PRD y AN ganan imagen a costa del PRI: sondeo de Rosenblueth
Enrique Méndez Ť Entre los electores persiste una mala imagen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que --según se desprende de un estudio de opinión nacional realizado por la Fundación Arturo Rosenblueth-- contrasta con la percepción de que los principales partidos de oposición, Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), garantizan progreso y bienestar y democracia y esperanza, respectivamente.
``Esto es impresionante y muy preocupante, pero es el resultado natural de las causas que ha defendido el PRI por su política económica, así como su participación en Chiapas a través de grupos paramilitares y su apoyo a personajes como Rubén Figueroa'', resumió el presidente de la fundación, Enrique Calderón Alzati, durante el foro Aproximación al escenario político del año 2000, que se realizó ayer.
El sondeo, levantado en 25 estados del país para obtener la idea de la imagen que tienen los ciudadanos respecto de los partidos, así como las preferencias electorales sobre algunos políticos que podrían ser candidatos a la Presidencia de la República en el 2000, señala que es difícil conciliar la sensación que se percibe del PRI como un partido en el que prevalece la corrupción --en este punto surgió el nombre de Carlos Salinas de Gortari--, la violencia, la impunidad y el autoritarismo con sus triunfos electorales en las elecciones para gobernador de Veracruz, Oaxaca, Durango y Chihuahua.
Los resultados favorables para los candidatos priístas en estas entidades, señala el texto, ``pueden explicarse sólo en términos de hábiles campañas de propaganda o de operaciones masivas de compra de votos''.
Para Calderón Alzati el mal concepto que se ha forjado el PRI de ser un partido violento y asociado a la corrupción, ``le costará mucho trabajo'' superarlo.
Si bien el PAN es considerado como garante de progreso, cambio y bienestar, su reto consiste ``en borrar la imagen de corrupción que parece existir en uno de cada seis votantes'', según los resultados del mismo trabajo. El PRD tampoco se escapa de la crítica, pues aunque una tercera parte de la sociedad aseguró que impulsa la democracia, el cambio y la esperanza, una cuarta parte lo asocia con violencia, lo que ``constituye un desafío central para la dirección de este partido''.
Ni Labastida ni Bartlett
En el estudio de opinión, la fundación preguntó a 5 mil 200 personas mayores de 18 años a quién preferirían como candidatos a la Presidencia. Por cada partido se incluyeron dos nombres, con opción a que los encuestados mencionaran a otro, sin que la pregunta precisara quién.
Por el PRI la fundación incluyó al gobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz, por quien hubo un rechazo explícito, y al secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, que tiene una aceptación ``muy reducida''.
En resumen, dijo Calderón Alzati, los electores simpatizan con ``un candidato distinto'' a Bartlett y a Labastida.
En el caso de Acción Nacional se preguntó por el gobernador de Guanajuato, Vicente Fox Quezada, y el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos. Si bien el resultado del sondeo es que hay un empate técnico entre ambos, ``la imagen de Fernández de Cevallos es muy alta, tomando en cuenta que no está haciendo nada para obtener la candidatura'' del panismo.
Sobre el PRD, en la encuesta ``llama la atención el amplio dominio de (Cuauhtémoc) Cárdenas'' por sobre el otro dirigente perredista por el que se preguntó: Porfirio Muñoz Ledo. ``En el caso del PRD la figura dominante es desde luego Cárdenas, con sus dos regiones de aceptación en el centro-norte (dominada por el PAN) y en el centro del país, atribuible a la campaña sistemática de desacreditación volcada en su contra''.
Aun así, resalta, ``hoy por hoy Cuauhtémoc Cárdenas resulta la figura dominante con más de diez puntos porcentuales sobre los demás aspirantes''.
EU romperá récord de intervencionismo
Durante el foro, el analista Luis González Sousa resaltó que la influencia de Estados Unidos hacia México, que históricamente ha sido negativa, ``romperá todos los récords'' pues se prevé que intentará intervenir en los resultados de las elecciones presidenciales del año 2000, y representará el salto mayor en ``la merma de soberanía'' para el país.
Para González Sousa en la visión de Estados Unidos el PRI ``dejó de ser garante de estabilidad política para convertirse en fuente de inestabilidad'', con síntomas ciertos de falta de gobierno, y ha enderezado su atención más por la certidumbre democrática que por la ``estabilidad cruda''.
Consideró que ante la perspectiva de que la influencia estadunidense será ``determinante'' en ese proceso electoral --sin que se anticipe el sentido que tomaría-- se hace necesario consolidar una coalición muy amplia de fuerzas democráticas para detenerlo.