La Jornada 26 de agosto de 1998

El Pentágono elogia los Cruise; son un invento de Hitler: analista

David Brooks, corresponsal, Nueva York, 25 de agosto Ť El presidente Bill Clinton interrumpió la semana pasada sus vacaciones para dar la orden de invertir 79 millones de dólares en destrucción, informó al país de un conflicto bélico que podría durar lo mismo que la guerra fría y regresó a su isla para continuar de descanso (y restablecer relaciones familiares después de su confesión de una aventura sexual).

Los 79 misiles Cruise que fueron lanzados contra supuestos blancos de una red terrorista en Afganistán y Sudán cuestan un millón cada uno.

``Es un arma maravillosa'', declaró el estratega militar y coronel Michael Gough a CNN, porque es muy precisa y por lo tanto más segura para los civiles, o sea, los que no están frente a su trayectoria.

De hecho, el Pentágono aseguró que ``los daños colaterales'' fueron mínimos, idioma militar para decir que murió un número aceptable de civiles, no más.

Según el analista militar y experto en sistemas de armas William Hartung, director de proyectos sobre asuntos militares del World Policy Institute en esta ciudad, los Cruise cuestan cerca del millón de dólares por unidad.

``Los expertos dicen que son un sistema maravilloso --comentó--, pero, claro, hay que recordar que Hitler los inventó, ya que no son mucho más que una versión sofisticada de los cohetes V-2''.

Hartung agregó, en entrevista con La Jornada, que ``si uno mata a la gente indicada, supongo que eso es, para el gobierno, una arma maravillosa. El problema es que no es una bomba que pueda distinguir entre un civil y un supuesto terrorista''.

Hartung considera que el problema del terrorismo internacional podría ser aliviado un poco ``si el gobierno estadunidense no hubiera invertido más de 4 mil millones de dólares en apoyar y capacitar a los que ahora considera terroristas en Afganistán, pero si hubiera hecho eso tendría que abandonar su programa de operaciones encubiertas'', agregó sarcásticamente.

Durante años, señaló el analista, el Pentágono ha afirmado que puede ganar cualquier guerra convencional, pero que el reto estratégico es lo que técnicamente se define como ``ataques asimétricos'', o sea, lo que se presenta al enfrentar el ``terrorismo internacional''.

Aunque todo el mundo elogia la tecnología y los ``limitados daños colaterales'' de los superprecisos Cruise, ``este tipo de armas no puede solucionar los ataques asimétricos'', consideró Hartung.

Además, ahora, como en el caso de Irak, se habla de la ``gran inteligencia'' con la que se cuenta para lanzar estos ataques. Pero Hartung dice que siempre pasan años antes de que el público estadunidense se entere que eso no es cierto, y señala el caso del ataque en Irak donde Estados Unidos mató a decenas de niños.

Con el anuncio de que el nuevo enemigo principal es ``el terrorismo internacional'' y que esa amenaza podría provocar un conflicto que dure años --o como lo señaló el New York Times, podría durar tanto como la guerra fría contra la Unión Soviética--, ``Estados Unidos finalmente podría haber encontrado un enemigo que entusiasma al público lo suficiente como para apoyar los esfuerzos bélicos'' de este país, señaló.

``Si uno tiene a gente matando ciudadanos estadunidenses, tiene más justificaciones para mantener o incrementar las fuerzas armadas'' en Estados Unidos, afirmó.

``Pero es difícil saber si eso funcionara a la larga'', concluyó William Hartung.

¿Qué se destruye con tanto dinero?

En Afganistán, el gobierno estadunidense se limita a declarar que hubo daños de ``moderados a serios'' en los supuestos campamentos ``terroristas'', pero en Sudán el blanco fue destruido completamente.

Sin embargo, se incrementan las dudas sobre si ese blanco era un verdadero objetivo militar.

Los funcionarios estadunidenses han insistido en que la instalación destruida fabricaba elementos para la arma química VX, sin embargo el periódico inglés The Guardian indicó el domingo que pruebas ordenadas por el propio Clinton demostraron que no había indicio alguno de gas químico en el sitio.

Además, dos británicos con conocimiento de la planta dijeron al Guardian que nada parecido a eso se elaboraba ahí, y señalaron, por lo contrario, que era una planta que fabricaba medicamentos.

Tal como lo reportó la semana pasada este diario, uno de los contratos de la planta era la elaboración de medicamentos para un programa de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Estas aseveraciones, más la insistencia de las autoridades en Sudán de que la ONU o expertos de países independientes acudan a confirmar que la planta no fabricaba otra cosa más que medicamentos, presionó lo suficiente a Washington para que altos funcionarios tuvieran que defender la decisión de bombardear la fábrica con presentar las supuestas ``pruebas'' que tienen.

Según fuentes de inteligencia estadunidense, el gobierno obtuvo una muestra de tierra contaminada con un elemento químico conocido como Empta, cuya única aplicación industrial es la fabricación del gas tóxico VX, e insistieron en que las muestras fueron obtenidas ``clandestinamente''.

Aunque ayer el gobierno estadunidense calificó como innecesaria la propuesta de Sudán de enviar un equipo bajo los auspicios de la ONU para verificar estas pruebas, hay indicios de que Estados Unidos aceptó considerar la propuesta de ese país árabe africano.

Así no está claro qué se destruyó con 79 millones de dólares en explosivos.