José Luis Manzo
Petróleo exportado, petróleo regalado

La Secretaría de Energía insiste en que exportar petróleo crudo sigue siendo negocio para México, a pesar de que el precio del barril ha caído estrepitosamente hasta 7.80 dólares en la primera quincena de agosto. Según sus cifras, el costo ``de producción'' es de 6.00 dólares el barril, lo que arrojaría una ``utilidad'' de un dólar con 80 centavos por barril extraído y exportado. Esta afirmación es falsa, por varias razones.

Por principio de cuentas cabe señalar que, en sentido estricto, el petróleo no tiene un ``costo de producción'' porque, al igual que los diamantes, no lo produjo el hombre sino la naturaleza, mediante procesos que duraron millones de años. Debido a su escasez y utilidad, ambos son apreciados por el hombre y por ello tienen un gran valor. En sí mismos, los diamantes y el petróleo encierran una ``renta minera'' o ``renta petrolera'', aun cuando permanezcan en las entrañas de la tierra.

Para hacer efectiva esa ``renta'', el petróleo y los diamantes deben ser localizados en el subsuelo (mediante actividades de exploración) y sacados a la superficie (perforando y operando pozos). Estas labores representan un costo económico, llamado comúnmente ``costo de extracción''.

Intencionalmente la Secretaría de Energía se olvida de la ``renta petrolera'' o valor intrínseco del petróleo, y sólo considera el ``costo de extracción'' (al que erróneamente llama ``costo de producción'').

Cuando la Secretaría de Energía nos dice que es buen negocio exportar petróleo a 7.80 dólares el barril porque su costo de extracción es de 6.00 dólares, equivale a tratar de hacernos creer que es buen negocio vender nuestros diamantes a cinco pesos cada uno, porque sólo gastamos en promedio cuatro pesos en extraer cada pieza del subsuelo.

En realidad, al exportar nuestro petróleo a precios tan bajos como los actuales, el gobierno mexicano no conserva la renta petrolera, sino que la regala a sus clientes del exterior, particularmente a Estados Unidos, país que ya absorbe más del 80 por ciento de las exportaciones de crudo mexicano.

Pero existe un hecho más grave todavía. El importe real del ``costo de extracción'' de un barril de petróleo en México no es de 6.00 dólares como afirma la Secretaría de Energía, sino de 7.20 dólares. Este costo irá en aumento porque resulta cada vez más difícil (y caro) encontrar nuevos yacimientos y porque los costos de extracción de hidrocarburos aumentan en la medida en que la explotación intensiva de los yacimientos provoca que su rendimiento disminuya aceleradamente. Para ilustrar esto último basta una cifra entre muchas; los mil millones de dólares que debe gastar Pemex para producir el nitrógeno que se requiere inyectar al yacimiento Cantarell, a fin de continuar extrayéndole el petróleo.

En consecuencia, cada vez que Pemex exporte petróleo por debajo de los diez dólares el barril, no sólo estaremos regalando al extranjero nuestro oro negro sino que, en el colmo de lo absurdo, vamos a tener pérdidas porque lo que nos pagan por el petróleo no cubre ni siquiera lo que gastamos en localizarlo y extraerlo del subsuelo, prepararlo, transportarlo a los puertos y cargarlo a los barcos en que se lo llevan los clientes externos.

Eso es lo que trata de ocultar la Secretaría de Energía.