En un excelente estudio, que debiera ser difundido mundialmente, el Dr. Jorge Illueca, ex pesidente de la República de Panamá y ex presidente de la Asamblea Central de las Naciones Unidas, condensa en dieciséis cuartillas, a renglón cerrado, sus opiniones sobre el texto de los acuerdos preliminares, llegando a la conclusión de que ellos significan un funesto restablecimiento del enclave colonial en Panamá, un tratamiento despectivo para las naciones que quisieran adherirse para formar parte del Centro, y que la antigua base aérea de Howad, eje de dicho Centro, debe estar llamada a destinos superiores. Nosotros hemos cotejado minuciosamente sus opiniones directamente con los textos y hemos comprobado su exactitud. Resulta imposible en esta breve nota resumir lo que ya está resumido, pero, entre otros asuntos, Illueca sostiene:
a) Que en el CLN que se pretende establecer, Panamá aceptaría el ejercicio de una jurisdicción extraterritorial dejando, en ese respecto, de ser soberano en su propia jurisdicción, lo que equivale, agregamos nosotros a los tratados que siguieron a las ``Guerras del Opio'' contra China, durante el siglo pasado, por los cuales los extranjeros invasores que vivieran en el país quedaban exclusivamente regidos por las leyes de su nacionalidad. A todo esto sin que Panamá pueda pedir nada a cambio por las concesiones.
b) Que, violando el derecho internacional, cualquier desacuerdo relacionado con el funcionamiento del CLN sólo sería solucionado mediante negociación entre las partes interesadas, sin derecho de apelación a cualquier entidad o jurisdicción foránea, como la ONU, la OEA, la Corte Internacional de Justicia, etcétera.
c) Que las disposiciones establecidas significan un desaire para las naciones que deseasen incorporarse al Centro Multinacional pues los únicos participantes verdaderos son Panamá y Estados Unidos y sólo pueden incorporarse otros Estados, sin derecho a opinar, al ser invitados por ``decisión unánime'' de Panamá y Estados Unidos. En consecuencia, la negativa de Estados Unidos a la participación de alguna nación interesada significaría el rechazo por virtud del veto norteamericano.
Nos pareció muy atrayente del trabajo de Illueca no sólo su espíritu crítico y patriótico, sino su señalamiento de las alternativas con que cuenta Panamá, en su propio beneficio y del mundo, de darle a la base aérea de Howard un uso civil muy distinto del destino militar concebido. Siguiendo el boceto del arquitecto Ricardo Bermúdez Dutari, el Dr. Illueca opina que, a partir de diciembre de 1999, Panamá podría empezar a utilizar las modernas instalaciones aéreas de Howard, en conjunción con las facilidades portuarias que ofrece la Base de Rodman y la función de trasiego que desempeña el Conai para crear una infraestructura aérea, portuaria y terrestre sin paralelo en el mundo y que generaría muchos miles de empleos y de complejos comerciales e industriales.