La Jornada 6 de septiembre de 1998

Castigo a las ``corrupciones'' del Fobaproa, exige el vocero episcopal

Fabiola Martínez Ť No se puede tolerar ya la injusticia y la violencia en México, y debe haber ``castigo para quienes cometieron las corrupciones en el Fobaproa'', dijo en su homilía de ayer el vocero de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Onésimo Zepeda, y pidió al gobierno, partidos políticos y legisladores seguir adelante en el combate al rezago social en el país.

``Pareciera que en lugar de avanzar a pasos agigantados en construir el México de la verdad y de la dignidad, hubiera un empeño grave en dejarnos quietos, en tenernos como amordazados, como amarrados ante problemas que tienen fácil solución'', expresó.

La Basílica de Guadalupe dio cabida este sábado a más de 10 mil feligreses provenientes de Ecatepec, estado de México, quienes escucharon un sermón que si bien hizo referencia a pasajes del evangelio, fue espacio para que el prelado hablara de la crisis económica, el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), Chiapas, los partidos políticos y la situación de su diócesis, ``suburbana y marginada, quizá con más pobres que los que hay en la zona de conflicto chiapaneco''.

Al mencionarse estos temas, la multitud respondió de modo efusivo, lo mismo con prolongados aplausos que con la agitación de panderos, globos y pancartas. El obispo, desde el púlpito, alzó la voz, fijó su opinión: ``Nos han contado una bola de historias acerca del Fobaproa, pero lo que tenemos que ver es que si se hubiera legislado desde hace seis meses, ya se habría solucionado el problema de ese fondo''.

``Okey, vivimos en una crisis económica agravada por la globalización, pero también es cierto que en el Fobaproa se han cometido injusticias, aberraciones y como siempre corrupciones; yo sugiero que se castigue a los responsables, pero que sigamos adelante para combatir la injusticia social que nos oprime'', señaló.

El jerarca católico dijo que se ha mantenido a todos los mexicanos ``amarrados'' a conflictos como el de Chiapas, ``problema que atañe sólo a una décima parte de esa entidad y, sin embargo, nosotros tenemos, en Ecatepec, índices de pobreza y marginación tan graves como los de esa región del sureste''.

Por eso, llamó a la unidad y honestidad a los integrantes de su diócesis, mientras a gobernantes, partidos y representantes populares los exhortó a trabajar ``en serio'', no en beneficio de ellos mismos ni de sus organizaciones, sino a favor de todo el pueblo. ``El camino de la democracia se ha malentendido, no se trata de quítate tú para que me toque a mí'', expresó.

Fue entonces cuando el obispo Zepeda fue interrumpido por el aplauso de los feligreses que llenaron la Basílica. ``No hagamos de nuestras divisiones diferencias que provocan odio y violencia. Basta de violencia, basta de corrupción, basta de mentiras que vienen de todos lados'', agregó.