Refleja autocensura usar el lugar común en videos eróticos: Benjamín Rocha
Renato Ravelo Ť En la expresión generalizada del erotismo aún prevalece una visión superficial que se limita a la idea cuerpos bien formados, ``de nalgas y pujidos'', sostiene Benjamín Rocha, organizador del cuarto Festival Internacional de Video Erótico, que surgió en 1993 en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Hace falta una reflexión estética, que permita descubrir el erotismo más allá del lugar común, en los ancianos, por ejemplo. Este año los videos participantes podrán ser vistos en la Cineteca Nacional entre el 9 y el 13 de noviembre, como parte del concurso.
En las instalaciones de esa casa de estudios, se lleva a cabo la entrevista acerca de este festival. Algo del imaginario sensual de suponer a la décima musa en creación, acompaña de nuevo los pasos por el interior del claustro. Pasa siempre que se visita, como si las piedras del edificio estuvieran recubiertas de cierto material reactivo a la sensibilidad. Lidia Camacho, titular de Extensión Universitaria, explica que el festival surgió derivado de un diplomado acerca de la relación entre el erotismo y la cultura en el siglo XX, que impartieron Andrés de Luna y Rocha.
El diplomado, explica Camacho, fue seguido de un ciclo de cine en el que se proyectaron desde clásicas eróticas hasta porno soft y hard. Los interesados pudieron ver lo mismo El imperio de los sentidos que La última tentación de Cristo, entre las 28 películas que se proyectaron.
A ese ciclo cinematográfico siguió la idea de organizar un festival de video erótico. El primer año se limitó al género videoclip y participaron 11 videos, con un premio al primer lugar consistente en un viaje a Río de Janeiro. La ganadora de aquel entonces, Itzia Pintado, hasta la fecha no ha regresado del viaje, programado para una semana, que cambió su vida al encontrar en Brasil trabajo y residencia.
La primera participación fue de obras de calidad, ágiles por las facilidades que da el género de la canción que se ilustra, explica Benjamín Rocha. Incluso, el que fuera el tercer lugar en este festival ganó la tercera Bienal de Video organizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).
Para el segundo festival, la participación se abrió al video ficción. Los videoclips no rebasaban los cinco minutos, pero los organizadores entendieron que a la ficción no se le podía limitar el tiempo. Se inscribieron 17 videoclips y 13 videos de ficción.
En esa ocasión, hubo videos buenos, regulares y muy malos, recuerda Rocha: ``se hacía un jugueteo insensato de la cámara sin propuesta en algunos de ellos. Ese año participaron y ganaron Jis y Trino con un corto de animación. Eran el Santos y la Tetona Mendoza en una historia que empezaba con el típico `estaba un día el Santos...', pero ciertamente hubo videos muy malos''.
Al año siguiente, el festival se hizo con características internacionales, con la participaciones de Estados Unidos, Colombia, Argentina, Chile y Venezuela. Aunque se hicieron intentos por promover la participación de España, no se logró. En 1996, a pesar del entusiasmo, se canceló por razones económicas. El CNCA normalmente apoyaba la difusión, pero este año se le otorgó al festival el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, así como la infraestructura de la Cineteca Nacional, para que, durante la segunda semana de noviembre, el público vea los videos participantes. El viernes 13, un jurado de tres personas --una de ellas mujer-- dará a conocer los resultados, con premios de 20, 15 y 5 mil pesos para los tres primeros lugares. Sólo habrá dos días para la inscripción: 29 y 30 de octubre. El festival tendrá subsedes en Chiapas, la Universidad Autónoma Metropolitana y probablemente en Acapulco.
Erotismo sin vergüenza
Se le pregunta a Rocha si con ``malos videos'' se refiere a que trataban el tema de forma pornográfica: ``Nada de eso, creo que tanto lo erótico como lo pornográfico son válidos siempre y cuando estén bien hechos. Ambos son como hijos de la sexualidad humana; la diferencia es que mientras lo pornográfico, por definición, es más limitado, lo erótico se abre a muchas áreas de expresión. El problema es que la pornografía es una etiqueta que utiliza el Estado para la censura''.
En el festival, dice Rocha, no ha habido censura. Dos solitarias cartas de la asociación de padres de familia y Pro-Vida han hecho un llamado a que recapaciten los organizadores, porque ``están perdiendo las almas'' de quienes se prestan a actuar en los videos eróticos.
Para Benjamín Rocha --quien se desempeña como coordinador del diplomado de periodismo cultural; ha publicado dos libros de poesía y tradujo Agosto, de Rubem Fonseca, en 1993-- existe más bien autocensura.
Comenta que esa autocensura se nota en la repetición de lugares comunes: nalgas, senos, pujidos, cuerpos esculturales, vello púbico. Solamente un video con connotación gay ha participado en todos estos años, y algunos han tenido toques de lesbianismo. El video gay se titulaba Dos hombres con María Luisa, y consistía en dos hombres besándose, como en una pintura, con el marco de cartón conocido como María Luisa enmarcando la acción.
Para Rocha el festival muestra en pocos casos visiones alternativas, pero éstas valen la pena: uno de los primeros videos que participaron, de nombre Huapango, era la historia de una mujer un poco pasada de carnes con su marido de apariencia mexicana, que reflejaba sus relaciones sexuales y una historia. Es necesario romper el estereotipo, manejar propuestas de cámara, iluminación, historia. Es necesario buscar en el imaginario nacional, pero también en el generacional. Otro de los videos planteó una relación entre dos ancianos, pero no funcionó, porque había un momento en que las tomas eran confusas. Parece que al director le avergonzó, en el último momento, el cuerpo de los ancianos. Esa vergüenza del cuerpo, dice, es común.