Propongamos en este texto una visión comparativa entre dos foros cinematográficos internacionales.
Primero, el Foro 17, que estremeció a los cinéfilos hace apenas unos cuantos meses -mayo 97-; segundo, el Foro 18, que comenzó a correr imágenes el 21 de agosto de este año. Ayer, por ejemplo, detuvimos nuestra mirada sobre La suma de nosotros, opera prima de los australianos Burton y Dowling. Hoy, de otra lejana isla del Océano Pacífico -precisamente Taiwan- llegará a las pantallas El Río, de Tsai Ming-Liang, a propósito de los oscuros trajines curativos y sexuales de un joven desempleado en Taipei. También de otro espacio de aquel Océano -Japón- enfrentaremos un interesante filme, Kids return: el regreso, del cada vez más famoso Takeshi Kitano, que de nueva cuenta refiere la dinámica existencial de ``los perdedores'' que fatigan la prosperidad (?) japonesa. Ayer, en el Foro 17, enfrentamos Por si no te vuelvo a ver, de Juan Pablo Villaseñor, producida por el Centro de Capacitación Cinematográfica, el Imcine y Estudios Churubusco. Hoy, tiempo durante el cual el cine mexicano yace sepultado bajo negativas obsesiones apreciaremos un largometraje de Carlos Bolado, El límite del tiempo (1998) sobre el itinerario físico y mental de un hombre (Damián Alcazar), y el quinto cortometraje -Pasajera-, de Jorge Villalobos, en cuyo breve contexto advierte a las mujeres ``que por la noche deben ser muy cuidadosas.... especialmente con ellas mismas''.
Pero las imágenes de México también estarán presentes en Eisenistein: fantasía mexicana, reedición de aquel famoso filme que, en 1930, creó Sergei Mijailovich Eisenstein en nuestro terri- torio, y que ahora el director ruso Oley Kovalov reconstruye. No sólo el trabajo de Oleg engalanará los lienzos del foro actual, de idéntica manera lo hará Madre e hijo, coproducción de Rusia y Alemania a cargo de Alexandr Sokurob, que narra una desgarradora relación entre una madre gravemente enferma (cáncer terminal) y su hijo. Y ya que hablamos de Alemania, no olvidemos que, apenas ayer, su cinematografía presentó El productor de cadáveres, de Romuald Karmakar, que da testimonio de un intenso conflicto existencial. Hoy, estarán entre nosotros con dos cortometrajes: El guardián de Ku'Damm, de Ed Herzog, y Fumadora en cadena, de María Von Heland, ambas acerca de desórdenes agobiadores (vida nocturna y tabaquismo). ¿Y Francia? Ayer, nos ofreció una opera prima, Bernie, actuada y dirigida por Albert Dupontel y una coproducción con Suiza e Italia titulada Macrocosmos, que obtuvo cuatro premios César en 1997. Hoy, la cinemática francesa, aparte de sus coproducciones con Estados Unidos y Portugal, nos conmoverá con la multipremiada (Cannes, Avignon, Taormina, Chicago, Valencia, Sao Paulo) La vida de Jesús, de Bruno Dummont.
Acerquémonos ahora a las coproducciones: Primero, a la que los franceses realizaron con Portugal titulada Tres vidas y una sola muerte, a cargo de Raoul Ruiz, que trata de varias historias ordinarias y fantásticas interpretadas por el recientemente desaparecido Marcello Mastroianni. En segundo termino, Por el lado obscuro del camino, filme estadunidense escrito y dirigido por David Lynch (1964, Montana, Estados Unidos) sobre un asesino esquizofrénico. Pasemos al cine anglosajón y a su narrativa.
Ayer, Gran Bretaña estuvo presente con el filme Secretos y mentiras, de Mike Leigh (Palma de Oro, Cannes, 1996), y con Espíritu de cristal, de Kenneth Loach. En cambio Estados Unidos sólo presentó Kids, trabajo inicial de Larry Clark. Hoy, Inglaterra hará acto de presencia en una primera instancia con una coproducción con Alemania que lleva por título Todo el día, toda la noche, en cuyo contexto su director Michael Lindsay-Hogg (Nueva York, 1941) narra las fatigas diurnas y nocturnas de una joven videoasta capaz de perseguir cámara en mano a un hombre llamado Guy. Pero no termina ahí la presencia de albión en el Foro 18, porque al día siguiente correrá en las pantallas El amor es el diablo, de John Maybury, filme biográfico sobre la relación homosexual que sostuvo el pintor inglés Francis Bacon con George Dyer, su modelo.
España, que ayer nos divirtió con la cinta de Iciar Bollain, Hola ¿estás sola?, hoy, más allá de innúmeras sonrisas, también estremecerá a las audiencias con un tema biográfico Asaltar los cielos, de José Luis López-Linares y Javier Rioyo, documental sobre Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky.
Continuemos la relación por países latinoamericanos para detenernos en Argentina. Ayer, apreciamos Moebius, de Gustavo Mosquera. Hoy, enfrentaremos Pizza, birra y faso, sobre una banda de adolescentes marginales, obra desgarradora de vocación documental realizada por Stagnaro y Caetano. Brasil también estará presente en el Foro 18, con una opera prima de José Araujo, Paisajes de la memoria, viaje fantástico por las regiones del sertao. Y para terminar, cuatro últimas menciones. Las primeras acerca de un cortometraje nincaragüense, Cinema Alcázar, de Florence Jaugey, de otro italiano, Dario Migliardi, La carta, y Hasta que la muerte nos separe, de la cineasta Michaela Pavlátová. La última sobre un largometraje: El elemento del crimen (1984), del danés Lars Von Trier, thriller de horror cuyo método consiste en penetrar la mente del criminal.