democrática cada vez más participativa. Por primera vez en la historia del país los partidos políticos tienen un peso real en los equilibrios de poder en el Congreso de la Unión. Ahora el partido oficial si quiere lograr acuerdos importantes tiene que hacerlo con la oposición. Además, hay alternancia de poder en varios estados del país, y existe la posibilidad real de los partidos de oposición de aspirar a la Presidencia de la República en las próximas elecciones presidenciales. La Universidad no se puede quedar rezagada en esto, al revés, siempre ha sido un foro de discusión abierto y se ha anticipado al acontecer nacional, en el ámbito de las ideas y de los proyectos.

``Para la juventud es fundamental entender los procesos democráticos, pues es una responsabilidad ciudadana y la mayoría de los universitarios está en edad de participar en los procesos electorales. Es importante conocer los proyectos de nación de los diferentes candidatos a los puestos de elección popular, no sólo para contrastarlos con lo que han venido analizando los universitarios en su vida académica, sino también porque es parte del proceso educativo que la UNAM tiene que ofrecerles a sus alumnos en su formación integral''.

--Es decir, ¿permitirá que los partidos políticos vengan a hacer proselitismo a la UNAM para las elecciones del 2000?

--Sí, siempre y cuando los partidos y los candidatos respeten la vida académica y el entorno universitario, es decir, que vengan a debatir ideas y a plantear proyectos a los universitarios. No (estaría de acuerdo) si algún partido pretende, como alguna vez sucedió en el pasado, utilizar la Universidad en una estrategia política de enfrentamiento para lograr un propósito político.

--¿A qué partido se refiere?

--Algunos grupos de derecha, izquierda y el partido oficial, que en el pasado tuvieron el interés de movilizar grupos de estudiantes, académicos y trabajadores, así como utilizar los espacios académicos para abrir otros espacios en la vida política del país. Esto afortunadamente está prácticamente rebasado, y sería deplorable para la vida política del país y la vida institucional de las universidades que en futuras elecciones políticas se utilizaran viejas prácticas del poder.

--¿Cuál será el papel de la UNAM en las elecciones del 2000 y cómo considera que será el ambiente que prive en su interior?

--Por su Ley Orgánica la Universidad tiene prohibido participar en un proceso electoral y, como en el pasado, será muy cuidadosa en los próximos comicios ante el debate de las ideas y los proyectos, pero ajena a toda actividad política o proselitista.

El rector y el poder político

--¿Cómo es su relación con el poder político?

--En el marco de la autonomía universitaria, razonablemente buena con los gobiernos federal y estatales.

--¿Con el Presidente de la República? Se dice que tiene una relación personal.

--Sí, afortunadamente.

--¿Esta relación personal beneficia a la UNAM?

--Facilita algunas cosas, pero al margen de mi relación personal el Presidente ha mostrado hacia la Universidad Nacional, en sus anteriores y actuales funciones, un gran respeto a su autonomía, a la labor que realiza, y le ha otorgado apoyo cuando lo hemos solicitado. Esto independientemente de quienes hayan sido las autoridades, pues en general ha sido buena su relación con todos los rectores.

--¿Usted lo consulta para las decisiones de la Universidad?

--Lo informo periódicamente de las principales decisiones en el ámbito académico, porque pienso que es de su interés la marcha de la institución.

--¿Un rector está en posibilidad de decirle no al Presidente de la República?

--Si el planteamiento que haga el Presidente o el poder público, y afortunadamente no lo han hecho, va en contra de los intereses de la Universidad, por supuesto que está en posición de hacerlo.

--¿Usted milita en algún partido?

--No, nunca he militado en ningún partido político.

--¿Es apolítico?

--No, no soy apolítico.

--¿Cómo se define entonces políticamente?

--Soy un hombre liberal, de centro izquierda, pero no he militado nunca en ningún partido político.

No hay vetos para visitas de los presidentes

--¿Por qué desde la desafortunada visita en 1975, del entonces presidente Luis Echeverría, ningún otro jefe del Ejecutivo ha visitado la UNAM? ¿Sigue vetada la entrada a los presidentes de la República? ¿Es una herencia del 68?

--De ninguna manera, simplemente las tradiciones que alteraron aquella época han cambiado. Los presidentes de la República han visitado instalaciones de la UNAM, inclusive aquí en el campo de Ciudad Universitaria, en la inauguración del Cenapred el presidente Zedillo asistió a una reunión de trabajo y ha participado en otros actos como la inauguración del Feria del Libro en el Palacio de Minería.

--¿Usted lo ha invitado a Ciudad Universitaria?

--No lo he hecho y quizá debiera hacerlo. Hay que encontrar la ocasión propicia que justifique una invitación de este tipo. El Presidente de la República es una persona muy ocupada y no podemos invitarlo para cualquier actividad.

--¿La inauguración de cursos de la UNAM y otros eventos no serían ocasión propicia?

--Las tradiciones académicas de la Universidad se transformaron y desde hace muchos años se tiene establecido cómo hacer la inauguración de cursos y entrega de reconocimientos, y sería extraño que las alteráramos.

Difícil, que se den condiciones para un movimiento como el del 68

--¿Cuál sería su papel en caso de que hubiera un movimiento estudiantil como el de 1968?

Barnés de Castro, tras referir que ese año era pasante y ayudante de profesor en la Facultad de Química de la UNAM, de la que fue presidente de la Sociedad de Alumnos, dice:

``Veo difícil que se den condiciones para ello. Actualmente hay mayor apertura y pluralidad de espacios, en los cuales la acción política es mucho más efectiva que en el ámbito universitario. En ese año el partido único dominaba la vida política y la oposición no tenía espacios verdaderos para una actuación democrática. Ante las posiciones sencillas de los estudiantes hubo una represión absurda de la fuerza pública, en un conflicto que fue el disparador del movimiento. La Universidad ya no es el único espacio abierto en la sociedad para levantar una protesta, con lo cual deja de ser utilizada como instrumento de participación política''.

Agrega: ``Estoy seguro que si se volviera a presentar un conflicto similar, asumiría la misma actitud de Javier Barros Sierra''.

Atender a los sectores marginados, para garantizar la paz social

--¿Cuál es su visión de algunos problemas del país como la pobreza, Chiapas, la crisis económica y el Fobaproa?

--Son problemas complejos y con diferentes facetas, lo cual hace que la solución sea complicada. La mejor forma de enfrentarlos es a través del análisis crítico o el debate público, para encontrar soluciones que menos afecten a la población en su conjunto.

--¿Es un agravio la pobreza en que vive un sector importante de la población?

--Por supuesto, y esto no es bien visto. Siempre han sido un agravio las grandes disparidades existentes en el país entre los sectores incorporados a la modernidad, no sólo con una situación económica desahogada y hasta extraordinariamente confortable, y un gran número importante de familias en situación de marginación y pobreza realmente desesperantes. Es importante atender a estos sectores marginados y desprotegidos, por ser la única forma para garantizar una estabilidad social y política en el país.

--¿Qué le dice el problema de Chiapas, señor rector?

--Un abandono por siglos a un importante sector de la sociedad mexicana, para el cual no hemos encontrado la forma de brindarle el apoyo necesario y, al mismo tiempo, que preserven sus estructuras familiares, sociales y sus tradiciones históricas para que puedan incorporarse a un México pujante, activo y participativo.

--¿Qué opina del subcomandante Marcos?

--Es un hombre inteligente que ha sabido motivar a mucha gente y ha sabido suspender el enfrentamiento por las armas. También ha sabido ubicarse en una posición desde la que sigue llamando la atención sobre esos problemas. Espero que tenga la inteligencia de encontrar los espacios políticos donde podamos contribuir todos a resolver sin violencia, sin enfrentamientos y sin muertes la situación no sólo de Chiapas, sino también de otras regiones de la república con los mismos problemas.

--¿Es preocupante el impasse del gobierno ante el conflicto chiapaneco?

--No, el gobierno ha tenido la paciencia e inteligencia de no utilizar la fuerza para aplastar un movimiento. Por el contrario, ha dejado el tiempo y el espacio requeridos para madurar las posibles soluciones que resulten razonablemente satisfactorias y garanticen la viabilidad política, económica y social.

--¿Usted aceptaría ser intermediario?

--Como todos los mexicanos, estaríamos dispuestos a contribuir de la mejor forma posible a que este problema se resuelva.