CNC: RENOVARSE O MORIR
Angélica Enciso L. Ť Heladio Ramírez López, dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) desde hace tres días, asegura que a pesar de que esta organización y el PRI en ``algún momento'' dejaron de atender las demandas de los campesinos, la respuesta que obtuvieron de éstos fue de ``una gran lealtad''. El ex gobernador de Oaxaca niega que se realicen prácticas de cooptación, ya que los campesinos ``tienen una gran conciencia y no se les puede tratar como niños''.
En entrevista admite que los problemas y el debilitamiento del partido oficial significan también un lastre para la organización que encabeza. La CNC, brazo campesino del PRI, tiene frente a sí un desafío: ``Nos renovamos para estar acordes con las nuevas políticas que se impulsan en el campo, o nos quedaremos añorando nuestro pasado glorioso''.
Destaca que para los próximos tres años las metas son ``ambiciosas'', pero de éstas, dice, la más importante es ``mejorar la situación de los productores rurales''. Si éstos sienten que ``les estamos solucionando sus problemas y superando sus condiciones de vida, en tres años la CNC tendrá un gran peso cuantitativo y cualitativo en el PRI y en el gobierno'', vaticina.
El partido oficial, señala el senador oaxaqueño, tendrá que atender las demandas de los campesinos y apoyar las propuestas de la CNC, no debe ``dar la espalda a su responsabilidad histórica con este sector''.
Ramírez López estará al frente de esta organización, uno de los tres sectores del PRI y que ha aportado millones de votos para este partido, en el tránsito hacia las elecciones federales del año 2000 y del nuevo milenio.
La CNC, con 60 años encima, participa en el proceso que se da en este momento para la democratización del PRI, el cual ya ``está en proceso de renovar sus prácticas, y eso es saludable''.
Respecto a la cooptación de los campesinos dice que éstos tienen una gran conciencia, ``obviamente tienen limitaciones'', pero no se les puede engañar fácilmente. ``Esos casos deben ser aislados, ya que la mayor parte de la gente del campo se conduce con dignidad y sufraga con entera libertad. No se pude pensar que por una despensa votan'', argumenta.
Pero sí hay, reconoce, gente que tiene una ``desviación en su conducta, hay malos líderes, como hay malos funcionarios, y también hay gente comprometida socialmente''.
Advierte que la organización campesina está ante un agro descapitalizado, lo que hace que uno de los objetivos básicos de la CNC sea lograr el flujo de recursos al campo, ya que el atraso y la pobreza, subraya, han crecido.
Se han retirado subsidios, explica, hay atraso tecnológico, daños por la sequía y bajos precios para los granos, por lo que el Estado ``debe tener como prioridad atender la miseria, pero no para que la gente sobreviva, sino para que pueda mejorar sus condiciones de vida''.
En el país, menciona, existe una ``geografía de la pobreza y el Estado tiene que asumir su responsabilidad y apoyar más, no para que la gente sobreviva, sino para que pueda mejorar sus condiciones de vida. No buscamos más clínicas, lo que queremos son menos enfermos''.
Puntualiza que los programas que impulsa el gobierno, como Progresa, Alianza para el Campo y Procampo, son importantes, pero no suficientes. Todas esas acciones, indica, que van de la alimentación y la educación hasta a la salud, son básicas, pero se necesita más apoyo para la organización campesina, créditos blandos y capacitación, ``pero sin paternalismos''.
Destaca también que los problemas más urgentes a los que se enfrentan los productores son inmediatos: la normatividad inflexible de Procampo, dificultades para participar en la Alianza para el Campo, para comercializar y para el acceso al crédito.
Las reformas constitucionales, asegura, no están en el centro de la discusión de la mayor parte de los estados, tan sólo en regiones como la Laguna, el Valle del Yaqui o Baja California Sur, donde en forma generalizada se da el rentismo o la venta de parcelas.
Con relación al Tratado de Libre Comercio con América del Norte, señala que hay beneficios, pero considera que se requiere examinar el caso de productos como el maíz y el frijol, cuya situación es desventajosa para México, por las asimetrías en la producción.
Como ejemplo menciona que en Canadá una hectárea rinde 6.5 toneladas y en Estados Unidos 7.3 toneladas, mientras en México apenas se llega a las 6.5 toneladas. Además, agrega, hasta hace diez años para producir una tonelada de maíz en México se requerían 17.8 días-hombre, mientras en Estados Unidos bastaban 1.2 horas de trabajo.
Las diferencias entre México y estos socios comerciales, abunda, van desde los sistemas de crédito, la comercialización, la investigación, la calidad de la tierra, el clima y muchas más medidas proteccionistas -varias de ellas ``encubiertas''-, que redundan en grandes diferencias con México.
El escenario en el agro, señala por último, se ha polarizado, ya que existen los grandes productores, con tierras de riego y una buena producción, y por otro lado están los de autoconsumo, que no cuentan con recursos y están marginados.