La Jornada 27 de agosto de 1998

Comunistas insisten en que Yeltsin dimita

Reuters, Afp, Dpa y Ap, Moscú, 26 de agosto Ť La crisis económica en Rusia se agravó hoy después de que el rublo perdió 40 por ciento de su valor frente al marco alemán y entre 5 y10 por ciento ante el dólar, en momentos en que el Partido Comunista aumentó sus presiones para lograr la dimisión del presidente Boris Yeltsin, o al menos reducir su poder.

El Banco Central suspendió las operaciones en el mercado interbancario con el rublo y declaró ``inválido'' el tipo de cambio de la moneda nacional frente al dólar en la jornada de hoy; asimismo, advirtió que ``no ve la posibilidad de seguir interviniendo de manera amplia para respaldarla''.

Fuentes de la institución señalaron que el Banco Central gastó 8 mil 800 millones de dólares para evitar el colapso de la unidad monetaria del país. Sus reservas internacionales y de oro se situaban en 15 mil 100 millones de dólares el pasado 14 de agosto.

El martes el rublo cerró en 7.86 unidades por dólar, que será el precio inicial de las operaciones en divisas este jueves, en tanto que en algunas casas de cambio el precio fue de nueve rublos por un dólar.

Las operaciones fueron suspendidas este miércoles por el BC cuando el cambio estaba en 8.26 unidades por dólar y la demanda de la moneda estadunidense superaba a la oferta en 270 millones de dólares, mientras que el marco tuvo un alza de entre 40 y 68.9 por ciento.

La bolsa de valores también registró una caída de 13.83 por ciento con respecto al martes, y arrastró a la mayoría de las bolsas europeas.

Analistas políticos y económicos estiman que la nueva devaluación y la caída de los valores rusos se debió en gran parte por la restructuración de la deuda estatal en rublos a un plazo de entre tres y cinco años, anunciada ayer por el primer ministro interino, Viktor Chernomirdin, quien se lavó las manos al afirmar que la medida fue puesta en marcha por el gobierno de su predecesor, Sergei Kiriyenko.

El jefe de gobierno designado realizó un viaje relámpago a Ucrania, donde se reunió con el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Michel Camdessus, y con los presidentes de Ucrania, Leonid Kutchma, y de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.

Las conversaciones se centraron en la crisis económica que vive Rusia tras la devaluación ``de facto'' del rublo, que hace 10 días se cotizaba en 6.2 unidades por moneda estadunidense, y la suspensión del pago de algunos rublos de la deuda externa adoptados la semana pasada.

El FMI, el Banco Mundial y Japón otorgaron créditos por 22 mil 600 millones de dólares que serían entregados entre 1998 y 1999, con la condición de que Moscú adoptara severas medidas económicas destinadas a reducir los gastos y aumentar los ingresos.

El ministro de Finanzas alemán, Theo Waigel, declaró que no es posible que el FMI, el Grupo de los Siete --las naciones más industrializadas-- o la Unión Europea arreglen los problemas económicos rusos, al tiempo que Estados Unidos descartó una reunión de emergencia de ese grupo para salvar la economía de Moscú y pidió al gobierno ruso ``actuar con rapidez''.

En materia política un comité integrado por representantes de ambas cámaras del Parlamento y del gobierno saliente elaboraron un acuerdo que prevé la reducción de los poderes presidenciales.

El plan de 10 puntos, que será presentado en breve al presidente Yeltsin, prevé que el Parlamento tenga una mayor participación sobre la estructura y formación del gabinete y en las decisiones sobre el curso de la economía.

Según el programa, el gabinete será formado por el primer ministro y no, como ha sucedido hasta ahora, por el presidente a propuesta del jefe de gobierno.

Además, el presidente deberá contar con la aprobación parlamentaria para destituir al gobierno, debido a que Yeltsin ya destituyó en dos ocasiones a su gobierno en forma sorpresiva en cinco meses: el pasado 23 de marzo cuando despidió a Chernomirdin y nombró como su sucesor a Kiriyenko, y la segunda este domingo cuando llamó nuevamente a Chernomirdin para ejercer el cargo de primer ministro.

Los dirigentes comunistas Guennadi Selezniov, presidente de la Duma (Cámara baja) y Guennadi Ziuganov, presidente del Partido Comunista Ruso, exigieron al mandatario, quien se encuentra en su residencia de campo en las afueras de Moscú, renunciar voluntariamente y amenazaron con grandes acciones de protesta a partir de octubre próximo con el fin de lograr la convocatoria a elecciones anticipadas.

Ziuganov responsabilizó nuevamente al mandatario y al primer ministro interino de la crisis financiera del país.

Chernomirdin se pronunció ayer en favor de un gobierno de coalición, sin embargo los comunistas advirtieron que no aceptarán a reformistas en el gabinete y este miércoles se pronunciaron contra una eventual alianza entre Chernomirdin y el general Alexander Lebed.

Así las cosas, miles de rusos formaron largas filas fuera de los bancos para cambias sus ahorros por dólares, mientras que los comercios cerraron sus puertas para aumentar los precios de sus mercancías.