La Jornada 29 de agosto de 1998

15 AÑOS DE CANA AL AIRE

Jaime Whaley Ť No hubo portazo, pero bien pudo haberlo. Desde antes del mediodía ya se alineaban las colas que para las cuatro de la tarde ya eran tan abultadas como la suma de los años que se congregaron. La ocasión lo ameritaba.

Cerca de 70 mil almas hicieron suyo el Palacio de los Deportes y pabellones que lo acompañan para el gran baile conmemorativo de los 15 años del Día del Anciano.

Llegaron en Metro, autos, peseras; los menos lo hicieron en vehículo propio y, hasta ya entrada la noche, se echaron una Cana al Aire, como se denominó al bailazo, amenizado por siete orquestas, que cerró con un mariachi y dejó maravillada a doña Bertha Jusidman, quien en el año 29 llegó aquí desde su natal Ucrania. A sus 84 años prometió estar presente para el próximo.

Enjutos ya algunos, ralo el pelambre, sonrisas con ventanas, el paso cancino, pero el común denominador fue el buen ánimo. Pasaron con soltura del swing al cha cha chá, como Chuchita Sierra, que arrastró sus pies, que la han soportado 75 años, y bailó despacito con su consuegra. La otra cara de la moneda lo fueron Alejandro García, de igual edad, y su compañera, Concepción Frutos. El, de cabello, zapatos, pantalón y camisa blancos, en notorio contraste con su negro saco; y ella, con su verde vestido de tejido sintético. Les hicieron rueda para ver sus habilidades desplegadas también tres veces a la semana en los pocos salones que quedan ya en la capital.

Caso similar el de Paquita y Ricardo, figuras familiares para los televidentes del Canal 11, pues llevan cuatro años en el programa Tiempo de Compartir y 60 de danzar al alimón. Ella de elástica figura, a sus 74 años; él, fumador empedernido a sus 81. Levantan la admiración. ``En un principio lo hacíamos por gusto y ahora es nuestra terapia'', dice ella, mientras se abanica con sus delgadas manos.

Poco más de 3 millones de senectos están afiliados en todo el país al Instituto Nacional de la Senectud, explica Julio Sánchez Vargas, titular de la dependencia organizadora de estos festejos valederos para todos aquellos que han rebasado la barrera de los 60 abriles y que se calcula son un poco más de 6 millones . A sus 84 años no bailó; su negativa: mostró un bastón, aditamento fiel desde que se fracturó la pierna.

El hormigueo en la amplia pista principal no cesa. Voluminosas cinturas, montadas en flan, llevan la cadencia de aquellos ritmos de hace medio siglo. Ya pasó la bienvenida oficial, los miembros de la danzonera de Cedillo se revientan un clásico: La Mora, y en el presídium un miembro de otra agrupación, la de Zedillo, éste del gabinete, Juan Ramón de la Fuente, secretario de Salud; en acto insólito, no se da abasto estampando su rúbrica lo mismo en boletos que en abanicos o en libros. Firmó más que el número de las recetas que ha dado en estos últimos años.

Aunque ya no son los premios como antaño, Raúl Vega, la Voz Seis Veinte de los 40, fundador del baile hace 15 años, da a conocer los nombres de los agraciados en las rifas. Se sortean viajes y canastas prenavideñas. Por radio, los fieles de El Fonógrafo pueden seguir las incidencias del acto. Jesús Alvarez, conductor, fue abrumado por socias y socios del club matutino.