La Jornada 27 de agosto de 1998

McCaffrey: no militarizaremos la frontera en la lucha antidroga

David Aponte, enviado, El Paso, Texas, 26 de agosto Ť Los gobiernos de México y Estados Unidos tienen que trabajar juntos para mantener el orden y el camino de las leyes frente a ``la corrupción, violencia y devastación'' provocada por el narcotráfico. El esfuerzo bilateral hará posible una mejor seguridad pública y un futuro para las sociedades de ambos países, manifestó hoy el zar antinarcóticos de la Casa Blanca, Barry McCaffrey.

En Fort Bliss, la base militar estadunidense más cercana al territorio mexicano, dijo que Washington no va a ``militarizar'' la frontera para combatir el tráfico de drogas, porque es anticonstitucional y políticamente no resuelve el problema.

Por el contrario, ``debemos establecer el imperio de la ley en ambos lados de la frontera, y por ello México y Estados Unidos están determinados a luchar con estricta cooperación y respeto contra el narcotráfico'', señaló.

Durante una reunión con empresarios, militares y jefes policiacos de la DEA, el Servicio de Aduanas y la Patrulla Fronteriza, McCaffrey hizo una amplia exposición de su plan de coordinación de los esfuerzos antidrogas para la zona fronteriza. Mencionó de manera constante la necesidad de trabajar conjuntamente con las autoridades mexicanas para lograr territorios más seguros de cara a los peligros del crimen proveniente de los cárteles del tráfico de estupefacientes.

Las drogas representan una amenaza para la seguridad y las instituciones de México y Estados Unidos. Por esa razón, las dos naciones trabajan de manera conjunta, realizan esfuerzos coordinados para garantizar la seguridad y bienestar de los millones de estadunidenses y mexicanos frente al peligro del consumo de sustancias prohibidas, indicó.

El zar antidrogas dijo que ninguna de las dos sociedades puede ser inmune al consumo de drogas. Incluso, señaló que la adicción a los narcóticos aumenta de manera seria en México, fundamentalmente en las ciudades fronterizas y el Distrito Federal.

Los valores de la familia, culturales y religiosos, han ido perdiendo fuerza con el uso y abuso de drogas en el territorio mexicano. Entonces, los dos gobiernos afrontan un ``problema común'': los efectos negativos en la seguridad y las instituciones nacionales, continuó.

``Tenemos que trabajar con del apoyo de México. Si queremos un país seguro, tenemos que buscar unión de los esfuerzos. Tenemos que establecer el orden, el camino de la ley y confrontar este problema que afecta a nuestras instituciones... Ambos pueblos creen en las reglas de la ley y tienen el deseo de vivir en paz y compartir el respeto por la soberanía de cada país'', expresó en el auditorio del Centennial Club del fuerte militar Bliss, donde operan más de 17 mil efectivos y tienen su base los misiles Patriot.

McCaffrey precisó que cada nación debe establecer sus propias reglas internas para el combate a las drogas. El gobierno de Washington no va a proponer a su contraparte mexicana las acciones antinarcóticos que debe tomar en su jurisdicción. No obstante, la colaboración conjunta es vital, añadió.

En el encuentro, el personal de la oficina del zar antidrogas distribuyó un documento en cual rechaza la militarización de la frontera como una forma de combatir el narcotráfico, así como también el cerrar las puertas del intercambio comercial lícito y el cruce de millones de personas.

Posteriormente, el general retirado explicó a la prensa que la militarización no resolvería el problema del tráfico de estupefacientes: ``Nuestra posición es la de no mantener nuestras fuerzas armadas en la aplicación de la ley. Simplemente no queremos hacer eso. Existen condiciones de urgencia, donde las fuerzas armadas pueden tomar parte. Pero ese no es un argumento. Política y legalmente no es una cosa que se tenga que hacer.

``El segundo argumento es que no es una manera efectiva de enfrentar el problema. Si se quiere una buena intercepción de drogas en la frontera, necesitamos la experiencia de los oficiales de la Patrulla Fronteriza, capacitados y bilingües, cuya madurez les permite entender las reglas, evidencias y la protección de la gente. No vamos a entrenar a las fuerzas armadas para realizar ese trabajo, que no les corresponde.

``El argumento final es que tenemos la más pequeña fuerza armada en la historia del país desde 1949, y está concentrada en asuntos de seguridad y en tareas internacionales para el mantenimiento de la paz. No queremos a los militares en operaciones relacionadas con la aplicación de la ley a lo largo de la frontera'', aseveró.

McCaffrey agregó que el gobierno de Estados Unidos no tiene planes para realizar operaciones militares antinarcóticos en ninguna nación del hemisferio. El mandato de la Cumbre de Santiago está orientado a la conformación de una estrategia multilateral a cargo de autoridades civiles, concluyó.